Quién era Ricardo Cruciani, el médico egresado de la UBA que ganó prestigio en EE.UU. y apareció ahorcado en la cárcel tras ser condenado por abuso sexual
El argentino de 68 años había completado su formación como neurólogo en Nueva York, donde se dedicó a tratar el dolor crónico y también era investigador; ayer fue hallado muerto en el complejo carcelario de la isla Rikers, donde esperaba su sentencia tras ser declarado culpable en julio de 12 cargos en su contra
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Las escalofriantes denuncias por abuso sexual que derivaron en la condena de Ricardo Cruciani sucitaron el interés público por la figura del médico argentino de 68 años, cuyo cuerpo fue hallado a comienzos de esta semana en el complejo carcelario de la isla Rikers, donde estaba preso a la espera de conocer su sentencia el 14 de septiembre próximo.
Aunque el horror por los delitos cometidos por el neurólogo rodeó su imagen a lo largo de los últimos años, esto no fue siempre así. Antes de que las acusaciones en su contra trascendieran y se lo declarase culpable de 12 cargos de agresión sexual, abuso sexual, violación y otros delitos, gozaba de gran prestigio en el campo de la medicina.
Egresado de la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Cruciani decidió radicarse en la ciudad de Nueva York para continuar con sus estudios. Una vez allí, completó su formación en la facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, donde realizó su residencia en neurología, según indica el sitio Zoc Doc dedicado a facilitar el contacto de pacientes con doctores “altamente calificados y altamente especializados”.
A lo largo de su carrera, el argentino llegó a ser jefe del departamento de Neurología de la Universidad de Dexter y prestó servicios en el Hospital Universitario Hahnemann de Filadelfia y en el prestigioso hospital Monte Sinai Beth Israel de Nueva York, donde entre 2002 y 2014 ocurrieron los hechos por los que fue investigado y condenado semanas atrás.
Además, contribuyó con un importante número de investigaciones científicas como afiliado a diferentes instituciones. En el portal Researchgate figuran al menos 24 publicaciones vinculadas con la neurología que cuentan con su colaboración.
Como encargado del área de cuidados paliativos en el hospital Monte Sinai Beth Israel de Nueva York, Cruciani era responsable de administrar tratamiento a pacientes con dolor crónico o debilitante causado por trastornos neurológicos. Fue al desempeñar dicha tarea que varias mujeres lo denunciaron ante la fiscalía del distrito de Manhattan por haberlas besado, manoseado y forzado a tener relaciones sexuales sin consenso.
Se cree que en un período de 12 años al menos 17 mujeres denunciaron al neurólogo por conducta sexual inapropiada en Pensilvania, Nueva York y Nueva Jersey. La mayoría de esos casos ocurrieron en 2013 y derivaron en la pérdida de la licencia profesional del acusado, que en una primera instancia quedó registrado como “agresor sexual”.
Según informó The New York Times, “durante su juicio en la Corte Suprema del Estado de Nueva York, los fiscales dijeron que Cruciani, quien una vez tuvo una reputación como un médico agradable y brillante con un don particular para tratar el dolor crónico, había participado en un patrón de comportamiento desagradable con varias mujeres que trató”.
En el marco del proceso se determinó que en un principio el hombre “abrazaba a sus pacientes con demasiada fuerza o pasaba los dedos por sus cabellos”. Sin embargo, “eventualmente su comportamiento se intensificaba y manoseaba a las mujeres sin permiso, y las obligaba a tener relaciones sexuales o realizar otros actos sexuales”.
Tras ser arrestado por primera vez en Pensilvania en 2017, el argentino se declaró culpable de abusar de varias mujeres, pero logró un acuerdo que le exigió la entrega de su licencia médica para eludir la cárcel. Sin embargo, nuevas denuncias aparecieron en los años sucesivos y finalmente un juicio en su contra comenzó en junio pasado. A fines de julio, fue hallado culpable de 12 cargos y enviado al complejo penal de la isla Rikers.
Casi un mes antes de que se conociera la sentencia, Cruciani fue hallado muerto ayer en la mencionada institución. Las primeras informaciones indicaron que se encontraba sentado en el sector de duchas de la unidad penitenciaria con una sábana alrededor del cuello.
A raíz de lo ocurrido, el abogado del neurólogo argentino, Frederick L. Sosinsky, indicó que se abrirá una investigación para determinar si el complejo correccional neoyorkino –objeto de fuertes críticas y señalado como “un calvario” para los reclusos– incumplió la orden dictada por la Corte de Manhattan para que pusieran al médico en vigilancia preventiva de suicidio, inmediatamente después de que fuera condenado.
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