Rodríguez Granthon: El narcopiloto que manejaba las operaciones de su banda desde la cárcel con celulares que cambiaba cada 15 días
El exaviador peruano está detenido en el penal de Ezeiza, desde donde seguía controlando una maquinaria de lavado de dinero y tráfico de estupefacientes; en las últimas horas detuvieron a 12 miembros de su organización, entre ellos, a su principal ladero
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ROSARIO.-Desde la cárcel federal de Ezeiza, el narco Julio Rodríguez Granthon, un expiloto de aviación de origen peruano que residía en Rosario, maneja un engranaje sofisticado de una maquinaria de lavado de dinero y de narcotráfico que excede el mapa santafesino, ya que se detectaron contactos con el conurbano bonaerense y la provincia de Corrientes.
A partir del secuestro de 567 kilos de marihuana, en los que se identificó a Ricardo Piris, yerno del exintendente de Itatí Roger Terán, como uno de los proveedores de esa droga proveniente de Paraguay, una investigación encabezada por fiscales federales de Rosario y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) logró identificar cómo funcionaba la organización, que era lidera desde el penal federal de la provincia de Buenos Aires este narco peruano a través de comunicaciones que mantenía con los miembros de la banda con teléfonos celulares.
Rodríguez Granthon, expiloto de aviación nacido en Callao, Perú, creció de manera vertiginosa en los últimos tres años desde las prisiones en las que estuvo alojado, entre ellas Piñero, en Santa Fe, y Marcos Paz y Ezeiza, penales federales situados en la provincia de Buenos Aires.
El Peruano, como se lo conoce a este jefe narco, ya fue condenado dos veces y acusado del participar del crimen del exconcejal Eduardo Trasante. Pero a pesar de que las sentencias y las investigaciones en contra de Rodríguez Granthon se comprueba, además, que su red criminal y económica sigue funcionando intacta desde la cárcel.
Esta investigación comenzó en agosto de 2022, según señalaron fuentes judiciales, cuando llegaron a las autoridades informaciones que indicaban que un preso en Ezeiza que tenía “protección de la policía de Santa Fe” traficaba “merca” y usaba teléfonos celulares desde la prisión “que cambia cada 15 días”.
En una requisa en la cárcel de Ezeiza, se incautó un teléfono celular en la celda de Rodríguez Granthon que aportó información sobre los movimientos de la organización. El 29 de mayo pasado se secuestró en un galpón de la localidad de Funes, en las afueras de Rosario, 567 kilos de marihuana, que había trasladado a la provincia de Santa Fe Piris, un hombre que había sido condenado en el marco de la megacausa que se centró en la actividad narco en Itatí, donde su suegro fue intendente.
A partir de la “caída” de este cargamento, la investigación profundizó los lazos y las maniobras que ordenaba Rodríguez Granthon desde la cárcel de Ezeiza. Uno de los nexos más importantes que tiene este narco es en La Reja, partido de Moreno, provincia de Buenos Aires, donde un alfil de la banda reside allí, como es Facundo Pérez, alias Jirafa, que se encargaría de la distribución de la droga y también de operaciones de supuesto lavado de dinero.
En las últimas horas, la Policía Federal Argentina (PFA) detuvo a 12 sospechosos, entre ellos a Jirafa Pérez. Estaba oculto en una quinta alquilada en La Reja.
Calificadas fuentes de la PFA definieron a Jirafa Pérez como mano derecha de Rodríguez Granthon y lo definieron como el “máximo encargado de la organización, quien daba órdenes para la entrega de estupefacientes y las cobranzas y llevaba las cuentas de la empresa criminal”.
De la investigación participó un grupo de elite del Departamento de Investigaciones Especiales de la PFA, a cargo del comisario inspector Pablo Carcacci, quien hoy, junto con el jefe la fuerza, comisario general Juan Carlos Hernández, y el comisario general Alejandro Ñamandu, que conduce la Superintendencia de Investigaciones Federales, dieron una conferencia de prensa para dar detalles de los operativos que terminaron con las detenciones de los sospechosos.
Las autoridades de la PFA destacaron el trabajo hecho por el fiscal federal de Rosario Claudio Kishimoto y del fiscal federal Diego Iglesias, que conduce la Procunar.
Entre los detenidos, además de Jirafa Pérez, la PFA detuvo a un ciudadano venezolano que definieron como el “financista” de la organización criminal desbaratada.
En la causa se estableció que esta banda había trasladado un cargamento de 200 kilos de cocaína, que tenía como destino la ciudad de Rosario y conurbano bonaerense, donde la droga se distribuía en diferentes facciones de otros grupos narco. Este cargamento habría arribado a Argentina en julio del año pasado, y los investigadores advirtieron que en ese momento, en las comunicaciones telefónicas, los miembros de esta organización hacían referencia a que habían llegado “200 pollos”.
De acuerdo a la causa, el 7 de julio del año pasado, desde el penal de Ezeiza, Rodríguez Granthon le indicó a Jirafa Pérez el cronograma de reparto del estupefaciente. Le envió una foto de una lista donde figuraban “50 Toro, 40 Rodrigo, 30 Reina, 15 Marta 15, Mario 10, Fede 10, Chulo 10″.
Otro punto importante de la investigación está relacionado con el dinero proveniente del narcotráfico que se usa para camuflarlo a través de actividades lícitas. Pero, además, un capítulo importante es cómo este grupo criminal obtenía dólares para adquirir la droga que luego comercializaba.
En este capítulo aparece como un engranaje clave las maniobras que realiza Noel Ramos, quien posee “una tarea primordial” como es comprar dólares blue para adquirir la droga que viene del extranjero. En noviembre de 2021, Rodríguez Granthon fue procesado en una causa por narcotráfico en Rosario, donde se descubrió que este narco compraba por semana unos 32 millones de pesos en una cueva financiera, que era manejada por Gustavo Shanahan, expresidente de Terminal Puerto de Rosario.
También se detectó en esta nueva investigación que Rodríguez Granthon tenía una red de lavado de dinero que incluía la compra de camiones para una empresa de transporte que maneja su familia y también de propiedades en las ciudades cercanas a Rosario, como Alvear, Roldán y Funes. Llamó la atención que se enfocaran las actividades de blanqueo en el rubro ferretería.
Rodríguez Granthon apareció como un jefe narco de importancia en el mapa narco de Rosario, luego de que hace cuatro años se realizó un megaoperativo bajo el rótulo “coronas blancas”, que era el sello que tenían inscriptos los panes de cocaína que había ingresado al país Rodríguez Granthon. El Peruano era en ese momento proveedor de cocaína de Ariel Cantero, alias Guille, y de su padre Máximo, conocido como El Viejo, líderes de Los Monos.
Desde la cárcel de Piñero, donde estaba preso en ese momento –luego fue trasladado a Marcos Paz y después a Ezeiza- impartía órdenes para que sus socios distribuyeran cocaína en varias zonas de Rosario. Entre el 4 y el 5 de noviembre de 2019 el grupo sufrió un fuerte golpe luego de que efectivos de la División Antidrogas Rosario de Policía Federal realizaran múltiples allanamientos y detuvieran a siete personas, a los que les secuestraron 15 kilos de cocaína y mucho dinero: 5.000.000 de pesos y más de 100 mil dólares. Esa cantidad de droga era la que se distribuía por semana en Rosario, según calcularon los investigadores.
En el juicio, el fiscal federal Federico Reynares Solari, quien llevó adelante la acusación en el debate oral, mencionó la conexión entre el Peruano y Guille Cantero, aunque la causa se la conoció como expediente Manrresa. Ese rótulo se debía a uno de quienes fue condenado: Claudio Manrresa, un licenciado en Seguridad e Higiene de 49 años imputado de ser parte de esta red y señalado como uno de los colaboradores de Eric Masini, el proveedor de la cocaína. El Tribunal Oral Federal 3 condenó en agosto de 2021 a 12 años de prisión al Peruano, acusado de ser el organizador del tráfico de droga.
El otro hecho en el que el Peruano está acusado es el crimen del exconcejal Transante. Rodríguez Grathon planeó el crimen del exedil desde el pabellón Nº 9 de la Unidad Penal Nº11, donde estaba alojado en ese momento. La fiscalía de Rosario pidió la pena de prisión perpetua para Rodríguez Granthon.
La víctima, que era pastor evangélico, fue ejecutado de dos disparos el 14 de julio de 2020, cuando dos sicarios entraron a su casa y le dispararon en una mano y en la cabeza, delante de Carolina Leones, pareja del exconcejal.
Trasante fue electo concejal en 2017 por esa agrupación política de izquierda, tras convertirse en un referente social al reclamar justicia por los crímenes de dos de sus hijos. Jeremías fue asesinado junto a dos amigos Claudio Suárez, y Adrián Rodríguez, el 1º de enero de 2012, por miembros de una banda narco liderada por Sergio Rodríguez, condenado a 32 años de prisión. El 2 de febrero de 2014 fue asesinado Jairo, de 17 años, otro hijo del pastor, a la salida de un boliche en Rosario.
En 2017 Trasante fue electo concejal, pero a fines de diciembre del año siguiente renunció a su banca por un problema de supuesta violencia de género que nunca quedó claro qué ocurrió. Por su historia en relación a la búsqueda de justicia por la muerte violenta de sus dos hijos, el crimen del exconcejal provocó conmoción en Rosario, pero hasta ahora no se conoce cuál fue el móvil del crimen.
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