Ramos Mejía: así se escondieron los asesinos del kiosquero para escapar de la Policía
Entraron a un supermercados porque querían despistar, pero finalmente fueron atrapados a las pocas cuadras del lugar del crimen
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Acababan de matar, acribillar, a un trabajador. Le habían quitado la vida a Roberto Sabo, un kiosquero como tantos otros de Ramos Mejía. Tras ello los delincuentes, con total frialdad, ingresaron a un mercado de la zona para cambiar parte de su vestimenta y así tratar de fugarse, algo que finalmente no ocurrió porque fueron atrapados a las pocas cuadras del lugar del crimen. Los restos de la víctima serán velados desde hoy a las 17 en la cochería Pache, situada en Eva Perón 1122, de Morón.
De acuerdo a una filmación que grabó el interior del local, los ladrones, Leandro Daniel Suárez, de 29 años, y una adolescente de 15, ingresaron allí poco después de las 14. Mientras la joven parecía comunicarse por teléfono, el hombre se quitaba parte de sus prendas con la intención de despistar si es que alguien lo estaba buscando tras cometer el homicidio. Permanecieron allí un par de minutos y luego continuaron con la huida.
Fue un testigo el que alertó a la Policía cuando vio salir a los asesinos de Sabo del kiosco. Pese a que la pareja intentó fugarse en un Ford Focus color negro que había sido robado a un remisero, los delincuentes chocaron contra un árbol en el cruce de las calles Saavedra y Alvear y fue entonces que ingresaron al supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la vestimenta para no ser reconocidos.
Mediante un operativo cerrojo, los efectivos lograron la detención de la pareja en Avenida de Mayo y Rivadavia. Horas después de ser detenido, Suárez se negó a declarar ante el fiscal de la causa, lloró en la audiencia y rogó “por favor” que no le “pidan prisión perpetua”. El hombre, a quien ahora le imputaron el “homicidio agravado” del comerciante, delito que prevé la pena máxima, tiene antecedentes penales: estuvo casi seis años preso por robo y hurto. y recuperó la libertad en agosto de 2020.
La marcha del hartazgo por la inseguridad
Familiares, amigos y vecinos del kiosquero asesinado a balazos el último domingo durante un asalto en su comercio de Ramos Mejía se manifestaron ayer a la noche frente a la comisaría de esa localidad del partido bonaerense de La Matanza en reclamo de justicia y mayor seguridad. Tomado del brazo de uno de sus nietos, Pedro Sabo, padre de la víctima, encabezó la movilización que avanzó por Avenida de Mayo y de la que participaron también comerciantes de la zona. También se sumaron familiares de otras víctimas de hechos delictivos cometidos en la jurisdicción, como parientes de la psicóloga Maria Rosa Daglio, de 56 años, quien murió en marzo de este año tras ser asaltada por motochorros.
Durante la manifestación hubo forcejeos con policías a la altura del vallado que rodeaba la comisaría, al tiempo que más personas se acercaban a pie hasta el lugar.
Sabo, de 45 años, fue asesinado a sangre fría el último domingo por una pareja de delincuentes armados que entró a su comercio de la localidad bonaerense de Ramos Mejía para robarle. El hecho ocurrió alrededor de las 14 en el kiosco ubicado en Avenida de Mayo y Alvarado. La víctima murió casi en el acto y recibió seis impactos de bala.
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