Policías caídos: el drama de defenderse y morir fuera de servicio
Desde el 1° de enero de 1999 fueron asesinados 565 policías federales y bonaerenses; la mayoría de ellos fueron víctimas de asaltos que intentaron frustrar usando sus armas reglamentarias
El agente Miguel Verón tenía 28 años y trabajaba en la comisaría 38 de la Policía Federal. La noche del 17 de marzo del año pasado fue asesinado cuando intentó detener a dos ladrones que le robaban a un taxista, en Flores. Uno de los asaltantes le disparó en la cara.
"Siento el mismo dolor de siempre. Lo extraño mucho", dijo a LA NACION, con su voz apagada por la tristeza, Fernanda Taus, la esposa de Verón, el agente al que todavía lloran los vecinos de Flores.
El caso del agente Verón, que estaba casado y era padre de dos niñas, es casi una excepción dentro de la larga lista de integrantes de las fuerzas de seguridad asesinados en los últimos años en todo el país, un promedio de 35 por año, desde 1999, con un pico de 90 en 2002. Este año suman 12.
La mayoría de los homicidios de policías ocurre cuando regresan a sus hogares o están de franco de servicio, y son víctimas de robos que no pueden dejar de intentar evitar. En eso juega fatalmente la "cultura policial", que hace que, aunque no estén obligados a hacerlo, los policías elijan estar siempre armados.
La mayoría de los homicidios de policías ocurre cuando regresan a sus hogares o están de franco de servicio, y son víctimas de robos que no pueden dejar de intentar evitar
Hace dos años, el Ministerio de Seguridad de la Nación, entonces todavía a cargo de Nilda Garré, elaboró el primer Programa sobre Uso de la Fuerza y Empleo del Arma de Fuego. En él se describió que en 2012 (primer año analizado) fueron asesinados 13 policías federales y otros 106 resultaron heridos. Según ese estudio, el 84% de los casos ocurrió cuando el personal estaba fuera de servicio. En el 73% fueron víctimas de robo; en siete de cada diez casos los policías estaban sin uniforme.
Al año siguiente, en 2013, murieron en enfrentamientos con armas de fuego 16 integrantes de la Policía Federal. Diez de esas víctimas estaban fuera de servicio.
Según un reciente informe interno de la Secretaría de Seguridad, a cargo de Sergio Berni, de las estadísticas de 2013 se puede establecer que "de cada diez funcionarios policiales heridos o fallecidos, 6,5 se encontraban fuera de servicio; y siete de cada diez hechos se produjeron cuando el funcionario fue víctima de robo".
En ese estudio, al que accedió LA NACION, se sostiene que de diez casos, 8,5 ocurrieron en el conurbano, la mayoría, en la zona sur. "Los hechos se suceden en general cerca de los lugares en donde vive el personal policial."
Las estadísticas actuales van en esa línea: de los cuatro homicidios de policías federales ocurridos en lo que va del año, tres fueron en el conurbano. El cabo 1° Miguel Carabetta, de 40 años, casado y padre de dos hijos, perdió la vida el 27 de enero pasado. Era chofer de un alto jefe de la fuerza y lo mataron a balazos cuando al menos tres delincuentes quisieron robarle el auto en la puerta de su casa, en Lomas de Zamora.
A su colega Ezequiel Alifraco, oficial inspector de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, lo acribillaron delante de su mujer y de su pequeño hijo. Fue el 25 de febrero pasado en Lanús. Ocho días antes habían matado al agente Carlos Céspedes, en un intento de robo, cuando esperaba el colectivo en Claypole, partido de Almirante Brown.
El único policía asesinado en la ciudad de Buenos Aires en lo que va del año fue el subcomisario Daniel Mazzuco, que se desempañaba en la comisaría 32. Lo mataron en Parque Chacabuco, en un intento de robo.
"En la mayoría de los casos el personal está semiuniformado o tiene el uniforme en un bolso, y ante el temor de ser descubierto como policía precipita la acción en su propia defensa", explicó un colaborador de Berni.
Lo que ocurre en la Federal no es una excepción. La Policía Metropolitana, que salió a la calle por primera vez el 5 de febrero de 2010, tiene tres oficiales asesinados desde su creación. En todos los casos las víctimas estaban fuera del horario de trabajo y también sufrieron intentos de robo.
Un promedio de 35 agentes por año han sido asesinados desde 1999, con un pico de 90 en 2002. Este año suman 12
En la policía bonaerense, según estadísticas oficiales, desde la asunción del intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, como ministro de Seguridad, en septiembre de 2013, fueron asesinados 21 uniformados en "actos de servicio". Según explicaron fuentes oficiales, a pesar de que en la mayoría de los hechos los uniformados no estaban en horario de trabajo, intervinieron ante la comisión de un delito identificándose como policías. Es por eso que sus muertes son consideradas "actos de servicio".
"La muerte está más presente fáctica y culturalmente en la Policía Federal que en otras fuerzas", explicó a LA NACION Gustavo Palmieri, profesor de Seguridad y Derechos Humanos en la Universidad de Lanús e integrante de la comisión directiva del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Se refiere en particular a una comparación con la Prefectura Naval y la Gendarmería Nacional. Según su experiencia, los uniformados de estas dos fuerzas actúan bajo una modalidad diferente en comparación con los federales; el resultado se advierte: tienen menos cantidad de personal fallecido en actos de servicio.
Desalentar el uso
Para Palmieri, que durante la gestión de Garré en Seguridad fue secretario de Coordinación, Planeamiento y Formación, una forma de proteger la vida de civiles y policías es que los uniformados vayan sin armas cuando están fuera de servicio.
Este especialista en seguridad reconoció que es difícil encontrar una solución para que los policías de grados inferiores dejen el arma cuando están fuera de servicio.
"La intervención cuando el agente no está de servicio deberá estar sujeta a las reglas de la prudencia, de la legítima defensa y de evitar un mal mayor", sostiene el fiscal de instrucción porteño José María Campagnoli, que entre 2003 y 2004 también fue funcionario de Seguridad nacional.
No es obligación para los policías estar armados fuera de servicio. Pero, lo que algunos llaman "costumbre cultural" y otros definen como "vocación de servicio" (pues el estado policial no se pierde cuando se está de franco), hace que muchos uniformados decidan estar armados en todo momento, ya sea para ir a cenar con su familia o para ir de compras.
"Los altos niveles de participación de funcionarios de franco en hechos de violencia indican que la portación de armas fuera de servicio sigue siendo lo habitual. Los policías circulan armados en su vida diaria. Por eso, este tipo de hechos suele darse en circunstancias en que los agentes se encuentran solos o juzgan que están en desventaja, lo que los lleva a tomar decisiones extremas que muchas veces tienen resultados letales para otras personas y para ellos mismos", se explica en el informe 2015 de Derechos Humanos en la Argentina, que el CELS está por publicar y del que LA NACION tuvo un adelanto.
Según un informe del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, desde el 1° de enero de 1999 hasta el primer día de este mes fueron asesinados 565 integrantes de las policías Federal y bonaerense.
Según ese informe, el peor año fue 2002, cuando fueron asesinados 90 uniformados, uno cada cuatro días. El año siguiente la cifra descendió a 62 casos y en 2004, a 18. "La cantidad de policías abatidos por la delincuencia es un indicador relevante del nivel de inseguridad", afirmó Rosendo Fraga, director de Nueva Mayoría.
¿Qué pasó entre 2002 y 2004 para que hubiera menos víctimas? Una de las respuestas puede estar en una política de Estado aplicada para combatir el robo de autos, delito en el cual los policías morían en enfrentamientos.
"Cuando entre 2003 y 2004 integramos el equipo de Seguridad del ministro Gustavo Beliz, concentramos los esfuerzos en el desmantelamiento de las cadenas de reducción y comercialización de las autopartes robadas, con el fin de desalentar el robo de automotores. Así atacamos desde los desarmaderos de la ruta 8 hasta los locales de la calle Warnes. Hicimos investigaciones en todo el país, con una bajada de línea a todas las fuerzas de seguridad, que incluía el control en los pasos internacionales", explicó el fiscal Campagnoli.
Los altos niveles de participación de policías de franco en hechos de violencia indican que la portación de armas fuera de servicio sigue siendo lo habitual, debido a lo que algunos llaman 'costumbre cultural' o 'vocación de servicio'
Y agregó: "A partir de esa tarea llevamos el robo y el hurto de automotor de su pico histórico máximo al punto mínimo de los últimos 20 años. El robo de autos a mano armada seguido de muerte era uno de los delitos que más preocupaban a la sociedad y, consecuentemente, era el tipo de delito en el cual ocurría la mayor cantidad de muertes de policías. De un año a otro, con aquella política de seguridad logramos reducir drásticamente la muerte de policías. Y así fue como también, en gran proporción, se redujo la sustracción de automotores en simetría con la muerte de policías."
¿El policía es un funcionario policial las 24 horas? Por ejemplo, en la Policía Federal los uniformados se rigen por la ley 21.965. Entre las normas y los derechos del "estado policial", los uniformados deben colaborar para mantener el orden público, la seguridad y la prevención y represión del delito.
El artículo 9 de esa ley sostiene que se debe "mantener el orden público, preservar la seguridad pública, prevenir y reprimir toda infracción legal de su competencia aun en forma coercitiva y con riesgo de vida".
Según informan fuentes oficiales, la ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez; Berni, y el jefe de la Policía Federal, comisario general Román Di Santo, le recuerdan en forma periódica al personal policial que cuando se está de franco "la portación del arma y de la credencial son voluntarias, no obligatorias".
Una calificada fuente de la Secretaría de Seguridad contó que se intenta eliminar "el mito de que intervenir sólo es con el arma de fuego, sin tener en cuenta que también lo es el pedido de apoyo y la recolección de información [patentes de autos y características anatómicas de los agresores] para después poder identificarlos".
Esa fuente sostuvo que entre 2013 y 2014 hubo mejoras. Se redujo de diez a cinco la cantidad de policías federales asesinados de franco de servicio.
Un integrante de la cúpula de la Policía Federal dijo a LA NACION: "Uno es policía las 24 horas, pero en actitud. Ser policía no significa enfrentarse a los delincuentes cuando uno está solo. Paulatinamente queremos generar alternativas para que el personal policial no se exponga cuando está de franco de servicio". Destacó también que, a instancias del jefe de la Federal, Di Santo, fueron creadas las secciones Asistencia y Apoyo al Personal Policial y Patrocinio de Querellas, que dan auxilio y sostén personal y legal a las familias de los policías caídos.
Gustavo Palmieri sostiene que hacen falta mayores políticas desde el Estado y que no alcanza con recordar periódicamente en la Orden del Día que llevar el arma y la credencial es una decisión personal y voluntaria. En su momento, se estudió la idea de que los suboficiales y agentes de menor rango dejaran sus pistolas reglamentarias y credenciales en las seccionales donde trabajan, pero para muchos uniformados era imposible porque después de su labor en la comisaría iban hacia otros destinos a hacer horas adicionales para ganar algo más de dinero.
De preventores a víctimas del delito
Gonzalo Pérez
Lo mataron en Santa Fe de un balazo y 14 puñaladas. Tenía 37 años
Ezequiel Alifraco
Era inspector. Lo asesinaron delante de su novia durante un robo, en Lanús
Miguel Carabetta
Tenía 40 años y era cabo primero. Lo mataron en una entradera en Lomas de Zamora
Darío Ávalos
Lo mataron en Vicente López, durante un robo. Se desempeñaba en el GEOF
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