Robos de ruedas, un delito que crece de la mano de los vaivenes económicos

Arrecian los robos de ruedas y campea la impunidad. Esta modalidad delictiva crece año por año en la Argentina, estimulada por el elevado precio de neumáticos en canales legales. Según las últimas cifras oficiales, se denunciaron 360.000 sustracciones de conjuntos de llantas y cubiertas en nuestro país en el último bienio, en promedio.

Debido al incremento de los robos de ruedas y baterías, los vecinos de los distintos barrios del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA) recurrieron a alertar en grupos de WhatsApp sobre los distintos hechos ocurridos en la zona. En algunos casos, como, por ejemplo, en la calle Caracas, en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, los vecinos pegaron carteles en los que advierten a quienes dejan sus coches estacionados en la vía pública que en esas cuadras los ladrones están activos.

Cerca de Villa Pueyrredón, en Tinogasta y avenida San Martín, en el límite entre Villa del Parque y Agronomía, dos delincuentes a bordo de un Fiat Palio blanco modelo 2018. robaron la rueda trasera derecha de un Volkswagen Nivus que estaba estacionado frente al club Comunicaciones.

A los delincuentes les llevó no más de 45 segundos armar la puesta en escena para apoderarse de la rueda. Según fue registrado por una cámara de seguridad de la cuadra, el Palio blanco estacionó de culata en la entrada de vehículos de una casa, sobre la vereda de Tinogasta.

Dos asaltantes descendieron del Fiat. Uno de ellos comenzó a hablar por celular (o, al menos, eso parecía), al tiempo que levantaba la puerta trasera del auto. Mientras, su cómplice caminaba por la cuadra con el objetivo de comprobar si el dueño estaba cerca.

Luego, ese ladrón se acercó al Volkswagen Nivus, que estaba prácticamente al lado del Palio. Comenzó a aflojar las tuercas de la rueda con una llave cruz. Para violentar la tuerca de seguridad utilizó una maza y un cortafierro, con los que partió el bulón con un golpe seco. Casi en simultáneo, el delincuente que hablaba por teléfono cerró la puerta del baúl del Palio y abrió la puerta trasera derecha.

El ladrón que había retirado las tuercas y partido el bulón de seguridad se puso un par de guantes, inhaló profundo, estiró los brazos hacia atrás y, como si fuera un fisicoculturista en una prueba de fuerza, levantó a pulso la parte trasera del VW Nivus, mientras que su compañero, en una veloz maniobra, retiró la rueda de un tirón.

En menos de cinco segundos, los delincuentes se apoderaron de un botín cuyo valor de mercado se aproxima a 600.000 pesos entre llanta y cubierta, usados.

Una vez que se apoderaron del neumático, ambos ladrones lo cargaron en el asiento trasero del Fiat Palio y huyeron. Hasta el momento no hubo ningún detenido por ese hecho, aunque varios vecinos alertaron que fueron víctimas de robos de ruedas.

Las últimas estadísticas oficiales indican que en 2022, las compañías de seguros recibieron 402.000 denuncias por robos parciales de vehículos. Según fuentes de las aseguradoras, el 90% de esos robos parciales corresponden a ruedas. Aunque, en los últimos años, los robos de baterías formaron parte del universo del otro 10% de los robos parciales denunciados.

La mitad de los robos de ruedas se concentraron en territorio bonaerense; 11%, en la Córdoba, y 10%, en la ciudad de Buenos Aires, donde hubo 44.000 denuncias en un año.

Las zonas del conurbano donde se registró la mayor cantidad de los robos de ruedas fueron los partidos de Esteban Echeverría, La Matanza y Tres de Febrero, según el informe estadístico de las aseguradoras. En los 32 partidos del conurbano se denunciaron 155.500 robos parciales de vehículos. Mientras que en el resto de la provincia de Buenos Aires hubo 44.500 robos parciales.

Entre las aseguradoras reconocen que también existe una problemática típica del sector: el 8% de las denuncias que se reciben son falsas y el 20% corresponde a intentos de fraude contra las compañías de seguros.

Uno de los factores del aumento en la cantidad de robos de ruedas radica en la falta de insumos para la industria automotriz, que derivó en la escasa cantidad de repuestos y las dificultades para importar neumáticos, especialmente.

Esa extraña alquimia provocada por los vaivenes del mercado y la economía, sumada a la rentabilidad que los delincuentes obtenían al reducir cada rueda que robaban, provocó un crecimiento notable en la cantidad de robos.

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