Quién es la mujer que fue detenida en España acusada por un robo en un country de La Plata

Acusada de liderar una banda que en abril último cometió un robo millonario a una familia en su casona del country Grand Bell, en el municipio de La Plata, Jéssica Elizabeth Clavijo, una argentina de 36 años, fue detenida en España. Sobre ella pesaba un pedido de captura internacional y una notificación roja de la Organización Internacional de Policía Criminal o Policía Internacional (Interpol) desde el 13 de este mes.

Cuando fue capturada por la Policía Nacional de la ciudad de Madrid, la mujer, que en Argentina residía en la ciudad capital de Córdoba y trabajaba con su emprendimiento de artículos de limpieza, tenía un mensaje en su teléfono. “Lo bien que la vas a pasar en España con la que te llevaste”, se podía leer en su celular según pudo reconstruir de fuentes de la investigación el diario platense El Día.

La ahora detenida - cuyo trámite de extradición ya está en marcha vía Cancillería tras el pedido de la fiscal Virginia Bravo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de La Plata- fue acusada de robo agravado por su comisión en poblado y en banda en concurso real con encubrimiento agravado por habitualidad.

Las diligencias estuvieron a cargo de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata cuando obtuvieron imágenes de los imputados, la mujer y al menos cuatro hombres, como así también el secuestro del Peugeot 208 gris con el que arribaron al country y escaparon, y el posterior transbordo a otro rodado de la misa marca con el que completaron la fuga. De acuerdo a las filmaciones, Clavijo era quien conducía el vehículo de la banda de asaltantes.

Hacía tiempo que la mujer, que no contaba con antecedentes penales, estaba siendo investigada por la UFI de La Plata. Una vez identificada, y con los datos de su línea de teléfono, se realizaba un seguimiento de cerca sobre ella. Fue ese mensaje que mencionaba un viaje a España el que propició que se ordenara su detención en la provincia de Córdoba, pero cuando se llevó a cabo el operativo Clavijo ya no estaba en su domicilio, contó una fuente al diario El Día.

Los investigadores lograron determinar que la sospechosa había viajado el 10 de agosto último a Bolivia, por lo que el personal de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones (Interpol PFA) comenzó a intercambiar información con el país vecino. Finalmente, se estableció que la prófuga ingresó ilegalmente a España, donde los pesquisas argentinos, en forma conjunta con sus pares de aquel país europeo, localizaron algunos domicilios que ella solía frecuentar allí hasta que la capturaron.

Cómo fue el robo en el barrio cerrado Grand Bell

El hecho que se le imputa a Clavijo ocurrió el 22 de abril último, a las 19.20, en el barrio cerrado Grand Bell, ubicado en la calle 467, entre 144 y 146, en la localidad platense de City Bell. Allí viven, entre otras personalidades, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; el intendente de La Plata, Julio Garro, empresarios platenses y jugadores de fútbol.

En los videos de las cámaras de seguridad del lugar secuestrados en el marco de la causa se advirtió a esa hora la entrada al country de un Peugeot 208 gris conducido por una mujer y en el que iban al menos cuatro hombres. La mujer utilizó una falsa tarjeta de ingreso al lector y como la barrera no se levantaba reiteró dos veces más esa acción hasta que el vigilante de la garita de seguridad accionó el botón y la levantó.

Una vez en el interior del barrio, los ladrones se dirigieron hacia la casa, ubicada en el lote 119, donde ingresaron a la vivienda mediante la fuerza. De allí lograron sustraer una suma millonaria en dólares, pesos, joyas y armas de fuego. El vehículo con el que luego se fugaron fue abandonado a pocas calles, ascendiendo a un segundo rodado que finalmente sería hallado en Lomas de Zamora.

Diego Lacki, abogado de la familia víctima, dijo a la agencia Télam que para él “no fue un robo al voleo”, ya que los delincuentes “tenían información certera y se movían con tranquilidad a sabiendas de que nadie los iba a detener”. Para la familia, integrada por un matrimonio que se dedica al comercio de carne y a negocios inmobiliarios, y su hijo, es “llamativo” que el guardia de la garita haya levantado la barrera y les haya permitido pasar sin certificar sus identidades ni revisar el vehículo, lo que incumple todos los protocolos de control establecidos.

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