Recorría estaciones de trenes y vendía pastillas de éxtasis con el logo de la AFA

La presentación anónima llegó a la dirección mail denunciadrogas@policiafederal.gov.ar y aportaba datos precisos sobre un vecino de Claypole, en el partido bonaerense de Almirante Brown, que se dedicaba a vender distintas clases de estupefacientes. El denunciante aportó una línea telefónica donde, según afirmó, se podía hacer pedidos de drogas ilegales por WhatsApp y sostuvo que las operaciones de narcomenudeo habían comenzado hace un año. “Les mando este correo para que puedan hacer algo ya”, pidió a los destinatarios.

El denunciante anónimo no se equivocaba. Sus datos fueron el puntapié inicial de una investigación que en las últimas horas permitió la detención Valentín P., un vecino de Claypole que vendía pastillas de éxtasis que tenían como sello distintivo el logo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), dosis de tusi, también conocida como la cocaína rosa, ácido lisérgico (LSD) y cigarrillos de marihuana.

La detención y el allanamiento de la casa del sospechoso fue ordenada por el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena, a cargo del expediente. Las tareas investigativas que se originaron tras la denuncia anónima estuvieron a cargo de la División Precursores Químicos y Drogas Emergentes de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA).

A diferencia de lo que decía el correo electrónico de la persona que hizo la denuncia, el dealer no entregaba la “mercadería en su casa”, lo hacía en distintas estaciones de línea Roca de trenes, según surge del expediente judicial, al que tuvo acceso LA NACION.

Durante la investigación, detectives de la PFA siguieron al sospechoso en varias oportunidades en las que registraron como entregaba a distintas personas un sobre de papel madera y recibía a cambio billetes o, lo que se sospecha, transferencias de dinero.

“El sospechoso descendió rápidamente por las vías férreas para quedarse en el andén con sentido hacia la ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se posicionó lo más próximo a la cabecera, donde en todo momento manipuló su aparato telefónico realizando ademanes de enviar mensajes. Pasado los minutos arribó en conjunto un grupo de personas de entre 20 a 30 años y se dirigió donde estaba el sospechoso. Valentí P. saludó a los recién llegados e intercambiaron unas palabras. Se quedó con uno de ellos y luego sacó del interior de su campera una bolsa de papel madera de pequeñas dimensiones y se lo entregó a su interlocutor, quien le mostró la pantalla de su teléfono celular. Valentín P. hizo un gesto de afirmación con su cabeza, lo que posiblemente podría tratarse de una transferencia de pago por el envoltorio entregado”, sostuvieron en un informe los detectives que siguieron los pasos del sospechoso.

La secuencia se repitió en distintas estaciones de línea Roca como Claypole y Lomas de Zamora y hasta en la en el barrio de Constitución, en la ciudad de Buenos Aires, según el expediente judicial.

“Como corolario, de los resultados de las tareas realizadas durante el transcurso de la presente pesquisa por parte de la fuerza de seguridad interviniente, se puede observar de manera contundente y palmaria las conductas delictivas desplegadas por el aquí investigado, su modus operandi, y, en definitiva, el concreto resultado de ese accionar”, sostuvo el juez Villena al ordenar el allanamiento en el domicilio de Valentín P., según la resolución a la que tuvo acceso LA NACION.

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