Poliladron. Condenan a una agente por robarles el celular a dos adolescentes que estaban sentados en una plaza
Aunque estaba de licencia por enfermedad, vestía el uniforme cuando abordó a una pareja de chicos con la excusa de que “se estaban manoseando” en un parque de San Miguel de Tucumán; la sentenciaron a tres años de prisión en suspenso y ocho de inhabilitación
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SAN MIGUEL DE TUCUMÁN. Una agente de la Policía de Tucumán fue condenada a tres años de prisión de ejecución condicional e inhabilitación especial por ocho años, tras ser declarada culpable del delito de robo agravado. La acusada, quien fue apartada de la fuerza, les había robado el celular a dos adolescentes en una plaza de la capital provincial el pasado 18 de agosto.
En un procedimiento judicial exprés, la policía, identificada como Florencia Elizabeth Morales, de 24 años, recibió la condena por ser considerada “coautora material y penalmente responsable por el delito de robo agravado en perjuicio de dos menores de edad”.
La sentencia fue dictada por la jueza Fanny Siriani, quien aceptó un acuerdo de juicio abreviado presentado por el Ministerio Público Fiscal y la defensa técnica de la imputada.
Según el fallo, el 18 de agosto, Morales, quien había solicitado licencia en la Policía por enfermedad, se presentó con su uniforme ante una pareja de adolescentes que estaban en un banco de la plaza Urquiza, ubicada en el barrio Norte de San Miguel de Tucumán, y procedió a palparlos y a revisar sus pertenencias.
La acusada, quien abordó a los menores con el argumento de que “se estaban manoseando”, sustrajo el teléfono celular de la mochila de una de las víctimas y se lo entregó a otro hombre que inmediatamente se retiró del lugar. Una mujer que había presenciado toda la escena realizó la denuncia y minutos más tarde efectivos policiales se hicieron presentes en la plaza y detuvieron a Morales.
En la sentencia dictada por la jueza Siriani, se dispuso que la imputada cumpla con ciertas reglas de conducta por el plazo de dos años, como la prohibición de acercamiento hacia las víctimas y a un radio de 300 metros de la plaza donde ocurrieron los hechos.
Además, a la expolicía se le prohibió portar armas de cualquier tipo y se dispuso que realice “un tratamiento psicológico obligatorio para trabajar en el control de los impulsos y la ansiedad”.
La jueza Siriani consideró especialmente relevante la rapidez en el dictado de la condena debido a la situación particular que presentó el caso. “Ese día, la imputada no se encontraba prestando servicios activos, pero usó su uniforme de policía para amedrentar a los niños y cometer el hecho. Sin embargo, quiero destacar que el personal policial que se encontraba cuidando la plaza, al advertir lo que estaba sucediendo, intervino inmediatamente y procedió a la aprehensión de la mujer, poniéndola a disposición de la fiscalía actuante”, señaló la magistrada en los argumentos del fallo.
La jueza destacó que el nuevo sistema penal adversarial que rige en Tucumán permitió investigar, juzgar y sancionar a la imputada en un plazo de solo dos meses.
“Además, la acusada devolvió el teléfono sustraído a la niña víctima, lo que fue valorado al momento de decidir imponer una condena condicional”, concluyó la magistrada.
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