Reclaman en Salta por el homicidio de un menor
Un sacerdote exigió justicia por el crimen en Puerto Deseado
El párroco José Manuel Jiménez, de la localidad salteña de Rosario de la Frontera, ciudad donde vive la mujer violada cuando caminaba por una playa de la localidad santacruceña de Puerto Deseado junto a su hijo de 4 años, que fue asesinado a golpes, se unió ayer al pedido de "justicia" y exigió que los acusados se dignen a "pedir perdón" a la familia que sufrió la pérdida de un ser querido y la aberración de un ataque sexual.
"El pueblo de Rosario de la Frontera lo que pide en este momento es justicia. Para nosotros como sociedad es un llamado fuerte de volver nuestra mirada hacia el bien, y dejar de lado todo lo que atente contra la justicia, sobre todo contra la vida", dijo a Télam el sacerdote.
Para el cura, el hecho "no puede quedar impune y por más que haya un menor y una persona esquizofrénica, hay responsabilidad ante los hechos que uno realiza".
Y agregó: "Este joven de 16 años tenía conciencia de lo malo que estaba realizando, por la oscuridad de su pensamiento, sus pulsiones. Hagan lo que hagan destruyeron a esa familia. A esa mujer la atropellaron y le mataron un hijo. No es una situación de venganza sino de justicia".
El párroco se refirió, además, a la realidad de Rosario de la Frontera, donde hubo "hechos de violencia con los jóvenes estos días" e hizo un paralelismo con lo vivido en Villa Gesell con el crimen de Fernando Báez Sosa, que "quedó marcado a nivel nacional".
"Aquí, en festejos de Carnaval, hubo chicos de 14 años apuñalados", afirmó el párroco, por lo que insistió en la necesidad de "realizar actos concretos en contra de la violencia, que atentan contra la vida".
Sobre los integrantes de la familia afectada, detalló que ellos "viven de su trabajo y es gente muy sencilla y muy humilde". "
El ataque ocurrió el jueves 20 de febrero, cerca de las 16, cuando la mujer y su hijo, que viven en Salta y estaban de visita en Puerto Deseado, caminaban por la playa Cavendish, ubicada a poco más de un kilómetro del centro de la localidad santacruceña. De acuerdo con los datos que pudo aportar la víctima a la policía, en ese momento fue sorprendida por dos hombres que amenazaron a su hijo y la obligaron a caminar hasta una cueva, en una zona de acantilados, donde fue atacada sexualmente.
La mujer se desvaneció y los dos agresores, que fueron detenidos pocas horas después, tomaron una piedra y asesinaron a golpes al niño de cuatro años.
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