Rosario: exponen el control de Los Monos sobre las barras de Newell’s y Central
Uno de los barrabravas investigados sería testaferro de Guille Cantero; la violencia narco se adueña de las tribunas
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ROSARIO.- El control de las barras bravas en Rosario tomó desde hace más de una década un perfil particular: la banda de Los Monos ejerce influencias y control en las dos hinchadas rivales, tanto de Newell’s como de Rosario Central, un rasgo que aporta mayor violencia al negocio del fútbol que se enreda con el narcotráfico. Aldo Marcelo Sosa, actual jefe de la barra de Newell’s, es un ejemplo claro del dominio que posee el grupo narcocriminal sobre esa hinchada. Este hombre de 48 años, apodado Gatito Chemea, cobra 180.000 pesos mensuales como empleado de planta permanente de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, donde ingresó hace 30 años. El viernes su casa en Arijón 590 bis, de la zona sur de Rosario, fue allanada y quedó detenido durante algunas horas.
El fiscal Matías Edery ordenó allanar el domicilio en busca de documentación y sobre todo de los teléfonos que usa Sosa, que está sospechado de tener relación con el crimen del narco y exjefe de la barra de Newell’s Marcelo Medrano, que fue ejecutado el año pasado.
Sosa hizo su aparición como líder de la barra en enero pasado durante una asamblea de socios en Newell’s, según publicó en Rosario/12 el periodista Alejo Diz. Este año estaba previsto que se realizaran elecciones en esa entidad, pero se postergaron por la pandemia. Sosa apoyaría al actual vicepresidente Cristian D’Amico, que tras la derrota de Newell’s en el clásico con Central vio vandalizadas las persianas de su comercio con pintadas que hacían referencia a su supuesta relación con Sosa. “No a la presidencia narco-Chemea”, fue escrito por desconocidos en ese local.
Unas horas después de que se produjera el allanamiento, Gatito Sosa fue suspendido por 30 días y sin goce de sueldo de la Defensoría del Pueblo, un lugar donde hasta el inicio de la pandemia se desempeñaba como personal de “maestranza”, según señalaron fuentes de ese organismo a LA NACION. Sosa llegó a la Defensoría del Pueblo en el 2001, luego de un traspaso de personal de la Legislatura a ese ente, donde no tiene ninguna falta administrativa. Cobra 180.000 pesos porque posee la categoría 19 y más de 30 años de antigüedad.
Sosa, quien ni siquiera terminó el colegio secundario –llegó hasta cuarto año-, aparece involucrado con la banda de Los Monos desde hace más de una década. Fue llamado a indagatoria en la causa por lavado de dinero contra 15 miembros del clan Cantero, que este año serán juzgados por un tribunal oral federal.
De testaferro a líder de tribuna
La Unidad de Información Financiera, que es querellante en el expediente por lavado, pidió su procesamiento al detectar que “Gatito Chemea” es considerado “miembro de la organización narcocriminal”, y que el rol que tiene dentro de la banda es el de “testaferro” de Ariel Cantero, conocido como Guille, líder del grupo narcocriminal, preso actualmente en el penal de Marcos Paz, donde cumple seis condenas a 62 años de prisión.
Según el expediente que tramitó el juez federal Marcelo Bailaque, al que tuvo acceso LA NACION, Sosa aparece en los registros como propietario del 90 por ciento de un BMW 120D que usaba Guille Cantero. El mismo porcentaje posee en una embarcación de nombre “La venenosa”, que fue adquirida por el líder de Los Monos. Y figura luego como accionista del barco “El Pajarito” –nombre en honor a Claudio Cantero, alias Pájaro- que habrían adquirido en 2012, entre otros vehículos. El juez Bailaque dictó la falta de mérito contra Sosa, a pesar de los informes detallados que elaboraron la UIF y Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos.
Cuando la policía allanó su casa en 2015 encontró, según declaró Sosa el 25 de abril de 2019, “alrededor de 200 y pico de boletos de compraventa de automotores”. Y agregó: “Esos son todos los vehículos que yo fui comprando y vendiendo. Yo tengo trabajo, soy empleado de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe con una antigüedad de 28 años y tengo un sueldo de 75.000 pesos mensuales (hoy 180.000 pesos), más aguinaldo, más créditos del Banco de Santa Fe que he sacado; con eso justifico las operaciones”. Sosa reveló que Guille Cantero posee el 10 por ciento de la camioneta BMW porque le “faltaba plata” y le pidió al líder de Los Monos que le aportara ese dinero. La Justicia le creyó.
A Sosa el puesto que posee en el Estado le sirvió para justificar la compra de esos vehículos de alta gama y embarcaciones, según entendió el juez que prefirió no investigar mucho más sobre quién es este hombre, que –según la UIF- forma parte de la banda de Los Monos. Nadie se preguntó cómo hizo un empleado público para tener una flota de autos y embarcaciones.
Ahora Sosa está sospechado de tener vinculación con el crimen de “Coto” Medrano, exjefe de la barra de Newell’s, donde desde hace por lo menos ocho años los liderazgos son efímeros porque los que llegan a ese pedestal son asesinados.
El mes pasado fueron condenados a prisión perpetua Emiliano Javier Avejera, antecesor de Sosa, Enrique Solís y José Pucheta por asesinar a seis personas, dos de ellas por error, y cuatro tentativas de homicidio, que ocurrieron entre noviembre de 2016 y febrero de 2018 en el marco de una disputa con ejes en el narcotráfico y la barra brava de Newell’s.
En la misma semana en que se conocieron las condenas contra esos tres criminales, otro protagonista de este universo violento como es el exjefe de la barra de Newell’s Diego Ochoa, alias “Panadero” fue condenado a 5 años y cuatro meses por el crimen de Maximiliano “Quemadito” Rodríguez, a quien lo ejecutaron en 2013 de un tiro en la cabeza tras salir del cajero del banco Macro en Pellegrini y Corrientes en el centro de Rosario.
La pena se unificará con la ya impuesta por el homicidio de su antecesor, Roberto “Pimpi” Caminos, por lo que en total deberá cumplir 18 años en prisión. El autor material del asesinato de Pimpi fue René Ungaro, el aliado de los hermanos Funes, sentenciado a 11 años.
Las conexiones con Los Monos llegan tanto a Newell’s como a la barra de Central, cuyo líder, Andrés Bracamonte, salió de prisión bajo fianza en noviembre pasado, en una causa en la que está acusado de supuesto lavado de activos. Ese expediente se originó a partir de la investigación del crimen del policía Cristian Ibarra, ocurrido el 22 de julio de 2019. El sicario que mató a este policía que vendía drogas fue Ariel Maximiliano Cantero, alias Chanchón, que es hijo de Máximo Cantero, fundador de Los Monos. En esa causa se empezó a investigar a Pillín Bracamonte a partir de que su nombre apareció en una de las llamadas que hizo el sicario.
“Pillín Bracamonte seguía manteniendo una relación con el Viejo Cantero, que heredó del Pájaro, su hijo”, señaló una fuente de la investigación. Esa cercanía con Los Monos quedó cristalizada en una fotografía tomada durante un cumpleaños de Claudio Cantero, en la que aparecen Bracamonte; el entonces jefe de la barra de Newell’s, Daniel Vázquez –procesado por lavar plata a Los Monos, y los miembros de esa banda narco.
Cinco homicidios en menos de 48 horas
Mientras avanzan investigaciones sobre las conexiones de Los Monos con los jefes de las barras Rosario, no da descanso la violencia urbana en esa ciudad. Dos homicidios se registraron anteanoche allí, en distintos hechos que tuvieron como víctimas a un joven baleado y a una persona en situación de calle apuñalada, según informaron fuentes judiciales. En menos de 48 horas se notificaron cinco homicidios.
Un joven de 24 años identificado como Víctor Hugo Cardozo fue asesinado de varios disparos alrededor de las 21 en Beruti y Esmeralda, en el barrio La Sexta de Rosario, dijeron voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA). La víctima fue trasladada por su hermana en un automóvil particular al Hospital Provincial de esta ciudad, el más cercano al lugar del hecho, en el que falleció minutos después, agregaron las fuentes.
De acuerdo a las primeras averiguaciones consignadas por Télam, los familiares de Cardozo estaban en el interior de su domicilio y escucharon detonaciones de un arma de fuego. Al salir a la vereda, encontraron al joven tirado en el suelo y sangrando por las heridas de balazos.
La policía recogió en el lugar tres vainas servidas que serían de calibre 9 milímetros y que fueron enviadas a peritar, según señalaron desde la Unidad de Homicidios Dolosos. El fiscal Patricio Saldutti ordenó el relevamiento de las cámaras de videovigilancia del lugar y entrevistas a potenciales testigos del ataque.
En tanto, un poco después, cerca de las 22.20 de anoche, un hombre en situación de calle fue asesinado de una puñalada en la zona de la Terminal de Ómnibus Mario Moreno.
Según informó la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos, el hecho ocurrió en Santa Fe y Cafferata y la víctima no había podido ser identificada. La Policía de Santa Fe arrestó a un hombre de 41 años como presunto autor de ese crimen a raíz de datos aportados por testigos, explicaron fuentes judiciales.
Se trata de una persona identificada por sus iniciales como M.S.P que “será llevado a imputativa en principio el día lunes”, informó el MPA. Los investigadores sospechan que la víctima había mantenido una discusión con el agresor, que lo atacó con un puñal.
Un día antes de esos dos homicidios se habían notificados tres asesinatos en el área judicial de Rosario.
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