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Prisión domiciliaria para el menor que golpeó a un playero y estuvo cinco meses prófugo

Arturo López, sigue internado en grave estado; al adolescente que lo agredió lo beneficiaron con la posibilidad de continuar el proceso en su casa

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Gustavo Carabajal
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El agresor tenía 17 años cuando en noviembre pasado agredió al playero
El agresor tenía 17 años cuando en noviembre pasado agredió al playero

Cuando golpeó al playero Arturo López, el agresor tenía 17 años. Después de dejarlo al borde de la muerte, el menor huyó y permaneció en la clandestinidad durante cinco meses, amparado por su familia. El 29 de abril pasado, una semana antes de cumplir 18 años, se presentó ante la Justicia. A pesar de la gravedad del delito por el que fue acusado y que tenía antecedentes por estafar con la venta de autos, la Justicia lo benefició con la prisión domiciliaria.

Al dictar la medida, la jueza Carla Cavaliere ordenó que el agresor sea monitoreado con una tobillera electrónica. Tanto el fiscal Mauro Tereszko como el letrado que representa a la familia del playero se opusieron a que se le otorgue al acusado la posibilidad de seguir el proceso con la prisión domiciliaria debido a que el imputado eludió a la Justicia durante cinco meses y a que su familia cuenta con los medios económicos para evitar que sea juzgado y, eventualmente condenado.

Desmayó a un playero porque le rayaron el auto

Hace una semana, el fiscal había solicitado que la causa en la que se investiga al menor por el intento de homicidio y lesiones gravísimas contra López, de 66 años, sea elevada a juicio oral. Actualmente, el playero sigue internado en grave estado, debido las lesiones que sufrió el 19 de noviembre pasado cuando el agresor le aplicó un golpe en el rostro. A raíz del puñetazo, López cayó y su cabeza golpeó contra el piso del estacionamiento situado en Moreno al 800.

Según fuentes del juzgado, “la decisión de dictar el arresto domiciliario asegura los fines del proceso sin que se permita que el imputado recupere su libertad, como hubiese sucedido en caso de que se llegase al 26 de junio, cuando vencía el plazo máximo de sesenta días de duración de la prisión preventiva, sin que se modifique esa situación”.

Esto significa que, si el juzgado no hubiera dispuesto la prisión domiciliaria, el 26 de junio, al cumplirse los sesenta días de la prisión preventiva, el imputado podría haber recuperado la libertad, según indicó una fuente judicial con acceso al tribunal.

“En este caso, el juzgado aplicó la ley penal juvenil, debido a que el hecho se le imputó ocurrió antes de que cumpliera los 18 años y, así lo entiende y determina la norma legal”, se indicó en el tribunal.

Según quedó grabado por las cámaras de seguridad del estacionamiento, el adolescente discutió con López por un rayón que tenía su Mercedes Benz. En las imágenes quedó registrada la secuencia del agresor, acompañado por otros dos jóvenes y su madre cuando golpeó a López en el lado izquierdo de la cara, por lo que el hombre cayó y pegó fuertemente contra el piso. Ambos golpes lo dejaron inconsciente.

Durante los cinco meses que permaneció en la clandestinidad, el agresor estuvo protegido por sus tíos. Desde el 19 de noviembre pasado, cuando la jueza Carla Cavaliere ordenó la captura del joven golpeador, la Policía de la Ciudad realizó 30 allanamientos en distintos domicilios de sus familiares y secuestró 40 celulares pertenecientes a sus parientes.

Andrea, la madre del menor les pidió a sus hermanos que le dieran refugio. La mujer impidió que su hijo se presentara a la Justicia, tal como había acordado el primer abogado defensor.

El agresor creció en una familia de delincuentes. Su madre forma parte de un clan que se dedicaba a realizar secuestros virtuales y cuentos del tío. Su padre cargaría con la responsabilidad de un homicidio en sus espaldas; aunque nunca le probaron la autoría del asesinato. Con su nueva pareja fueron señalados como los autores de una serie de estafas con las ventas de terrenos en Magdalena. Esas parcelas habían sido donadas por un vecino de esa ciudad al hospital local. Sin embargo, los familiares del menor mediante un testamento falso obtuvieron una escritura apócrifa y vendieron esos terrenos varias veces.

En ese ambiente creció el agresor que, con 17 años, ya tenía una causa penal por estafa.

Gustavo Carabajal
Menores y delito
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