Plaza Houssay, tierra liberada para "transas" y delincuentes
Limita con la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA; estudiantes y autoridades denuncian constantes ataques; bandas y se disputan el territorio en peleas a cuchilladas
La plaza Houssay, frente a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, parece ser tierra de nadie. No hay control alguno sobre quién entra o sale. Da lo mismo que sea un estudiante, un docente, un simple visitante o delincuentes y "transas" -narcos que venden drogas en pequeñas cantidades-. Todos, según coinciden autoridades de la casa de estudios y alumnos, parecen tener pase libre para ingresar en el edificio a través del bar, que se encuentra en un rincón del estacionamiento situado en la manzana delimitada por las calles Marcelo T. de Alvear, Azcuénaga, Paraguay y Uriburu.
La situación es de tal gravedad que el propio rector de la Universidad de Buenos Aires, Alfredo Barbieri, ya firmó una resolución para hacer una presentación y una denuncia penal en la Justicia, "Ahora se están recolectando todos los antecedentes para esa presentación que, seguramente, estará lista la próxima semana", dijo ayer un vocero del rectorado.
Durante una recorrida por el interior de la facultad, LA NACION comprobó que ayer a la mañana que dos hombres de entre 50 y 60 años fumaban marihuana debajo del techo que tiene el bar administrado por el Centro de Estudiantes .
"La situación es muy compleja", reconoció Glenn Postolski, el decano de Ciencias Sociales .
"Desde que asumí en marzo pasado, la seguridad en la zona fue empeorando", se sincera ante LA NACION.
Admite que personas ajenas a la facultad ingresan en el edificio a través de los tramos de la reja que quitaron los estudiantes. "La intención fue buena: brindar asistencia a las personas en condición de calle", explicó Postolski. "Mejoramos la situación de una familia sin hogar que dormía en el estacionamiento. Con la ayuda de la facultad y los alumnos logramos conseguirle a esas personas una vivienda digna", dijo el decano.
Postolski recordó que hace cuatro años se instalaron las rejas que separan al bar del estacionamiento. Sin embargo, según dijo, "los alumnos sacaron dos tramos de la reja y se generó un pasillo de circulación que nadie controla. Lamentablemente engendraron un monstruo que se les volvió en su contra", opinó.
El propio Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CECSo) reconoció que distintos grupos de delincuentes usan el patio del bar para "vender drogas, repartirse los botines de los robos de la zona, [que] se convirtió así en un terreno hostil para estudiantes y trabajadores de la zona".
En el escrito publicado por el CECSo se detallan los últimos hechos delictivos que llevaron a algunos estudiantes a bloquear, el lunes pasado, el acceso al estacionamiento que pertenece al Rectorado de la UBA y administra una empresa en forma tercerizada. "La semana pasada, una compañera fue atacada a patadas; días después, dos grupos enemigos se pelearon a cuchillazos por el control del lugar. Toda esta situación se desarrolla a plena luz del día, en medio de la zona de la plaza Houssay. ¿No es evidente que ocurre con complicidad policial?", denuncia el volante.
Sin control
El bar es, según los miembros del centro estudiantil, un lugar recuperado. La cocina y la barra se encuentran dentro del edificio, pero hace un tiempo el CECSo logró expandirlo sobre el predio del estacionamiento que pertenece al rectorado. Allí, colocaron un techo para resguardar del sol y la lluvia, y unas pocas mesas de caballete.
Sin embargo, el patio descubierto destinado al bar es bastante más grande, de unos 12 metros por 15 metros y está separado del estacionamiento por unos macetones y una reja colocada a mediados del año pasado.
Los estudiantes quitaron dos segmentos del cerco de acero. La intención de ellos era permitir que personas en situación de calle pudiesen encontrar en el bar resguardo de las inclemencias climáticas y de la delincuencia carroñera que ni siquiera evita robarles a víctimas carenciadas.
"Luego de las reiteradas denuncias que hicimos pusieron las rejas a mitad del año pasado. Es una zona liberada y la respuesta de las autoridades universitarias apenas incluyen una solución escandalosa: poner rejas en el estacionamiento para aislar el bar", dijo Agustina Manrique, de 22 años, que cursa el tercer año de Sociología y trabaja en la fotocopiadora de la facultad, que es administrada por el CECSo.
"El lunes pasado bloqueamos el estacionamiento, que pertenece al rectorado y está tercerizado, para llamar la atención. Así logramos que las autoridades se ocupen de la inseguridad con la debemos convivir", concluyó Manrique.
"Cuando abrimos a la mañana, alrededor de las 8, nos encontramos con dos «transas» que pertenecen a una banda y, otros dos, que son de una rival que se disputan la zona. Lo de la pelea a cuchilladas fue el colmo", contó Ailen Morales, una integrante del Centro de Estudiantes que atiende el bar.
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