Por unanimidad: suspendieron a la jueza que se besó con un preso en una cárcel de Chubut
La decisión, que recayó sobre Mariel Suárez, fue tomada por el Tribunal de Enjuiciamiento chubutense al hacer lugar al pedido de Consejo de la Magistratura provincial; es la primera vez que se toma una medida de esta naturaleza mientras se tramita el sumario
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Mariel Suárez, la jueza de Comodoro Rivadavia que fue grabada en una situación de intimidad con un preso condenado a prisión perpetua durante una visita a una cárcel de Trelew, en Chubut, fue suspendida en sus funciones.
Así lo resolvió por unanimidad el Tribunal de Enjuiciamiento de Chubut al hacer lugar a un pedido del Consejo de la Magistratura de esa provincia.
La suspensión de la jueza Suárez fue confirmada a LA NACION por fuentes del Poder Judicial de Chubut.
“El cuerpo, integrado por el ministro Daniel Báez, en representación del Superior Tribunal de Justicia (TSJ); las diputadas provinciales Selva Saso y Claudia Williams y los profesionales de la matrícula de abogados Miguel Ángel Barletta y María Florencia Góngora hicieron lugar al pedido del Consejo de la Magistratura del Chubut, que en el marco del sumario que se sigue a la jueza Suárez habían solicitado de manera cautelar la suspensión de la magistrada”, explicaron las fuentes consultadas.
La suspensión de Suárez en sus funciones dure mientras el Consejo de la Magistratura tramita el sumario que se inició tras el escándalo y que pude derivar en que se abra un jury o que se desestime la denuncia contra la jueza.
Según explicaron las fuentes consultadas, es la primera vez que un juez que integra el Poder Judicial de Chubut es suspendido en el transcurso de un sumario del Consejo de la Magistratura.
“Nunca antes el Consejo de la Magistratura había pedido la suspensión como medida cautelar, siempre ocurría que hacían el sumario, y una vez que pedían el jury acompañaban el pedido de suspensión. En este caso, el requerimiento de fundamentó por la gravedad institucional de los hechos denunciados”, sostuvieron las fuentes consultadas.
Los hechos sucedieron el 29 de diciembre pasado en el Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew, en Chubut, donde está detenido Cristian Bustos, apodado Mai. Un día antes, el tribunal que integra Suárez, con los votos de las juezas María Laura Martini y María Ximena Miranda Nastovitch, lo había condenado a la pena de prisión perpetua por el homicidio del policía Leandro Roberts, crimen ocurrido el 8 de marzo de 2009. Ella votó en disidencia y se opuso a la aplicación de la pena máxima.
Un día después de la sentencia dictada por el tribunal que ella presidida, y fuera del horario de visitas, Suárez se hizo presente en el penal para visitar a Bustos. La excusa del encuentro fue una cuestión “literaria”. La magistrada explicó que escribía un libro y necesitaba una entrevista con el homicida.
“Una vez concertado el encuentro, el mismo se desarrolló de una manera deslucida y desajustada al cargo de juez que detenta la letrada, en razón de que durante el mismo -habiendo sillas y escritorio en el recinto- se ‘sentaron en el piso de manera contigua, con mucha proximidad entre ambos mientras conversaban, se besaban, él acarició su cabello y la doctora tomó fotografías del tipo selfie con un teléfono celular”, según la descripción del hecho en el sumario.
Al día siguiente, 30 de diciembre pasado, la jueza Suárez volvió a visitar a Bustos. Pero en esa oportunidad, ambos se sentaron en las sillas que había en la sala, aunque eligieron una ubicación donde no podían ser captados por la cámara de seguridad. Los guardiacárceles les tuvieron que advertir la situación y pedirles que se reubicaran.
Según el sumario interno iniciado por el STJ de Chubut y remitido en abril pasado ante el Consejo de la Magistratura provincial, la jueza Suárez tuvo una “conducta indecorosa” e “inapropiada”.
“En determinadas circunstancias, a los jueces se nos exige un plus en nuestra conducta”, había sostenido en las conclusiones la instructora del sumario, Flavia Trincheri, magistrada de la Cámara Penal de Puerto Madryn.
Y había agregado: “Así las cosas, y conforme las probanzas, me llevan a tener por acreditado que el accionar de la doctora Suárez al visitar al interno Bustos se encuentra reñido con la ética judicial que se exige a los jueces”.
Uno de los testigos que declaró en la instrucción del sumario sostuvo que cuando se encontraron Suárez y Bustos “se saludaron con un beso y se tomaron con sus brazos por la cintura”. Otra testigo afirmó que vio a la jueza y al recluso besarse, y que Bustos acarició a la magistrada en su cabello.
“Sostengo que tal conducta a la vista de otros, en su carácter de magistrada que visita a un interno, fue deslucida y desajustada al cargo de jueza que detenta”, sostuvo la magistrada a cargo del sumario interno.
Trincheri le imputó a Suárez la infracción del artículo 10 inciso B del Reglamento Interno General (RIG) del Poder Judicial de Chubut, que hace referencia a “una conducta decorosa compatible con la dignidad de la función judicial”; la violación del artículo 13 de la ley de Ética de la Función Pública sobre el “el deber de conducirse apropiadamente en público” y el no cumplimiento del artículo 17 del Código Procesal Penal de Chubut donde se establecen las normas de “Igualdad entre las partes y la imparcialidad”.
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