Robos en Núñez y Recoleta: un GPS oculto en un auto permitió desbaratar una violenta banda que protagonizaba entraderas
Uno de los integrantes de la organización criminal está preso en la cárcel de Ezeiza donde purga una condena a 31 años de cárcel
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La violencia no tenía límites. No les importaba que sus víctimas fuesen personas mayores, sin posibilidad de defenderse. Su objetivo era apoderarse de dinero en efectivo, sobre todo dólares, joyas y otros elementos de valor. En sus robos, en propiedades de Núñez, Recoleta y La Plata, los golpes y las amenazas eran protagonistas. Durante, por lo menos, casi cinco meses no tuvieron contratiempos. Pero en los últimos días, la banda delictiva quedó desbaratada cuando una investigación judicial y policial pudo identificar a sus ocho integrantes.
Una de las claves para desbaratar a la organización criminal fue, a partir del análisis de las cámaras de seguridad, descubrir el garaje donde guardaban uno de los automóviles robados que utilizaba para circular. Un juez ordenó instalar un rastreador satelital en el vehículo. Lo demás fue cuestión de tiempo.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales y policiales. Detectives de la Policía de la Ciudad detuvieron a seis sospechosos que habrían protagonizado cuatro violentos golpes y ahora buscan a dos cómplices que están prófugos.
Uno de los integrantes de la banda participaba del plan criminal desde su celda del Complejo Penitenciario Federal N ° 1 de Ezeiza, donde cumple una condena de 31 años de prisión por delitos como secuestro extorsivo. Se trata, según fuentes judiciales, de Federico Chuliver, apodado “El Chuli”.
La investigación, a cargo del juez en lo criminal y correccional porteño Martín Yadarola, y de la que participa personal de la Fiscalía de Distrito de Núñez-Saavedra, conducida por el fiscal José María Campagnoli, y detectives de la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad, comenzó el 16 de junio pasado, tras un violento robo en una propiedad de Ciudad de la Paz al 3100, en Núñez.
Ese día, a las 12, cuatro delincuentes redujeron a D. T.; le pegaron piñas y patadas y lo ataron de pies y manos. Mientras lo insultaban, le exigían que entregara todo el dinero.
En plena faena criminal, llegaron la hija y el yerno de D. T., quienes también fueron reducidos y maniatados. Los tres fueron encerrados en una habitación de la propiedad. Los delincuentes se hicieron de un botín de 9000 dólares.
Los delincuentes se fueron de la escena del robo en un Renault Megane gris, que fue captado por diferentes cámaras de seguridad.
Las filmaciones terminaron siendo la clave de la investigación. El análisis que hicieron especialistas de la División Anillo Digital de la Policía de la Ciudad y por el Centro de Monitoreo Urbano (CMU) porteño determinó el recorrido que hizo el Renault Megane gris en el que circulaban los ladrones el 6, 7 y 16 de junio pasado.
“Se determinó que el auto lo estacionaban en un garaje del barrio de la Boca. La persona que pagaba la cochera dejó una identidad falsa, pero el número de teléfono que dejó como contacto sirvió para identificar a uno de los sospechosos”, dijo una fuente judicial.
El auto tenía una chapa patente que no le correspondía. Los investigadores determinaron que el vehículo tenía pedido de captura desde marzo de 2021. Se lo habían robado a un vecino de Hurlingham.
A partir del número de contacto que habían dejado en la cochera de la Boca, los investigadores lograron obtener la foto de perfil usada en la aplicación de Whatsapp y con la información de la empresa telefónica contratada, se le pudo poner nombre y apellido a la imagen.
El juez Yadarola ordenó intervenir la línea telefónica y, también, instalar un GPS en el Renault Megane gris que usaban los ladrones.
A partir de la información aportada por el rastreador satelital, se determinó que el 12 de agosto pasado, el automóvil utilizado por los ladrones estuvo detenido en Hernandarias al 1900, en la Boca. Ese día, una vecina de esa cuadra sufrió un violento robo, según se desprende del expediente judicial.
Pero, además, la banda protagonizó otro hecho en La Plata. Las víctimas fueron un hombre de 87 años y su esposa, de 82. Fue el 24 de septiembre pasado.
La banda siguió a Carlos H. hasta un cajero automático y cuando descendió del vehículo, un Mercedes Benz, con un inhibidor de señal, los ladrones abrieron el auto y le sustrajeron las llaves de su casa.
Con las llaves, los delincuentes no tuvieron inconvenientes en ingresar en la propiedad. Sorprendió a la esposa del hombre en la cocina. La golpearon y la llevaron a una habitación. Se hicieron de un botín de dinero en efectivo y joyas.
Antes de abandonar la casa, se encontraron con Carlos H. que regresaba del cajero automático. El hombre fue reducido, maniatado y le taparon la boca.
Con las pruebas reunidas, el juez Yadarola ordenó una serie de allanamientos y detenciones. En uno de los operativos, los detectives policiales secuestraron platería que los ladrones había robado el día anterior en un robo en un inmueble de Recoleta.
Mientras intentan dar con los dos prófugos, en los próximos días el juez Yadarola definirá la situación procesal de los seis sospechosos detenidos.
“Este caso es una prueba más de que en la Ciudad el que las hace, las paga. Gracias a la tecnología de las cámaras y al trabajo profesional que lleva adelante la Policía de la Ciudad se logró descubrir el accionar de los miembros de esta banda, llevar a cabo los allanamientos y su posterior detención”, sostuvo el ministro de Justicia y Seguridad, Marcelo D´ Alessandro.
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