Crimen en Laboulaye. Qué se sabe del crimen del chico asesinado en Córdoba
Un adolescente de 14 años fue hallado muerto en una casa abandonada en Laboulaye, al sur de Córdoba; ¿qué le ocurrió y quién es el principal sospechoso?
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El domingo 2 de julio fue encontrado el cuerpo de un chico en una casa abandonada de Laboulaye, en el sur de Córdoba. Se trataba de Joaquín Sperani, un adolescente de 14 años que estaba desaparecido desde el jueves anterior. Las autoridades locales investigan qué ocurrió en este caso que conmociona al país, y por el que —hasta el momento— hay un solo detenido: el mejor amigo de la víctima, que confesó ser el autor del crimen.
Debido a que el principal sospechoso del asesinato de Joaquín Sperani tiene 13 años y, al ser menor de edad es inimputable por ley, la causa pasó a un Juzgado Penal Juvenil. Así lo indicaron fuentes del Ministerio Público Fiscal (MPF) cordobés a LA NACION. El chico está alojado “para su resguardo” en el Centro de Admisión y Diagnóstico (CAD), que depende del Complejo Esperanza, en la capital cordobesa. Desde allí, ya mantuvo una entrevista, de forma virtual, con el juez de menores Sebastián Moro, que impuso el secreto de sumario al expediente.
El padre de Joaquín, Martín Sperani, habló con los medios y dijo que el adolescente detenido confesó ante la Policía que habría sido el autor del crimen. “La confirmación me llegó hace algunos momentos, de parte del comisario de Laboulaye, quien dijo que, mientras yo estaba en la Fiscalía, él [por el sospechoso] estaba declarando abajo”, contó en diálogo con Crónica TV. “La noticia fue desgarradora para mí y para mi señora. Dijo: ‘Sí, yo lo maté a Joaquín’”.
En tanto, Mariela Flores, la madre, reclamó: “Quiero cadena perpetua”.
Desde este miércoles, la familia de la víctima se constituyó como querellante en la causa. El caso está bajo secreto de sumario por lo que, por el momento, no tendrán acceso.
¿Qué se sabe del crimen en Córdoba?
Joaquín Sperani tenía 14 años y asistía al secundario en el IPEM N°278 “Malvinas Argentinas”, en la ciudad del sur de Córdoba. Allegados de su familia indicaron que era “muy callado, cerrado, solitario y bueno”. Según contó la familia, sufría bullying en la escuela.
La última vez que se lo vio con vida fue el jueves 29 de junio, alrededor de las 15, cuando salió de su casa para ir al colegio. En una marcha multitudinaria que se realizó para pedir por la aparición del adolescente, Mariela contó que el jueves a la noche había realizado la denuncia porque su hijo no había vuelto a casa.
Desde entonces, Joaquín fue intensamente buscado: se llevaron a cabo rastrillajes y se emitió un alerta en toda la provincia.
Los compañeros de curso del joven no supieron decir con certeza si lo habían visto o no en clases ese jueves. En tanto, la preceptora declaró que, cuando pasó lista ese día, Sperani no estaba en clases, aunque le llamó la atención que, luego, encontraron su bicicleta en el patio de la escuela. De hecho, se pudo saber, a partir de las imágenes que tomó una cámara en las inmediaciones del lugar, que el adolescente estuvo frente a la puerta de la escuela. Finalmente, por la información recolectada, se llegó a la conclusión de que el adolescente ingresó al edificio, pero no entró a su curso.
En la mañana del domingo, un grupo de personas autoconvocadas coordinadas por la Policía, entre los cuales estaban los primos del adolescente, encontraron el cuerpo de Joaquín en una casa abandonada, que está ubicada en la calle Sarmiento 480, esquina Daireaux; es decir, a unos 100 metros de la escuela a la que asistía.
El crimen del chico asesinado en Córdoba: ¿qué dice la autopsia?
Tal como se explica en una nota publicada por la periodista Gabriela Origlia en LA NACION, un informe preliminar de la autopsia que ya está en manos de la Justicia señala que a Joaquín Sperani lo atacaron por atrás, no tuvo tiempo de defenderse y lo mataron a golpes en la cabeza. Se determinó que murió como consecuencia de un traumatismo de cráneo, luego de recibir más de diez golpes en la cabeza.
“El cuerpo de la víctima no presentaba signos de defensa. El asesino lo golpeó en la cabeza. Tenía golpes en la parte de atrás y en la parte de adelante de la cabeza”, explicó a este medio una fuente al tanto del resultado preliminar de la autopsia.
Además, las autoridades secuestraron un fierro y unos ladrillos que estaban al lado del cuerpo de la víctima.
Hasta ahora hay un menor detenido, que es el único sospechoso. Según se pudo saber, el presunto victimario y la víctima era “muy amigos”, y se conocían desde la primaria. Tanto es así que, junto a otra de sus compañeras, en la escuela los apodaban los “tres mosqueteros”.
Luego de revisar las cámaras de seguridad para reconstruir los últimos minutos de vida de la víctima, se pudo ver que él y su presunto asesino se encontraron en frente de la escuela, pero no ingresaron a ella. En vez, ambos caminaron unos 100 metros, en dirección de la casa abandonada donde se encontró muerto a Joaquín.
El adolescente detenido regresó a la escuela después del hecho. Es la última persona con la que se vio a Sperani, según las cámaras de la ciudad. Cuando se llevaba a cabo la investigación por la desaparición de Joaquín, el sospechoso se ofreció a hablar con la policía, pero entre otras cosas, llamó la atención que tenía el celular de la víctima. Según la madre de Joaquín, el acusado justificó esto al decir que el teléfono “se lo había entregado Joaquín porque decía que se iba con otra familia”.
¿Qué dijo la familia del chico asesinado en Córdoba?
Al conversar con los medios, el padre de Joaquín expresó: “Qué pasó es lo que quiero entender. Todavía no caigo de que ocurra algo así cuando eran íntimos amigos, jugábamos juntos, nos juntábamos en casa con la familia y ahora me hace una cosa así… En ningún momento sospeché de él”.
Por su parte, en declaraciones con LN+, Mariela Flores calificó al presunto asesino de su hijo como “un psicópata”, y señaló que para ella él no podría haber actuado solo en el homicidio del joven. “Por la forma en que está golpeado mi hijo, es raro”, agregó. Y, visiblemente emocionada, profundizó más al respecto: “Me llama la atención porque Joaquín iba a taekwondo. Entonces, me pregunto si Leandro estaba solo”.
Sumado a esto, manifestó sus dudas de si los restos de la víctima siempre estuvieron donde fueron encontrados o si los dejaron, luego, en esa vivienda abandonada a la vuelta de la escuela.
Días más tarde, Mariela Flores reveló la hipótesis que maneja la fiscalía: que el victimario estaba enamorado de su hijo. Estas declaraciones las hizo antes del sepelio y la inhumación de los restos de Joaquín, que fue seguida por una marcha para pedir el esclarecimiento total del caso. De todos modos, no ahondó en los detalles sobre la investigación encarada por el Ministerio Público Fiscal.
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