Rosario: la descoordinación en los patrullajes abrió el camino a los sicarios que balearon dos restaurantes
A los fiscales que investigan los atentados les llamó la atención que ninguna fuerza de seguridad, federal o provincial, hubiese realizado una persecución contra los sicarios
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ROSARIO.-Los ataques a balazos registrados el domingo pasado contra un restaurante en pleno centro y un local de comidas rápidas sembraron terror en Rosario. Tras la conmoción que generaron estos violentos episodios –calificados como actos terroristas por dirigentes de la oposición-, la investigación judicial empezó a evaluar algunos interrogantes que llaman la atención: por qué las fuerzas de seguridad asignadas en la zona no persiguieron a los atacantes que escaparon en una moto enduro a contramano por avenida Pellegrini, una de las más transitadas a la medianoche en Rosario.
En tanto, comerciantes gastronómicos se reunieron esta noche frente al restaurante El Establo, uno de los blancos de los sicarios, para exigir medidas de seguridad.
La hipótesis más fuerte de quién sería el autor intelectual de estos atentados, que comenzaron contra tres escuelas el domingo pasado y siguieron contra seis estaciones de servicio, se centra en la figura del líder de Los Monos Máximo Ariel Cantero, alias Guille, preso actualmente en el penal de máxima seguridad de Marcos Paz. Los dos ataques del domingo provocaron tres heridos de bala, pero por la magnitud de los atentados el daño podría haber sido mayor. Nadie por ahora se atribuye la autoría de esos disparos, ni tampoco aparece una posible extorsión como trasfondo, ya que en ningún caso hubo pedido de dinero.
En una reunión que se realizó el lunes a la noche con los fiscales de la Unidad especial de balaceras, Valeria Haurigot y Pablo Socca, la jefe de la Policía de Santa Fe, Emilce Chimenti, y el titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Marcelo Zoratti, no tuvieron argumentos sólidos para explicar el motivo por el que no se realizó una persecución a los atacantes que dispararon tres balazos contra el restaurante que estaba repleto de comensales en la víspera del feriado. Unos 15 minutos antes se produjo otro ataque contra un local de comidas, a unas 15 cuadras de allí.
La explicación que dio la jefa policial santafesina, a cargo directamente también de las unidades que operan en Rosario, es que esa zona estaba asignada a la Policía Federal, que se encarga, según apuntaron fuentes que participaron de la reunión, de patrullar la zona del microcentro de esta ciudad. Llamó la atención a los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación que el tirador tardó 30 segundos en bajar, apuntar y gatillar su arma calibre 9 milímetros.
Luego se subió a su moto color rojo, como muestran los videos de las cámaras de seguridad, y salió a contramano por la avenida Pellegrini. Tomó después, también a contramano, calle Italia para desaparecer. Nadie lo persiguió. Ni tampoco se montó un operativo para atraparlo. Los primeros que llegaron al lugar fueron policías que realizan una custodia sobre el edificio de Tribunales –debido a que fue atacado en dos oportunidades-, que se encuentra a tres cuadras de allí.
Según señalaron fuentes judiciales a LA NACION, los fiscales pidieron los GPS de los móviles de las fuerzas de seguridad, tanto provinciales como federales, para evaluar cómo reaccionaron después de que se diera el alerta al 911.
En teoría, los operativos de seguridad pública se diseñan en un comando unificado, integrado por las fuerzas federales, la policía provincial y el Ministerio de Seguridad, en el llamado OJO, que se encuentra en la sede de gobierno de Rosario.
Fuentes de la Policía Federal señalaron a LA NACION que esa fuerza tiene asignados patrullajes en el centro los días de semana y en horario comercial. Se había definido ese tipo de intervención para evitar salideras bancarias y robos en la zona céntrica.
La posición de la jefa de Policía de de Santa Fe desligarse de la persecución y la prevención de este tipo de ataques en el centro de la ciudad generó malestar en oficiales de la Policía Federal, que advirtieron que los 500 efectivos de esa fuerza que están desplegados en Rosario realizan tareas de apoyo a la policía santafesina.
Actualmente en Rosario hay 5400 policías de Santa Fe, a los que se sumaron 500 policías federales y unos 3100 gendarmes, después del refuerzo de 575 efectivos de esta fuerza que llegaron a mediados de octubre pasado.
Después del impacto político que generaron estos episodios, el gobernador Omar Perotti reapareció en Rosario con reuniones con el intendente Pablo Javkin y el ministro de Seguridad provincial, Jorge Lagna. También habló telefónicamente con el ministro Aníbal Fernández. Surgieron versiones sobre cambios en el área de seguridad santafesina, pero esta tarde trascendió que había sido descartada esa posibilidad
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