Procesaron por narcotráfico al archienemigo de la banda de Los Monos
ROSARIO. Esteban Alvarado, uno de los jefes del entramado narco de esta ciudad durante la última década, dejó de ser un fantasma para la Justicia federal, que lo procesó por primera vez como organizador del tráfico de 493 kilos de marihuana en un camión que fue detenido el 24 de noviembre de 2017 en General Roca, Río Negro.
Alvarado maneja desde hace más de diez años parte de la geografía narco local, en disputa con la banda de Los Monos, sus acérrimos rivales. Los enfrentamientos entre estas organizaciones continuaron hasta hace un puñado de meses, con crímenes en los que usaron sicarios como Mauricio Laferrara, imputado por seis homicidios que habría encargado Alvarado.
Su exsocio fue Luis Medina, un empresario narco que fue asesinado a fines de diciembre de 2013 junto a su novia, Justina Pérez Castelli, un doble crimen que trajo aparejada una investigación en que comenzó con polémica, porque la jueza María Luisa Pérez Vara nunca apareció en la escena del crimen porque estaba en Pinamar, disfrutando de la Costa atlántica a pesar de que estaba de turno, una conducta que provocó que fuera condenada a un año de prisión. A eso se sumaron las irregularidades que surgieron en la investigación luego de que funcionarios del Ministerio de Gobierno santafesino manipularan sin ninguna autorización la computadora del narco asesinado.
El interrogante de por qué este hombre de 40 años que consolidó su poder económico con inversiones diversificadas en el rubro inmobiliario y en el de transporte pasó tanto tiempo sin estar bajo la lupa del Estado lo responde el hecho de que tres jefes policiales de Santa Fe estén acusados de formar parte de una asociación ilícita con Alvarado, en una causa paralela que avanza en la Justicia provincial. Se presume también que estos jefes policiales respondían a intereses políticos, por ahora difusos en la causa.
La clave para que el juez federal Marcelo Bailaque procese a Alvarado por narcotráfico fue que en la investigación que llevó adelante la Procuración de Narcocriminalidad (Procunar) se logró establecer que el sospechoso había ordenado el envío de un camión con 493 kilos de marihuana hacia la Patagonia. Se presume que este vehículo tenía a Chile como destino final.
En 2013 se abrió el expediente N°5433/13, tras la denuncia de un testigo de identidad reservada que declaró que "una banda liderada por el empresario Luis Medina se encontraba llevando a cabo actividades relacionadas con la venta de estupefacientes en Rosario". Ese denunciante mencionó que "en el seno de esa organización participaba como principal socio de Medina una persona de apellido Alvarado, que se encontraba detenido".
Alvarado, efectivamente, estaba preso en la Unidad Penitenciaria N°17 de Urdampilleta, provincia de Buenos Aires, tras haber sido condenado por el robo de autos de alta gama en la zona norte de esa provincia, vehículos que luego eran llevados a Rosario, donde los vendía.
Pruebas de cargo
En abril de 2013 la PSA encontró en el domicilio de Alvarado una serie de indicios que daban la pauta de que era un jefe narco. Fueron dos filmaciones caseras, que habían sido registradas con un viejo teléfono Blackberry 9810. También aparecieron fotos incriminatorias en la causa que instruyó el fiscal bonaerense Patricio Ferrari en San Isidro. En los videos se veía a una avioneta durante el despegue y el aterrizaje en una zona rural cercana a Rosario, donde se había concretado la descarga de la droga.
En las fotos se veía además una camioneta VW Amarok que recibía el cargamento de estupefaciente y transportaba además unos bidones de combustible para proveer a la avioneta, cuya matrícula era ZP-BCE. Jorge Benegas, uno de los empleados de Alvarado, tenía autorización para manejar esa camioneta, dominio HQH-327.
Toda esta información surgió en un contexto "caliente" para la provincia de Santa Fe como fue el de 2013, cuando se produjo el récord de 264 homicidios en Rosario, y quedó guardada en un oscuro cajón de la fiscalía federal de Rosario. Nadie profundizó la investigación que tenía a Alvarado como uno de los principales jugadores del narcotráfico.
Dos años después, el 11 de mayo de 2015, la Procuraduría contra el Lavado de Activos (Procelac) y la Unidad de Información Financiera (UIF) iniciaron una causa sobre Alvarado y su entorno por supuesto lavado de activos. Incluso se mencionaba el nombre de Luis Medina, que estaba muerto desde hacía casi dos años.
Los investigadores judiciales del fuero federal decidieron ir por otro lado. "Se pudo determinar una gran cantidad de bienes y empresas de las que participaron las personas allegadas al entorno familiar de Alvarado, permitiendo vislumbrar un mapa del entramado societario desarrollado e ideado" por este hombre, que en ese momento continuaba detenido en la provincia de Buenos Aires.
El 11 de abril de 2018 se inició otra investigación en el fuero federal que tenía otra vez a Alvarado como protagonista estelar. Un nuevo testigo de identidad reservada llevó a que la Fiscalía N°3 de Rosario investigara si Alvarado era el dueño y organizador de un cargamento de casi 500 kilos de marihuana secuestrado el 24 de noviembre de 2017 en el Alto Valle de Río Negro.
Cinco años después de que la PSA investigara a Alvarado, la Justicia federal encontraba una punta para recorrer. Habían detectado las empresas y los bienes que manejaba el entorno de Alvarado, investigado por lavado de dinero, y ahora tenían la raíz del delito precedente, es decir, los 500 kilos de marihuana secuestrados en la Patagonia, donde fueron condenados por tráfico de estupefacientes varios miembros del clan Alvarado, como Ricardo Ianni, Marcos y Jesús Rodríguez y José Luis Di Marco.
El cargamento de marihuana fue trasladado en un camión de la firma TO IA SRL y el titular del acoplado era un empleado de la firma Logística Santino, ambas empresas "dirigidas" por Alvarado.
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