Robledo Puch: el preso con más antigüedad en una cárcel argentina
Conocido como el mayor asesino serial del país, lleva más de cuarenta años detenido; volvieron a negarle la libertad
Una vez más le negaron la libertad a Carlos Robledo Puch , el preso con más antigüedad en una prisión argentina. Tal como informó LA NACION , la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro denegó su solicitud por considerar que no reúne los requisitos para acceder a la libertad condicional, paso previo antes de solicitar una excarcelación definitiva.
Puch es el mayor asesino serial de la historia argentina y ya lleva más de 40 años preso. Fue condenado a reclusión perpetua, más la pena accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, por haber cometido 10 homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, 17 robos, una violación, una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos hurtos y dos raptos.
El "Angel Negro", como se lo conoce, pasó más tiempo de su vida preso que en libertad: entró a la cárcel cuando tenía apenas 20 años, y ya tiene más de 60. Está alojado en el pabellón 10 del penal de máxima seguridad de Sierra Chica, la cárcel que se hizo conocida por el sangriento motín del 30 de marzo de 1996 .
Sin libertad
No es la primera vez que Puch pide su libertad . Ya lo hizo en varias oportunidades, y siempre se la denegaron. Ya en la década del 80 comenzó a solicitar salir de la cárcel, pero aún no había cumplido el plazo mínimo estipulado por la ley. En el año 1994 volvió a plantear su pedido, pero la Cámara de San Isidro consideró que su cómputo de detención era de 20 años y 11 meses y debía esperar a llegar a los 30 exigidos por la ley. Robledo Puch solicitó un nuevo cálculo de condena y se le dieron como cumplidos los 25 años en 1995. De esta manera, en el año 2000 quedó en condiciones de pedir su libertad condicional.
Cuando Ricardo Barreda, el odontólogo acusado del cuádruple crimen de su familia, accedió a la prisión domiciliaria, en el año 2008, Puch insistió en su solicitud. Oscar Quintana, Ernesto García Maañon y Gustavo Herbel, los mismos camaristas que le negaron la libertad esta vez, tampoco lo autorizaron en aquella oportunidad. Los jueces consideraron para esta decisión que Puch tenía "nula capacitación educacional con incidencia en el plano laboral, y el marcado desinterés del interno por acceder a la actividad escolar o educativa". También tuvieron en cuenta que no tiene contención fuera de la cárcel, ya que no lo visita nadie desde que su madre falleció.
Por otra parte, Puch tuvo varios brotes sicóticos durante todos sus años en prisión. Los peritajes psiquiátricos lo caracterizan como una persona con "perturbación esquizoide" .
Y como prueba de este diagnóstico, está el evento que protagonizó a fines de 2001, cuando se disfrazó con unas antiparras y una capa asegurando ser Batman y quemó un taller del penal.
En una visita que LA NACION realizó en 2011 a la cárcel de Sierra Chica, personal del penal contó anécdotas de este hombre que pasa gran parte de sus días leyendo, escuchando la radio y escribiendo. Entre otras cosas, contaron que una vez le regaló una muela a una de sus psiquiatras.
También hablaron de su humor cambiante, dependiendo del cual por momentos manifiesta grandes deseos de libertad para vivir en paz, mientras que en otros momentos habla de salir para ser "el sucesor de Perón" e incluso dicen que llegó a manifestar que mataría al que fuera presidente.
Un raid criminal
Uno de sus primeros hechos delictivos ocurrió en 1970 cuando junto a su entonces compinche, Jorge Ibáñez, asaltaron la joyería de Rachmil Israel Isaac Klinger, en Olivos. De allí se habrían llevado 100.000 pesos. También se los acusó de robar en un taller de caños de escape, a pocas cuadras de la joyería.
El primer homicidio que se les adjudica a estos jóvenes ocurrió en 1971, con la muerte de Manuel Godoy, sereno de una boite de Olivos, y del encargado, Pedro Mastronardi, quienes fueron sorprendidos dormidos.
Luego le siguieron el asesinato del sereno de una casa de repuestos, de un empleado de un supermercado y la violación y muerte de dos mujeres.
En agosto del 71, Puch e Ibáñez fueron protagonistas de un choque de auto en Avenida Cabildo. Ibáñez falleció, y quedó sembrada la duda de si el hecho fue simplemente un accidente..
Su segundo cómplice fue Héctor Somoza. Con él habría asesinado a un hombre en una concesionaria y a otro sereno en una agencia de automóviles.En 1972 asesinaron a un hombre en una ferretería. Tras ese homicidio, Robledo Puch habría matado de un balazo a Somoza y le habría prendido fuego en la cara y las manos para evitar que lo reconozcan, según se sostuvo en la investigación.
Este último crimen fue el que lo llevó a la cárcel: Robledo olvidó su cédula en el bolsillo de Somoza. Tenía 20 años cuando fue detenido aquel 3 de febrero de 1972. La condena le llegó en 1980. El fallo de la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones de San Isidro lo consideró "un psicópata con plena capacidad para comprender la criminalidad de sus actos", aunque las pericias resaltaban que Puch procedía de un "hogar legítimo y completo, ausente de circunstancias higiénicas y morales desfavorables", por lo que el móvil de los crímenes nunca estuvo claro.
El "Ángel de la muerte" siempre negó haber cometido los asesinatos. En una entrevista que le concedió a LA NACION en 2008 aseguró que lo condenaron porque necesitaban "crear un monstruo para tapar los problemas económicos y sociales que había en ese momento en el país".
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