Prisión perpetua para cinco acusados por el homicidio de Berardi
Tres mujeres que integraban la banda recibieron penas de 17 y 24 años de cárcel; una menor fue absuelta
Cuando los jueces anunciaron las condenas a prisión perpetua para cinco de los once acusados por el secuestro y asesinato de Matías Berardi, algunos de los imputados miraron desafiantes a los familiares de la víctima y comenzaron a insultarlos.
"Mi hija no paraba de llorar. No entendió la reacción de estas personas que se mantuvieron calladas durante seis meses, sin declarar. Tuvieron todos los derechos. Se los trató mejor que a nosotros y nos gritaban, nos insultaban, como si nosotros fuéramos culpables de algo, cuando Matías está muerto", expresó María Inés Davero, la madre de Matías Berardi.
Ayer, el Tribunal Oral Federal N° 3 de San Martín condenó a prisión perpetua al herrero Richard Souto, a su concuñado Néstor Maidana, Damián Sack, Gabriel Figueroa y Gonzalo Hernán Álvarez.
En tanto que, los magistrados Lidia Soto, Germán Castelli y Elbio Osores Soler impusieron una pena de 24 años de cárcel para Ana Moyano, la esposa del herrero. Mientras que su hija Jennifer Souto fue condenada a 17 años de prisión. Además, Celeste Moyano, Federico Esteban Maidana y Elías Emanuel Vivas fueron condenados a 19, 21 y 18 años de cárcel, respectivamente.
"Esto no es justicia. No le mientan a la familia. Somos inocentes", gritó una de las mujeres que participaron en el secuestro de Matías cuando conoció el monto de la condena que le impusieron. Detrás de ella, dos de los hombres comenzaron a gritarle a la familia Berardi, al tiempo que los miraban desafiantes.
Los gritos de los condenados
"Llegamos a este juicio oral porque ellos secuestraron y mataron a mi hijo. Nunca mostraron arrepentimiento. Ni siquiera las mujeres, que cuando se les escapó Matías tuvieron la sangre fría para salir a correr a la calle y pedirles a los vecinos que no lo ayuden porque les había robado", agregó María Inés.
Matías, de 16 años, fue secuestrado el 28 de septiembre de 2010, cuando descendió de una combi en el cruce del ramal Pilar de la Panamericana y la ruta 25. Camino a su casa, fue interceptado por tres de los condenados y lo obligaron a llamar por teléfono a sus padres para que les dijera que lo tenían cautivo y que debían juntar dinero para el rescate.
En una de las ocho llamadas extorsivas, uno de los delincuentes le pidió al padre de Matías que juntara $ 30.000. En tanto, el resto de la banda tenía a Matías encerrado en un baño de la herrería, propiedad de Souto, en Sarmiento 407, frente al paredón del cementerio de Benavídez.
En descuido de las mujeres, Matías logró escapar, llegó a la calle y pidió ayuda en un quiosco situado frente a la herrería y en una casa vecina. Pero las propietarias del negocio y de esa vivienda no le abrieron la puerta al chico porque la mujer Souto y su hija les gritaban que les había robado.
Matías logró correr casi una cuadra y media por la vereda del cementerio hasta que tres de los integrantes de la banda sacaron el auto, lo persiguieron y capturaron. Una vez que lograron reducirlo, lo llevaron hasta un basural situado a un costado de la ruta 6, cerca del cruce con la Panamericana, en Campana, y lo mataron.
El abogado de la familia Berardi, Eduardo Durañona, adelantó que apelará casi todo el fallo porque había solicitado reclusión por tiempo indeterminado. Además, el letrado dijo que estaba en desacuerdo con la única absolución.
Lo único que valoró el letrado del fallo fue que varios de los condenados fueron considerados reincidentes. "Siempre decían que la única manera de trabajar que conocían era delinquir, lo cual es terrible para una sociedad", dijo Durañona.
La única absolución fue para una adolescente, de 17 años, que estaba acusada de integrar la banda. "Ella sabía del secuestro, tuvo una participación secundaria y podría haber evitado esto", sostuvo la madre de Matías.
Otra víctima de un delito aberrante
- Matías Berardi
Secuestrado y asesinado
Tenía 16 años. Lo capturaron cuando bajaba de una combi en el cruce del ramal Pilar de la Panamericana y la ruta 25. En un descuido huyó y pidió auxilio, pero nadie lo ayudó. Lo recapturaron y lo mataron