Prisión perpetua para los acusados por el triple crimen de General Rodríguez
Así lo resolvió el el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes; la sentencia recayó sobre los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci, y los hermanos Cristian y Martín Lanatta, para quienes se dictó la inmediata detención
Luego de cuatro años del triple crimen de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, ocurrido en la localidad bonaerense de General Rodríguez, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes dictó prisión perpetua para los cuatro acusados: los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci, y los hermanos Cristian y Martín Lanatta.
El fallo, a cargo de Fernando Bustos, Graciela Larroque y Marco Barski, había comenzado a ser leído pasadas las 15 en el edificio judicial ubicado en la calle 27 al 600 de esa ciudad, y concluyó recién pasadas las 23.
El único de los acusados que llegaba al debate detenido era Martín Lanatta, ya que su hermano contaba con arresto domiciliario y los Schillaci permanecían excarcelados.
En sus alegatos, los fiscales Marcela Falabella y Juan Ignacio Bidone pidieron prisión perpetua para los cuatro imputados por el delito de "privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y por la participación de más de dos personas".
Falabella, en tanto, afirmó que éste fue un crimen "premeditado" y "motivado en la sociedad de hecho que conformaron las tres víctimas para dedicarse al tráfico de sustancias químicas, entre ellas la efedrina".
Durante la lectura del fallo, el Tribunal resaltó "la complejidad" del caso y habló de la sospecha de un "apoyo institucional" por parte de los organizadores que tuvieron "capacidad económica" para concretar la masacre".
"Hay tramos que aún permanecen en las sombras. Además no todos los testigos estaban decididos a decir lo que sabían..., muchos eran imputados por otros delitos", agregó.
Por su parte, el tribunal sostuvo que "uno o dos meses antes del hecho" Forza hizo contactos con Ferrón, por sus conocimientos farmacéuticos, y con Bina, por los contactos que podía tener en la Aduana, para concretar el envío de efedrina al exterior. Y señaló que no sospechaban que "el socio oculto" del empresario que los había citado a la reunión -que generó el secuestro y la muerte- fue "Ibar Esteban Pérez Corradi", un contrincante que ya había amenazado a Forza y que actualmente está prófugo de la Justicia.
TRES CUERPOS EN UN ZANJÓN
Tras permanecer desaparecidos durante una semana, los cuerpos de los tres empresarios fueron encontrados acribillados a balazos y enterrados en un zanjón en General Rodríguez . Estaban boca abajo y tenían los pies y las manos atadas con precintos plásticos.
El hallazgo ocurrió el 13 de agosto de 2008. Los tres hombres estaban desaparecidos desde el 7 de agosto , cuando Forza (34), Ferrón (37) y Bina (35) fueron convocados al hipermercado Wal Mart de Sarandí para participar de "una reunión presumiblemente vinculada con la venta ilegal de efedrina", según la elevación a juicio de la causa.
Se cree que, desde el supermercado, los tres hombres fueron llevados -bajo su consentimiento o privados de la libertad- hasta la casa de Cristian Lanatta, ubicada en Quilmes.
Los investigadores sospechan que las tres víctimas fueron asesinadas a balazos y luego sus cuerpos guardados en algún freezer hasta que finalmente los arrojaron en un zanjón del partido de General Rodríguez, donde fueron encontrados seis días después.
La trama de esta investigación se fue complicando a medida que comenzó a hablarse de presuntos vínculos con narcotraficantes mexicanos, aportes a la campaña electoral y venta de efedrina.
QUIENES ERAN LAS VICTIMAS
Sebastián Forza: dueño de una distribuidora de medicamentos
Damián Ferrón: También trabajaba en el rubro farmacéutico.
Leopoldo Bina: Era la única de las tres personas asesinadas que no tenía negocios en la industria de los medicamentos.
Otros personajes
Entre los personajes fueron apareciendo en el curso de la investigación, se puede mencionar a Ariel Vilán , el hombre que se suicidó al poco tiempo del hallazgo de los cuerpos de los empresarios. Vilán trabajaba para Martín López Magallanes, un ex socio de Forza. Además, era cliente de Forza y dueño también de un laboratorio farmacéutico. Antes de suicidarse, dejó una nota donde negaba estar relacionado con el triple crimen.
Por otra parte, Emiliano Marcos, testigo clave en la causa, fue arrollado por un tren en noviembre de 2009. Poco tiempo después, su pareja, también testigo, intentó suicidarse.
También figura en esta historia Hernán Rodolfo De Carli, dueño de una mansión en General Rodríguez. Datos aportados por un testigo sugerían que los tres empresarios habrían estado en esa vivienda poco antes del crimen. Pero, finalmente, De Carli fue sobreseído por falta de pruebas.
En tanto, Solange Bellone, la esposa de Forza, que conducía, junto a su marido, la distribuidora Seacamp, fue vinculada en la causa que investiga la "mafia de los medicamentos".
Seacamp colaboró con 200.000 pesos en la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.
Los vínculos con la efedrina
Si bien judicialmente el triple crimen y la causa que investiga la ruta de la efedrina no están relacionadas, muchos de los personajes involucrados figuran de alguna manera en ambas investigaciones.
Entre estos personajes, se encuentra Jesús Martínez Espinoza, un mexicano investigado por la causa de la efedrina que está sindicado como presunto jefe narco. Espinoza admitió conocer a Forza y declaró que éste le había ofrecido el negocio de una droguería.
También investigado en la causa de la efedrina, Ricky Martínez, padre del actor Mariano Martínez, fue vinculado con Forza por las declaraciones del cirujano plástico Gustavo Ricchiuto, quien lo acusó de ser uno de los proveedores del empresario asesinado.
Por otra parte, un nombre que aparece de alguna manera en ambos casos es el de Luis Tarzia , el primer argentino detenido en la causa por el tráfico de efedrina, que falleció de un paro cardiorrespiratorio. Había sido procesado con prisión preventiva, señalado como presunto gerente local de la red de narcotraficantes que tenía una cocina de drogas en Ingeniero Maschwitz. Forza se había comunicado con él por medio de un radiotransmisor.
En tanto, José Luis Salerno , detenido y liberado por falta de pruebas en la investigación sobre el tráfico del precursor químico, era el dueño de la droguería donde trabajaba Ferrón.