Recuerden, también hay vecinos
No se entiende. Durante unas seis horas una importante cantidad de forajidos tomó por asalto el centro porteño y, al día siguiente, los funcionarios responsables de prevenir y proteger a los vecinos aparecieron opinando como si fueran analistas políticos sociales recién llegados de Estocolmo.
Mientras el porteño medio, que paga religiosamente sus impuestos, se ve obligado a tomar como un hecho cotidiano que se corten las calles, que se rompa el mobiliario urbano, que se saqueen comercios, que los semáforos sean territorio liberado de limpiavidrios y que las calles sean propiedad privada de los "trapitos", los funcionarios, en lugar de aportar soluciones y asumir responsabilidades, se disfrazan de analistas. Sueña extraño, ¿no?
El jueves, Buenos Aires caminó por la cornisa. ¿Es necesario recordar que en este país hubo protestas y saqueos con once personas muertas?
Aquí, sobre las brasas de esos incendios, un ministro de Seguridad -Guillermo Montenegro- se mostró jugando al fútbol y su mediático par de la Nación - Sergio Berni- brilló, llamativamente o convenientemente- por su ausencia.
Hace un año, la horda de vándalos supuestos hinchas de Boca ya habían hecho lo mismo. Si la Ciudad y la Nación tuvieron 365 días para preparar un operativo de prevención, fracasaron. Y como el vecino ya lo sabe, al menos, habría que pedirle disculpas.
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