Pink Panthers: el bajo perfil del ladrón de joyas fugado de Europa que llegó hasta Núñez por el amor de una mujer
El montenegrino Zvjezdan Begic, requerido por la Justicia de Francia e Italia por integrar una importante organización criminal, ingresó en la Argentina en 2016 por la Triple Frontera con una identidad falsa; vivía en un moderno departamento con su esposa y dos hijos; en Milán protagonizó un robo de 20 relojes de lujo y dos importantes brazales, valuados en 200.000 euros cada uno
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Llegó a estar diez días sin salir de su departamento en un moderno edificio de Núñez donde vivía desde hacía al menos dos años. Se caracterizaba por su bajo perfil. Cuando ganaba la calle prefería no llamar la atención. Casi nadie sabía que ese hombre de 46 años que se hacía llamar Eduardo René Díaz y que vivía con su esposa y sus hijos era un experto ladrón que protagonizó espectaculares golpes en joyerías de Europa. Sus vecinos se enteraron de que era un criminal cuando vieron cómo detectives de la Oficina Buenos Aires de Interpol lo esposaban y lo subían a un automóvil.
Zvjezdan Begic, que sobre quien pesaba un pedido de captura internacional y que era requerido por tribunales de Francia y de Italia, fue detenido anteayer a las 8.47 cuando salió del edificio de avenida del Libertador y Ramallo y comenzó a caminar. Los detectives de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) habían hecho una guardia día y noche de más de una semana para poder detenerlo. Hace 18 meses que estaban tras sus pasos, intercambiando información con sus colegas italianos.
Como se dijo, Begic, que nació en Montenegro el 29 de marzo de 1975, vivía con su esposa y sus dos hijos. Cuando fue sorprendido por los detectives de la PFA, el ladrón de joyas tenía en su poder $57.600, 870 euros, 2134 dólares, 2000 guaraníes y dos teléfonos celulares.
“No era de moverse mucho. Pero cuando decidía salir del edificio donde vivía se ausentaba por un par de días”, dijo a LA NACION un detective policial.
Begic era buscado por autoridades judiciales y policiales de Italia y Francia. El último golpe que le adjudican al hombre que aquí se hacía llamar Eduardo René Díaz ocurrió en Milán. En esa oportunidad, tres delincuentes irrumpieron en la joyería Paradiso Luxury, donde, a punta de pistola, se llevaron 20 relojes Rolex, Patek Philippe, Hamilton y Cartier, y dos brazaletes valuados en 200.000 euros cada uno.
Espectaculares asaltos
El ladrón detenido en Núñez, según fuentes de la investigación, era integrante de la denominada organización criminal Pink Panther. Las llamadas Panteras Rosas protagonizaron millonarios golpes en joyerías de Europa.
A Begic, que llegó a vivir en Cannes, y a sus cómplices les adjudican un robo donde obtuvieron un botín de 2.500.000 de euros que se llevaron en dos bolsas negras. Fue en 2005 en una joyería de Saint-Tropez. El millonario golpe duró 75 segundos y los ladrones escaparon en una lancha a motor.
Según el diario francés Libération, un cómplice de Begic fue detenido. Cometió un error que lo llevó tras las rejas: en un bar situado a pocos metros de la joyería bebió una gaseosa y su ADN quedó en el sorbete de plástico. Fue apresado poco después en Ámsterdam, capital de los Países Bajos.
En cambio, Begic escapó. Fue condenado en ausencia en Francia a la pena de 15 años de cárcel. En 2016 habría ingresado en la Argentina con un documento ucraniano a nombre de Tymoffi Ivanenko.
“En la Argentina se reencontró con su mujer, a la que habría conocido en Italia”, explicó a LA NACION una fuente que participó de la investigación.
Los detectives de la Oficina Buenos Aires de Interpol comenzaron a investigar los pasos de Begic en el país hace 18 meses, cuando sus colegas de Italia descubrieron la relación del sospechoso con una argentina.
“El prófugo y la mujer argentina se habrían conocido en Italia. Ella volvió a la Argentina y aquí se reencontraron. A partir de esa investigación aportada por colegas italianos comenzamos a seguir sus rastros en el país”, dijo una fuente policial.
No hay registro de un trabajo formal o informal de Begic en la Argentina. Su mujer tendría negocios vinculados con el rubro de los cosméticos.
Mucho dinero
“No existe ningún indicio de que haya protagonizado algún hecho delictivo en la Argentina. Tampoco se conoce la existencia de algún plan criminal. Tenía un bajo perfil y no llamaba la atención”, agregaron los detectives policiales consultados.
Sí llamó la atención del personal de Interpol la cantidad de dinero que tenía en su poder el prófugo en el momento de ser detenido. “No es nada habitual salir a la calle con esa cantidad de plata de diferentes países”, explicaron los voceros consultados.
El trámite de extradición de Begic está a cargo del juez federal Sebastián Casanello.
A las Panteras Rosas también les adjudican un robo en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, ocurrido en 2007. Allí irrumpieron en el Wafi Mall en dos Audi y circularon hasta una joyería donde, en menos de un minuto, se hicieron de un botín de 8.000.000 de dólares.
El grupo criminal, integrado por exsoldados de las fuerzas armadas de la ex Yugolasvia, actuó y robó en Mónaco, en Francia, y en Lausana, Suiza.
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