Piden que se haga el juicio por el presunto caso de gatillo fácil en el que murió un chico
La fiscalía dio por clausurada la instrucción y solicitó que se sienten en el banquillo de los acusados dos policías provinciales acusados de balear y asesinar a Facundo Ferreira, que tenía 12 años
La Justicia de Tucumán dio por finalizada la investigación y pidió la elevación a juicio del crimen de Facundo Ferreira, el chico de 12 años asesinado de un tiro en la nuca cuando iba de acompañante en una moto y dos efectivos los perseguían el 8 de marzo de 2018 en la capital provincial. Los policías están acusados de ser los autores materiales del conmocionante hecho, que se investigó como un presunto caso de "gatillo fácil" y que, durante la pesquisa, incluyó intimidaciones a la familia de la víctima.
En el requerimiento de elevación a juicio, la fiscal Adriana Giannoni imputó a los policías por homicidio agravado. Uno de ellos, Mauro Díaz Cáceres, continúa en funciones a pesar de que la representante del Ministerio Público había solicitado varias veces su detención durante la instrucción. El otro, Nicolás Montes de Oca, fue detenido y dado de baja de la fuerza por haber robado una cartera a una mujer pocos meses después del hecho.
Según la investigación judicial, la madrugada del 8 de marzo de 2018 los agentes Díaz Cáceres y Montes de Oca, del Comando Motorizado 911, les dispararon a los chicos dos cartuchos de postas de goma y 11 proyectiles de plomo. Una de esas balas segó la vida de Ferreira.
Además, un análisis toxicológico posterior al hecho había revelado que el agente Montes de Oca había consumido cocaína y marihuana el día del homicidio.
La fiscal Giannoni había pedido en cuatro oportunidades la detención de los policías, pero distintos jueces lo denegaron y los agentes siguieron en servicio. Solo Montes de Oca fue detenido y echado de la fuerza, pero no por el asesinato de Facundo sino por un arrebato en la modalidad "motochorro" en Ingenio Lastenia, localidad situada a pocos kilómetros de la capital provincial.
El caso de Ferreira había quedado envuelto en polémica porque, inicialmente, tanto el Ministerio de Seguridad provincial como el nacional salieron en defensa de los policías haciendo suyos los argumentos y la versión de los hechos que había dado los oficiales acusados por el Ministerio Público Fiscal.
Además, la familia del chico denunció que la policía tucumana los intimidaba. "El hermano de Montes de Oca se nos acercó fuera de los tribunales y nos dijo que había quedado en libertad y que no hiciéramos más quilombo porque lo que le había pasado a Facundo le iba a pasar a mi hijo", había contado a LA NACION Rita Ferreira, tía de Facundo.
Según la familia de la víctima, desde el día de la muerte de Facundo los episodios intimidatorios en su contra se repiten una y otra vez.
Por ejemplo, cuando se cumplieron seis meses de asesinato, la familia de Facundo dijo que el personal del Comando Motorizado 911, fuerza a la que pertenecen los dos efectivos imputados, disparó balas de goma y de plomo contra su casa. Denunciaron que les mataron al perro y que lesionaron a Rita Ferreira. Además, en el expediente se denunció que en diferentes días de marzo de 2018, después del hecho, un patrullero se detuvo en la puerta del domicilio de los Ferreira y un uniformado les apuntó con una escopeta e insultó a los familiares.
"Vivimos con miedo, queremos justicia. No queremos que estos oficiales estén en la calle. Vamos a pelear", dijo Rita Ferreira.
Una extorsión
La investigación judicial demostró también uno de los mecanismos usados por un grupo de agentes para intimidar a la familia Ferreira. En los primeros cuatro meses de investigación y de peritajes, la fiscal Giannoni recibió una denuncia trascendental que la convenció de pedir la detención de los agentes.
El denunciante sostuvo que la noche del 26 junio de 2018 caminaba por Larrea al 1000 mientras cumplía su trabajo de vigilador en un barrio de San Miguel de Tucumán cuando vio a buena distancia que un patrullero se le acercaba sigilosamente. El móvil (un Chevrolet Prisma con número de identificación TUC-0536) frenó a su lado. El denunciante (expolicía provincial) reconoció al conductor: dijo que era el oficial Walter Alejandro Díaz, del Comando Motorizado 911, o sea, compañero de los dos agentes imputados en la muerte de Facundo.
"Te la hago corta. No tengas miedo que no venimos por vos. Sé que andás con quilombos y que querés volver a la policía. Para eso tenemos una solución", le había propuesto el oficial Walter Díaz, según declaró el denunciante (por cuestiones de seguridad, su identidad se mantiene en reserva). "Hablemos a calzón quitado y decime qué querés", dijo que le contestó. Y que, en respuesta, el oficial Díaz sostuvo: "Es por el tema del pendejo este, el que mataron en el Bajo. Mirá, vos nos hacés un favor y mi primo y un tal Virus le tiran a otro el muerto de tu causa".
Hacía referencia a un caso que afectaba directamente al vigilador, que había sido separado de la fuerza tras un episodio durante su servicio, en el que hubo una persona gravemente herida, el "muerto de tu causa" del que hablaba Díaz.
Este oficial del 911, según consta en la denuncia, a la que accedió LA NACION, continuó con su propuesta espuria: "Te la hago sencilla; los chongos [los imputados] tienen un quilombo y me pidieron que te diga que te van a dar un arma para que vayas a la casa de la familia, dispares y les digas que no se metan con la policía, y vos quedás limpio".
El denunciante pidió a la fiscal protección para su familia; afirmó que si se negaba a hacer su parte en aquel "apriete" correrían riesgo su vida y las de los suyos.
La fiscal Giannoni pidió inmediatamente las filmaciones de las cámaras de seguridad del lugar donde el denunciante dijo haber tenido ese encuentro y requirió el GPS del móvil identificado para trazar su recorrido. Todo concordaba con el relato que había escuchado de parte del expolicía colaborador.
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