Fijan fecha para indagar al fiscal acusado de gerenciar el narcotráfico
Después de una serie de suspensiones y postergaciones se fijó la fecha para indagar al fiscal de San Isidro Claudio Scapolan, acusado de ser el jefe de una asociación ilícita que gerenciaba el narcotráfico. El suspendido representante del Ministerio Público deberá presentarse ante la jueza federal Sandra Arroyo Salgado el 16 de este mes.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. Según la investigación, a cargo del fiscal federal de San Isidro Fernando Domínguez, la organización criminal estaba integrada por Scapolan, dos secretarios penales, abogados y comisarios, oficiales y suboficiales de la policía bonaerense.
Hasta que estalló el escándalo, hace cuatro meses, Scapolan estaba al frente del Área Ejecutiva de Investigaciones Criminales de San Isidro.
Scapolan no fue detenido porque, como fiscal, tiene fueros e inmunidad de arresto. Su declaración indagatoria había sido postergada en dos oportunidades.
Según un dictamen del fiscal Domínguez, la asociación ilícita supuestamente liderada por Scapolan se dedicaba a extorsionar a familiares de personas condenadas en causas por narcotráfico: les exigían dinero a cambio de no detenerlos.
Además, una de las imputaciones que se le adjudica a "la banda del fiscal" es el robo de un cargamento de cocaína que estaba en poder de una organización de narcotraficantes. Se habrían quedado con una cantidad estimada entre 520 y 560 kilos de droga, con un valor cercano a los US$ 2.800.000.
Oficialmente solo se informó del secuestro de media tonelada de cocaína. El operativo, que se dio a conocer en diciembre de 2013, fue bautizado como Leones Blancos y en la presentación ante los medios de comunicación estuvo presente el por entonces gobernador Daniel Scioli, que se paseó entre los ladrillos de cocaína secuestrados por el fiscal Scapolan y los detectives de la policía bonaerense.
Los otros 520 o 560 kilos de cocaína robados a la banda de narcotraficantes terminaron en unas cabañas de Santa Clara del Mar. Antes del traslado a la costa, según la declaración de imputados arrepentidos y testigos de identidad reservada, la droga estuvo almacenada en un salón de fiestas de Quilmes que pertenecería a unos de los policías investigados y que se encuentra prófugo: Adrián Baeta.
Baeta era amigo y hombre de confianza de Diego Xavier Guastini, un contador público y cerebro financiero detrás de las grandes bandas narcos que operaban en el país, y que fue acribillado el 28 de octubre pasado en Quilmes.
En una resolución donde procesó a una veintena de imputados, Arroyo Salgado definió a Baeta como "uno de los engranajes fundamentales en la maquinaria ilegal aquí descripta".
Como se dijo, la media tonelada de cocaína robada, según consta en el expediente judicial, terminó en unas cabañas de Santa Clara del Mar, propiedad de un amigo de la infancia de Baeta. Se trata de Luis Tourn, más conocido como El Polaco, que fue detenido a principios del mes pasado.
"Tengo la idea, pero no lo puedo afirmar, de que parte de la droga robada se llevó a Mar del Plata y otra parte se envió a Brasil y desde allí hacia Europa, pero esto son solo rumores...", dijo una persona que declaró bajo identidad reservada en el inicio de la investigación, en junio de 2016.
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