¿Quién mató a Ersélide Dávalos? Una acusada pasó 14 años en prisión, fue absuelta y cuenta su historia
Cecilia Rojas se interpreta a sí misma en el documental “La Reina del Martillo” para exponer el calvario vivido tras las rejas y su hipótesis sobre el homicidio que hace 20 años conmocionó a la capital de Misiones
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Hace 20 años se encontró el cuerpo de Ersélida Dávalos de Insaurralde. La víctima de 79 años había sido brutalmente golpeada con un martillo dentro de su casa, en Posadas. La Justicia misionera pensó que el caso tenía una fácil resolución: arrestó a dos jóvenes mujeres y a un hombre que vivían cerca del lugar donde fue hallado el cuerpo. Cuatro años después, Cristina Vázquez, Cecilia Rojas y Ricardo Jara fueron condenados. Pero todo derivó en un escándalo judicial. En diciembre de 2019, la Corte Suprema -en su segunda participación en este caso, ya que antes había pedido revisar el fallo- anuló la sentencia y absolvió a Vázquez y Rojas, que habían pasado tras las rejas 11 y 14 años, respectivamente. Jara fue excarcelado en 2020. Vázquez se suicidó el año pasado. Había dado muchas veces testimonio público sobre su inocencia y el calvario padecido en prisión. Todavía queda el interrogante original: ¿Quién mató a Ersélida Dávalos? Rojas cuenta ahora su versión de la historia.
La mujer, de 38 años, se interpreta a sí misma en el documental “La Reina del Martillo” que puede encontrarse bajo ese título en la plataforma Youtube.
En ese trabajo expone ante su hija adolescente el calvario y las secuelas de haber pasado más de una década en una celda por un crimen que no cometió, según definió la Corte Suprema. Y en diálogo con LA NACION afirmó que fueron condenados “por el solo hecho de la forma de vida que llevaban”.
“Me cagaron la vida; yo salí, pero tuve que empezar de cero, todo de nuevo. Antes de la condena nos arrestaron dos veces, pero habíamos quedamos en libertad por falta de mérito: no había ninguna prueba que nos vinculara con el crimen”, contó Rojas.
En ese sentido, la misionera aseguró que todo lo que le tocó atravesar desde 2001 “es una locura”. Reconoció que le costó mucho decidirse a revivir lo ocurrido a partir de convertirse en sospechosa del asesinato. “Primero no quería hacerlo; es volver a vivir y repetir todo, y hay cosas de las que no quiero ni acordame. Acá en Misiones todos se deben algo, todos tienen algo que tapar”.
Y apuntó al reparto de la herencia como potencial móvil paralelo. “¿Cómo hicieron para vender la casa, cuando todavía estaba en pleno proceso la causa?”, señaló. Quiere que se investigue al círculo íntimo de la víctima.
Rojas relató que tuvo contacto con Vázquez “hasta el último día” y señaló que todo lo que envuelve este trágico suceso “es muy raro”. Ella tiene dudas, aunque la autopsia determinó el suicidio de su amiga.
“Yo no vivo tranquila. Acá te siguen juzgando, es feo vivir así y que te reconozcan siempre por tu nombre como ‘la que estuvo detenida’, pese a que una no tuvo nada que ver. Es horrible, la duda en la gente está siempre, eso es lo peor. El estigma mío y el de mi hija no se van a ir jamás, y pese a todo el daño que me causó, el Estado a mí nunca me dio nada”, dijo, y explicó que presentó una demanda por los años en prisión.
En la película -de poco menos de una hora de duración- se muestra a los tres amigos en su adolescencia, poco antes de que su vida cambiara para siempre. Vázquez vivía enfrente de la casa de Dávalos Insaurralde, circunstancia que para la Justicia misionera fue determinante a la hora de construir el caso.
“Todos hablaron de Cristina, pero también están Cecilia y Ricardo, que está libre, pero espera aún la absolución de la Justicia misionera”, contó a LA NACION Fabián Pérez Battaglini, productor y codirector del documental, junto con Cristian Delgado.
“El título de La Reina del Martillo se lo pusimos a propósito, no para revictimizar a Vázquez -así fue llamada al conocerse el caso-, sino porque pensamos que esta película puede ayudar a cambiar un montón de cosas. Hasta el propio Presidente habló de este caso. En Misiones filmamos con la policía siempre al lado...”, explicó el director del documental.
“No tuvo asistencia psicológica”
El abogado de la familia de Vázquez, Ricardo de la Cruz Rodríguez, mantiene sus cuestionamientos a la actuación de la Justicia en este caso: “La única prueba que había contra ella es que vivía en el mismo barrio que la mujer que fue asesinada. Para tomar el colectivo, todos los días caminaba frente a esa casa y un vecino dijo que a las 20.30 del día del asesinato la vio pasar con una amiga con un termo y el mate. Así fue, dado que ella se iba a quedar en Garupá -a unos 12 kilómetros de Posadas- con su padre, que tenía ahí un hogar de niños. Pero situarla a las 23.30 en la escena del crimen, horario que fue establecido como el momento de la muerte, y en carácter de autora, es de terror”, dijo a LA NACION.
“No se investigó ninguna otra línea”, aseguró De la Cruz Rodríguez. Aseguró que no se le permitió presentar testigos para plantear otras hipótesis.
“Esto es una vergüenza internacional. Hay muchísimos casos como el de Cristina Vázquez en Misiones. Después de 11 años presa no recibió ningún tipo de asistencia psicológica; nuestras cárceles son depósitos de personas. Así puede terminar en cualquier cosa, como lamentablemente sucedió. Esto fue un homicidio anticipado”, agregó el abogado.
El periodista misionero Pablo García estuvo varias veces en contacto con Vázquez, antes y después de la absolución decidida por la Corte Suprema. Resumió la situación vivida por esa mujer tras la salida de la prisión: “Como ella no cumplió su condena, sino que fue absuelta, el Patronato de Liberados no la albergaba. Cobraba solo 23 mil pesos por mes por una ayuda vía monotributo del Estado, que no le alcanzaba, y Caritas la ayudaba con $10.000 más”.
Y agregó: “Hacía un trabajo social en la zona sur de Posadas, alquilaba una pieza sola. Ella salió de prisión los últimos días diciembre de 2019, y en menos de tres meses, luego del daño emocional de años de persecución y soledad, otra vez el encierro, esta vez por la pandemia”.
Pasaron más de dos décadas desde que el 27 de julio de 2001 fue encontrado el cuerpo de Ersélide Dávalos de Insaurralde. Y los interrogantes sobre ese homicidio continúan abiertos.
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