Procesan al asaltante que robó un taxi y mató al chofer tras llevarlo 14 cuadras sobre el capot
El juez Del Viso dictó la prisión preventiva de Carlos Robledo por el crimen de Timoteo Tintilay, ocurrido tras un choque en Boedo el 15 de enero pasado; el delincuente había sido salido de la cárcel cuatro meses antes y en diciembre fue arrestado por el hurto de una moto, pero estuvo preso solo 24 horas
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El juez porteño Martín Del Viso procesó con prisión preventiva al delincuente de 21 años que el 15 de enero pasado robó un taxi y mató al chofer, al que llevó colgado del capot del vehículo por unas 14 cuadras a toda velocidad por el barrio de Boedo, hasta que en un cruce chocó con otro auto. También le trabó un embargo por 4.500.000 pesos.
En consonancia con el requerimiento del fiscal Juan Pedro Zoni, Carlos Daniel Robledo fue procesado por los delitos de “homicidio en ocasión de robo en concurso real con lesiones graves -dolo eventual-”, en concurso real con “robo de vehículo dejado en la vía pública”.
El caso causó estupor no solo por las conmocionantes imágenes del momento en que la víctima, Timoteo Tintilay, de 61 años, sale despedida a varios metros de distancia después de que su taxi, que era conducido por Robledo, chocó con otro auto en el cruce de la avenida Garay y Maza. Es que se supo que el delincuente, un mes antes, el 8 de diciembre pasado, había sido detenido por hurto, pero fue liberado en un trámite exprés y pasó solo 24 horas en una celda.
Logró salir rápidamente a pesar de que dos meses antes, en septiembre, había recibido una “libertad asistida” en el marco del cumplimiento de una pena de cinco años por robo, pero el juez a cargo de ese caso demoró tres meses en notificar la medida al Registro Nacional de Reincidencia. Eso hizo que el juez porteño Manuel de Campos, que debía resolver la situación de Robledo por el intento de hurto de una moto, no tuviera a disposición información actualizada sobre los antecedentes del sospechoso.
Según la acusación del fiscal Zoni, el 15 de enero a las once de la mañana, Tintilay bajó de su taxi para comprar en una panadería de la Avenida Garay y Pichincha. Cuando estaba por entrar en el local advirtió que un hombre le quería robar el auto. En un intento por evitarlo se subió al capot del auto, pero eso no disuadió al delincuente, que arrancó a toda velocidad.
Aceleró a lo largo de 14 cuadras por Garay, mientras Tintilay gritaba y pedía ayuda, aferrado como podía al auto, que corría por los carriles centrales de la avenida. En el cruce con Maza el taxi se topó con un vehículo azul que circulaba con el semáforo a su favor. El choque fue brutal. La filmación del domo de seguridad de esa esquina mostró una imagen estremecedora: la de Tintilay que sale despedido una decena de metros y cae violentamente sobre la calzada, bajo el sol abrasador del mediodía.
El taxista fue trasladado rápidamente al Hospital Penna, donde murió pocas horas después. El conductor del otro vehículo sufrió heridas de gravedad y aún está internado. Robledo, en tanto, se bajó del taxi e intentó escapar a pie. En la calle José Mármol, el ladrón rompió el trabavolante de una moto estacionada y se la llevó, pero fue atrapado a las pocas cuadras, en Tarija al 4200.
Los fundamentos
En el procesamiento, según informó el Ministerio Público en su portal de noticias fiscales.gob.ar, el juez Del Viso ponderó los testimonios de los policías que intervinieron en el caso y, especialmente, la declaración de una mujer que llamó al 911 tras ver la secuencia donde la víctima iba sobre el capot. Esa testigo identificó al imputado y lo describió.
“Tal como lo destacó el acusador público en su dictamen, entiendo que se encuentra reunido el cuadro de probabilidad suficiente que permite agravar la situación procesal”, consideró el magistrado Del Viso. Además, hizo foco en que el imputado rengueaba como consecuencia de una herida en su pierna. En esa misma línea, resaltó que en la moto sustraída se encontraron rastros de sangre compatibles con esa lesión.
Al momento de calificar el hecho, coincidió con la postura del fiscal Zoni al considerar que se trataba de un homicidio en ocasión de robo, previsto en el artículo 165 del Código Penal. Resaltó que la conducta desplegada por el imputado quedó registrada en diferentes cámaras de seguridad que evidenciaron el cruce de por lo menos dos semáforos en rojo, así como también el trayecto recorrido con la víctima encima del capot.
Para el juez Del Viso, la magnitud y naturaleza del peligro creado por el hombre de 21 años “fue inmenso”. “Frente a esta sucesión de factores de riesgos introducidos por el imputado, resulta muy difícil suponer que no haya tenido conciencia de lo que podía ocurrir y que no haya previsto un desenlace perjudicial para terceros”, indicó.
El magistrado también tuvo en cuenta que sobre Robledo pesan otras dos causas penales en trámite.
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