"Pido disculpas por la muerte, pero ese muerto yo no lo busqué", dijo el médico antes del veredicto
"Pido disculpas por la muerte, pero ese muerto yo no lo busqué". Así, el médico Lino Villar Cataldo cerró los alegatos en el juicio que se le sigue por haber asesinado a Ricardo Alberto "Nunu" Krabler, el delincuente que lo atacó e intentó robarle su auto el 26 de agosto de 2016 en Loma Hermosa, San Martín.
Antes de terminar con el ejercicio de su derecho de decir las últimas palabras antes de que el jurado popular comenzara a deliberar, Villa Cataldo sostuvo: "Me parece increíble haber llegado a esta situación. Estoy destruido. Mis hijos también. Mi familia quedó destrozada".
Tras las breves palabras del acusado, la jueza Carolina Martínez, que coordina el debate, llamó a las partes al estrado y dio por finalizado la primera parte de la jornada. La fiscal Noemi Carreira pidió que el médico sea condenado por homicidio por exceso en la legítima defensa, delito que tiene una pena de uno a cinco años de prisión. Desestimó, así, el cargo de homicidio agravado por el que Villar Cataldo llegó a juicio.
Carreira se basó, para esta acusación, en los resultados de los peritajes balísticos y en su sospecha de que Villar Cataldo nunca fue arrollado por el auto, como él dijo. "Yo puedo comprender cómo se habrá sentido después del ataque de Krabler, pero fueron disparos dirigidos a la victima, no a bulto. Considero que estaba en peligro, pero que al momento del último disparo que la mató, ya no existía la legítima defensa".
Luego fue el turno de la querella, a a cargo del abogado Juan Carlos Maggi, que sí pidió que se condene al médico por el delito de homicidio agravado por el uso de un arma de fuego.
"¿Qué queremos para nuestra sociedad? ¿Que andemos todos a los tiros, que se transforme en el far west?", sostuvo el abogado. Mirando al jurado popular, Maggi intentó desmentir punto por punto el relato de Villar Cataldo. "Aprovechó el momento en que Krabler no podía hacer arrancar el auto, se posicionó y disparó. Porque Krabler ya no tenía el arma encima", afirmó.
Por último, el abogado Diego Szpigiel, que defiende al cirujano, con un discurso directo y con cierta intención de complicidad en sus palabras con el jurado popular, planteó: "Los hechos están basados en una posibilidad y la duda opera para Lino. No podemos pedir que se razone un hecho que sucedió en cinco segundos".
Y siguió: "La no culpabilidad va de la mano de la duda. A una persona no se la puede condenar sobre la base de las dudas. Lo que sabemos es que uno eligió estar trabajando y la otra persona, robar".
Cuando finalizaron los alegatos y Villar Cataldo dio sus últimas palabras antes de conocer el veredicto, la jueza Martínez decretó un cuarto intermedio de una hora. A la vuelta daría las instrucciones técnicas a los jurados para que estos seis hombres y seis mujeres comiencen a deliberar para definir el futuro legal del cirujano.
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