Abuso en Once: piden llevar a juicio al comerciante acusado de haber drogado y violado a una joven venezolana en Balvanera
Se trata de Irineo Garzón Martínez, dueño de un local de ropa que, en enero, engañó y violentó a la chica, a la que le había tomado una entrevista de trabajo; sigue detenido, con prisión preventiva; la querella pedirá que lo condenen a 15 años de cárcel
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Pasados menos de seis meses del hecho, la fiscal porteña Silvana Russi requirió elevar a juicio la causa en la cual el dueño de un negocio de ropa se encuentra acusado de “abuso sexual agravado con acceso carnal” en perjuicio de una joven venezolana de 18 años que había ido al local por una entrevista de trabajo.
El hecho ocurrió el 23 de enero pasado en un negocio de indumentaria de la zona de Once, y causó gran repercusión en la opinión pública con la viralización en redes sociales de videos e imágenes que mostraban a la chica, que fue encontrada dentro del local desorientada y con indicios de haber sufrido un ataque sexual por el que quedó acusado Irineo Humberto Garzón Martínez.
Luego se supo que la chica había sido citada al comercio, situado en Paso 693, por Garzón Martínez después de un intercambio de mensajes por la red social Facebook. La joven acudió a la entrevista laboral aquel sábado luego de rechazar una invitación a cenar el día anterior “para poder hablar sobre el trabajo”.
“Estamos a la expectativa, creemos que está comprobado todo lo que pasó, todas las versiones que esgrimió la defensa son inconducentes y contradictorias. Como que a esta persona le habían hecho ‘una cama’ entre la madre y la chica para sacarle dinero, que tenían una relación consensuada o que se querían quedar con su negocio”, expresó en diálogo con LA NACION Pablo Baqué, abogado de la víctima.
En este sentido, el letrado expuso la grave acusación que pesa sobre Garzón Martínez, quien -según consta en el petitorio a juicio presentado por la fiscalía- resulta “prima facie autor responsable del delito de abuso sexual agravado por su comisión con acceso carnal”.
“La propia defensa del acusado pidió que se le baje la calificación a abuso simple, por lo tanto están reconociendo que hubo abuso. En este caso hay un daño permanente, por lo que vamos a pedir la pena máxima, que son 15 años de prisión. La chica está con tratamiento psicológico, tratando de recuperar un poco su vida; si no hay excepciones, para noviembre podríamos tener la primera audiencia” del juicio, estimó Baqué.
Además, el abogado destacó la labor y la seriedad con la que llevó adelante el proceso la fiscalía actuante: “Estamos satisfechos y muy agradecidos con el trabajo que han hecho, me consta que trabajaron día y noche”, afirmó.
Engaño y sometimiento
Luego se supo que la chica había sido citada al comercio, situado en Paso 693, por Garzón Martínez después de un intercambio de mensajes por la red social Facebook. La joven acudió a la entrevista laboral aquel sábado luego de rechazar una invitación a cenar el día anterior “para poder hablar sobre el trabajo”.
El 23 de enero a la mañana, la joven -su identidad se preserva por cuestiones legales- se presentó al local de venta de uniformes de Garzón Martínez en Paso 693, con quien había concertado la entrevista laboral el día anterior después de un intercambio de mensajes por la red social Facebook. La noche anterior, incluso, el hombre, que había adulado a la joven por su belleza, la había invitado a cenar para “poder hablar del trabajo”.
Esa mañana, pues, la chica quedó detrás del mostrador. Según el relato de la denunciante, en el transcurso de la mañana el hombre le ofreció repetidamente algo de beber; varias veces agradeció y se negó, hasta que finalmente aceptó un vaso de agua: a poco de tomarlo se empezó a sentir mareada, por lo que le envió un mensaje desde el celular a su madre para ponerla al corriente de lo que le estaba pasando.
“Creo que el dueño de donde trabajo me drogó porque me siento mareada”, le escribió la joven a su madre por WhatsApp, y le dio la dirección de donde se encontraba. Tras un llamado al 911, efectivos de la Policía de la Ciudad arribaron al lugar y, al ingresar, encontraron a la chica en el fondo: el acusado estaba vistiéndola y poniéndole los pantalones.
Para la fiscal, el imputado aprovechó que la víctima se encontraba confundida e indefensa para desvestirla y abusar sexualmente de ella, lo que le provocó lesiones. La joven fue rescatada por el personal policial y Garzón Martínez quedó detenido e incomunicado. En su declaración posterior a la Justicia no solamente este negó los cargos, sino que acusó a la muchacha de “mentirosa”, al afirmar que tuvo relaciones consentidas y que fue ella quien se le ofreció sexualmente.
En la requisitoria de elevación a juicio al Juzgado Criminal Correccional N°15 a cargo de Karina Zucconi, según informó el portal fiscales.gob.ar Russi dio por probada la existencia de un “patrón de conducta y la premeditación del imputado, que seleccionaba especialmente a personas vulnerables, mujeres de muy corta edad”.
También plantea que el imputado “las captaba vía Internet so pretexto de ofrecerles trabajo, aprovechándose de sus necesidades económicas”, y que en su mayoría estas mujeres eran “de nacionalidad extranjera y sin vínculos familiares en el país”.
Vale recordar que Garzón Martínez fue excarcelado en aquel entonces, pero tras revocar la Sala I de la Cámara del Crimen dicho beneficio, este fue detenido en una vivienda del barrio de Mataderos el 4 de febrero. A la semana siguiente, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional resolvió que siguiera preso con prisión preventiva.
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