Robo de medidores de agua: una modalidad en crecimiento que perjudica a los vecinos y genera pérdidas millonarias a las empresas
El pico de hechos en el Área Metropolitana de Buenos Aires fue en enero, con 976 piezas sustraídas; son vendidas como chatarra en el mercado ilegal, donde por cada kilo de bronce se paga lo mismo que lo que vale el artefacto
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En este tipo de delitos no hay personas que se enfrenten cara a cara con el acto violento. Tampoco requiere, para sus ejecutores, de un alto grado de sofisticación. En general, los delincuentes trabajan provistos de unas pocas herramientas, de madrugada, mientras el resto descansa. Los vecinos recién se enteran de que han sido víctimas cuando salen a trabajar por las mañana y se encuentran con sus veredas inundadas. La modalidad que viene creciendo entre los robos “chatarreros” es la de los medidores de agua, para la venta del bronce del que están hechos. Se suma al saqueo de cables, monumentos, placas y otros objetos de metal-, algo que, además del dolor de cabeza que representa para los ciudadanos, les genera a los prestadores de servicios pérdidas por cientos de miles de pesos mensuales.
“El lunes pasado, una vecina me tocó el timbre a la mañana para avisar que la policía la había alertado que, durante la madrugada, se habían robado los medidores de agua. Como el tanque de mi casa aún estaba lleno, no nos habíamos dado cuenta de lo que había pasado. Cuando salimos advertimos que no éramos los únicos a los que les habían robado. En total fueron ocho casas en toda la cuadra”, comentó Marta, quien hace 34 años vive en el barrio porteño de Versalles y que asegura: “Nunca antes había visto robos de esta índole”.
Según datos que pudo recopilar LA NACION, en los últimos dos meses hubo, al menos, cinco casos de estas mismas características en la zona: en Echenagucía, entre Álvarez Jonte y Miranda; en Alcaraz y Ruiz de los Llanos; en la intersección de Bruselas y Gamboa; en Madrid y Cuzco, y en el cruce de las calles París y Viena. Todos los hechos se dieron en un radio de, cuanto mucho, cinco cuadras.
#Roban ocho #mediadoresdeagua en una cuadra #ZonaLiberada en la calle Echenagucia, entre Alcaraz y Miranda. Parece un hecho menor o hasta fortuito para algunos que se roben en la noche de este domingo 10 de abril ocho medidores de agua, pero resulta más profundo. Hace un mes ocurrió igual en la calle Madrid, entre Gallardo y Cuzco. Estos robos de medidores de agua excede la jurisdicción y es un sistema que implica 80 robos diarios de medidores en la ciudad, según estadísticas de los propios trabajadores de #AySA. Quienes fueron muy rápidos en colocar nuevamente los medidores. Para cerrar nos viene la siguiente pregunta: ¿Para qué están las cientos de cámaras de seguridad que tanto propagandiza el Gobierno de #RodriguezLarreta y #Santilli? ¿Podrán resolver los jefes policiales, el ministerio de seguridad, o el poder judicial de la Ciudad, el misterioso y sofisticado robo en banda de medidores de agua? ¿Habrá que esperar a la llegada de superhéroes?
Posted by Versailles de Pie on Tuesday, April 12, 2022
Pero este tipo de robos no se limita tan solo al barrio de Versalles. En el último tiempo se han dado a conocer casos de estas mismas características en distintas zonas del área metropolitana y en el resto del país. De eso se deduce que no se trata solo de una o varias bandas que operan en una zona determinada. Tampoco se trata de delincuentes sofisticados.
Desde la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) remarcaron que, de los 27 distritos en los que brinda servicio, la mayoría de estos delitos se dieron en la Ciudad de Buenos Aires. El pico más alto de robo de medidores fue en enero de 2022, con 976 piezas sustraídas.
Impresionante. Villa del Parque 7 am. El señor se robó unos cuantos medidores de agua como si nada 😤@AySA_Oficial @Policia_ciudad @horaciorlarreta 👇 pic.twitter.com/m5Vowp8iAn
— Diego Quintana 📍 (@daquintana) April 20, 2019
Uno de los lugares donde más creció este tipo de robos en el último año es en la zona oeste del Gran Buenos Aires. En febrero del 2021 se registraron 19 piezas robadas. Pocos, en comparación con los 483 medidores que debieron ser repuestos en el mismo mes de este año. Por otro lado, voceros de la compañía remarcaron que los distritos donde más se dio este tipo de robos fueron Tres de Febrero, con 810 medidores robados en solo cuatro meses; San Martín, con 745; y La Matanza, con 579 en el mismo período.
La historia no solo se repite por todo el resto del conurbano, sino que se extiende al resto de las provincias, tomando como objetivo las zonas residenciales de ciudades como Córdoba, Rosario y Mendoza, donde los medios locales registran robos de este tipo todas las semanas.
Costos del delito
Desde AySA afirman que cada medidor tiene un costo para la empresa que ronda los 1200 pesos, por lo que este tipo de delitos le genera mensualmente una pérdida de cientos de miles de pesos, a veces, de más de un millón, como ocurrió en enero pasado. Lo irónico del caso, es que en el mercado de chatarra, el kilo de bronce cuesta prácticamente lo mismo.
Según detallaron fuentes de la Policía de la Ciudad a LA NACION, el robo de este tipo de materiales tiene como objetivo final la venta del metal por dinero y quienes realizan este tipo de delitos no son bandas organizadas sino personas en situación de vulnerabilidad que ven en este tipo de hurtos una forma de obtener una ganancia, aunque sea mínima, siendo el eslabón más débil en toda esta cadena delictiva, en la que intervienen chatarrerías, metalúrgicas y empresas de reciclado de materiales.
En general, los delincuentes, provistos de algún tipo de pinza, un alicate, o bien a mano limpia, van destapando, una por una, las tapas que protegen los artefactos puestos bajo el nivel de la vereda y van probando cuáles son las que se pueden desprender. A veces lo pueden hacer con todas las de una cuadra; a veces solo se llevan una o dos. En todos los robos hay un común denominador: actúan en calles con poco o nulo movimiento, por la noche, mientras los vecinos duermen.
Además, aseguran que, por este motivo, tanto desde la Policía de la Ciudad como de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) realizan constantes procedimientos en “metaleras” y galpones donde se compran esos objetos para reducirlos, lo que permite que se recuperen muchas piezas y cables robados.
Desde la fuerza porteña destacan que las Comisarías Comunales destinan personal al patrullaje nocturno para que estén alertas a este tipo de robos. A su vez, los propios vecinos llaman al 911 cuando observan movimientos extraños o ven a alguien que está forcejeando para robar los metales.
El problema es que, por el horario en el que operan los delincuentes, lo habitual es que los vecinos recién noten el hecho por la mañana, cuando ya está consumado, por lo que en muchos casos prefieren ocuparse exclusivamente de la reparación (para lo cual llaman a AySA) y no hacer la denuncia policial, ya que no la ven como algo útil para obtener una solución.
En ese sentido, desde la Policía de la Ciudad admiten: “Constantemente tenemos detenidos por este delito, pues estas personas son arrestadas. Pero a las 48 horas, dado que son tentativas de robo, vuelven a la calle y reinciden”.
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