Pidieron entre diez y once años de prisión para los acusados de secuestrar a una mujer para que cambie su declaración en una denuncia judicial
La mujer fue obligada a cambiar sus dichos en dos expedientes por abuso sexual que se le seguían al abogado Mariano José Mera Alba; los raptores estan acusados de los delito de “secuestro coactivo agravado” y “lesiones leves y robo en poblado y en banda”.
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El 21 de septiembre de 2018 al mediodía se supo de la desaparición de Jéssica Rodríguez. La joven, entonces de 23 años, según consta en la investigación judicial, había sido secuestrada por dos exempleados municipales del partido de Merlo y por el abogado Mariano José Mera Alba, hijo de Julio Mera Figueroa, ministro del Interior durante la primera presidencia de Carlos Menem, a quien ella había denunciado por abuso sexual y explotación laboral. El objetivo habría sido extorsionarla para que cambiara su declaración en dos denuncias judiciales.
Dos años y medio después, el fiscal Oscar Ciruzzi pidió que Osmar Moyano y Ernesto Ariel Duarte sean condenados a 11 años de prisión por “secuestro coactivo agravado” en concurso ideal con “lesiones leves y robo en poblado y en banda”, en el proceso que está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº10, integrado por las juezas Marcela Rodríguez y Silvia Mora y el juez Alejandro Noceti Achával. También requirió una pena de 10 años para otro presunto partícipe del rapto, Juan Omar Schirmo; lo consideró partícipe necesario del secuestro porque fue parte de la maniobra para que se logre el resultado, es decir, que la víctima rectifique su declaración ante una fiscalía bonaerense.
Asimismo, Mera Alba, quien también fue señalado por el fiscal como responsable directo, está prófugo desde hace al menos dos años. En noviembre de 2019, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de 500 mil pesos para quien pudiera colaborar con datos sobre él.
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Posted by Policía de Seguridad Aeroportuaria on Wednesday, November 20, 2019
Jessica trabajaba en la casa de Mera Alba desde 2017. En ese tiempo estaba en pareja con Pedro Mallada y tenían dos hijas. En tanto, su jefe mantenía una relación con Micaela Rodríguez, que en noviembre de ese mismo año lo denunció por violencia de género y abuso sexual. En aquella causa la empleada del letrado declaró como testigo por los maltratos que la mujer manifestó haber recibido por parte de su pareja. Luego sería la propia Jéssica la que denunciaría al hijo de Mera Figueroa.
El 19 de septiembre de 2018, según contó Jéssica, mientras ella se encontraba en La Bombonera, su madre la llamó para decirle que Mallada, de quien se había separado y a quien había denunciado en varias ocasiones por violencia de género, se había ido con sus dos hijas -de dos y cuatro años- sin su consentimiento. La mujer había llevado a jugar a las niñas a la Plaza Armenia y allí fue sorprendida por Pedro, que con el pretexto de llevarlas a un supermercado de la zona a comprarles unas golosinas escapó con sus hijas.
A los 15 minutos de empezado el partido de Boca, desesperada, abandonó la cancha para encontrarse con su madre. Juntas radicaron la denuncia en la excomisaría N°25 y luego tomaron un colectivo de línea 29 en la zona de San Telmo. En ese momento, Jéssica recibió un llamado de un hombre apodado “El Turco”, que la citó en el bar Blues Special, ubicado en Almirante Brown y Pilcomayo, en el barrio de La Boca.
El secuestro
Según informó el Ministerio Publico Fiscal en su portal institucional fiscales.gob.ar, Jéssica llegó a la una de la mañana al lugar, donde desde un auto que sería propiedad de Mera Alba salieron el abogado, Moyano y Duarte, y la arrastraron hasta el vehículo “valiéndose de su fuerza y con violencia”.
Desde allí, fueron hasta la localidad bonaerense de Merlo, donde funcionaba una parrilla que era propiedad de Mera Alba. Entre los tres hombres la amenazaron y le dijeron que debía cambiar una declaración que había hecho en una Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Morón en dos expedientes por abuso sexual que se le seguían al abogado. “Vos sabés lo que le pasa a los traidores; si haces las cosas mal vas a saber lo que te va a pasar: te vamos a matar”, le repetían.
Luego de esta secuencia la víctima fue conducida hasta una casa a tres cuadras de allí, donde estaban sus hijas, que habían sido llevadas a ese lugar por su padre. Las dejaron encerradas toda la noche y a la mañana siguiente fue trasladada hasta la UFI para que cambiara su declaración. Allí apareció en escena Juan Omar Schirmo, quien -de acuerdo con la acusación- le indicó y reiteró que debía modificar sus dichos en dos expedientes que involucraban a Mera Alba por abuso sexual y lesiones.
El fiscal explicó que en la UFI le dieron un papel para que escribiera y se rectificara de sus dichos: la víctima escribió lo que le habían indicado mientras la acompañaba Schirmo. Una vez que se fueron de ahí, fue llevada nuevamente hasta esa casa. Durante la noche había podido utilizar un celular de su ex para pedir ayuda a una amiga y ella fue quien se contactó con la Brigada Antisecuestros, que finalmente llegó al lugar cerca de las dos de la tarde. La víctima fue trasladada hasta una dependencia policial donde constataron sus lesiones.
Las pruebas
“A la víctima se la sustrajo, se la retuvo y se la obligó a hacer algo en contra de su voluntad, como era cambiar sus dichos en dos causas”, resumió el fiscal Ciruzzi. Repasó el testimonio de la mujer y explicó cómo se corroboraba con los distintos llamados telefónicos que recibieron los implicados y qué hizo el abogado que se encuentra prófugo. La defensa había presentado como testigo a un hombre que trabajaba de cuidacoches en la zona y que describió la situación en la que subieron al auto a la mujer como “una discusión”. La fiscalía, en su alegato, repasó que el cuidacoches tenía agendado a Mera Alba en su celular y que tenían llamados y mensajes intercambiados, que hasta incluían una invitación de cumpleaños.
Las constancias de la causa ponen dentro de la pesquisa al jefe de la barra brava de Boca, Rafael Di Zeo. Mirá que la estuvieron buscando en la cancha y no la vieron, pero si no es hoy, es el domingo”, escribió “Rafa” en un mensaje al abogado Mera Alba, según remarcó el fiscal Ciruzzi.
La víctima es fanática xeneize y la noche en la que fue secuestrada estuvo en el estadio, ya que se jugaba un partido de Copa Libertadores. Ella se fue de la Bombonera casi al inicio del encuentro porque le avisaron que su expareja se había llevado a sus niñas, a las cuales volvió a ver una vez que fue capturada.
“La verdad del relato de la mujer tiene sustento en todas estas llamadas y mensajes”, sostuvo el fiscal, al tiempo que reveló otra serie de intercambios entre Schirmo y Mera Alba la mañana en que la víctima fue llevada hasta la UFI. “Todos los dichos de la víctima no fueron desvirtuados ni siquiera por el andamiaje testimonial armado por quien se encuentra prófugo en la causa”, advirtió.
Al momento de solicitar las penas de 11 años para Moyano y Duarte y de 10 años para Schirmo, el fiscal le requirió al tribunal que realice la extracción de testimonios para que se investigue a cuatro personas por falso testimonio.
Luego, fue el turno de la defensa del imputado Moyano, que consideró que el relato de la víctima no es verosímil y que no era posible llegar a tener la certeza necesaria para una condena, por lo cual requirió su absolución.
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