Quién era la turista que murió en Santa Rosa de Calamuchita, Córdoba
Graciela Cabarcos tenía 63 años y disfrutaba de unos días con su marido en ese destino turístico; sus amistades la despidieron con mucha tristeza desde las redes sociales
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LA NACION
Pasados cuatro días de la trágica muerte de una docente oriunda de la ciudad bonaerense de Arrecifes en un accidente con su vehículo en Córdoba, la comunidad sigue publicando mensajes de dolor en las redes sociales y la recuerdan con cariño.
El domingo pasado, Graciela Cabarcos paseaba con su marido por Santa Rosa de Calamuchita en su Citroën C4 cuando el vehículo tuvo un desperfecto y decidieron revisarlo.
Tras frenar a un costado de la avenida Fuerza Aérea, la mujer había colocado una piedra en la rueda delantera del vehículo para trabarlo porque se encontraba en un terreno con pendiente.
Debido a que la piedra no llegó a trabar las ruedas, el auto se fue barranca abajo y atropelló a Cabarcos ante la imposibilidad de su marido de poder detener el auto. Si bien fue asistida y llevada a un hospital, murió por las heridas sufridas.
Cabarcos tenía 63 años, era docente de nivel secundario y también daba clases a adultos que querían terminar la secundaria. Tanto sus compañeros como alumnos la describen como una gran educadora, amable, paciente y buena amiga.
“La Comunidad Educativa de la EEPA N° 701y sus CEA N*702, 703 y 704 acompañan con profundo dolor a la familia de Graciela Cabarcos, quien fue docente de nuestra institución”, escribieron las autoridades del establecimiento desde Facebook.
“Su partida temprana nos deja un gran vacío. Siempre la recordaremos. Ella nunca dejará su lugar en nuestros corazones. Hasta siempre Graciela. Te extrañaremos”, rezaba la publicación.
“Gra querida, excelente persona y mejor compañera. Tus alumnos y compañeras de adultos te vamos a extrañar”, escribió una colega desde el muro de esa red social.
Otra amiga y colega la define como una persona sincera. “Fuiste la simpleza hecha persona, compañera y amiga de años en ´Adultos´. No olvidaré aquellas charlas que nuestra cotidianeidad nos permitía entender y apreciar de otro modo. No debías irte así. Estarás siempre en mi corazón”, escribió Olga.
Silvina, que trabaja en la Dirección de Educación de Arrecifes, comentó: “¡Cuánto dolor! Guardo los mejores recuerdos de una docente apasionada por la educación de adultos. Desde el primer momento en que la conocí siempre me recibió con una sonrisa. Mis condolencias para familiares, amigos y compañeros de trabajo ¡una gran pérdida!”.
“¡Siempre te llevaré en mi corazón! Cuántas historias amiga, risas, momentos, lugares, incondicional y bondadosa siempre. Nos quedó pendiente ese café, pero ya nos reuniremos para no separarnos más”, escribió Gladys. Ante ese comentario, otra vecina de Arrecifes le comentó que las recordaba cada vez que iban a su negocio.
“Gladys, me acordé mucho de vos estos días, siempre juntas por el centro, venían a mi negocio. Cuánto dolor ante semejante tragedia. Beso para vos”, comentó Susana.
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