Piden juicio oral para un hombre que extorsionó a la familia Stefanini
Fue detenido en enero, en Santiago del Estero; a través de Facebook les exigió US$ 200.000 a cambio de datos sobre el empresario desaparecido el 17 de octubre pasado
La fiscalía federal de San Isidro pidió que sea sometido a juicio oral el hombre que le reclamó 200.000 dólares a la familia de Damián Stefanini a cambio de aportar datos sobre el lugar en el que tenían secuestrado al financista, desaparecido desde el 17 de octubre pasado. Este sospechoso fue detenido por la Policía Federal los primeros días de enero, en la ciudad santiagueña de La Banda.
Un mes y medio después de la detención, el fiscal federal Fernando Domínguez presentó ante la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, la requisitoria para que el sospechoso sea sometido a juicio oral, acusado de extorsionar a la familia de Stefanini.
A partir del 26 de diciembre pasado la investigación por la desaparición de Stefanini, de 45 años, quedó a cargo del fiscal Domínguez, luego de que su colega del fuero provincial, Mariela Miozzo, se excusara de seguir con el caso por considerar que se trataba de un secuestro extorsivo, un delito que es competencia de la justicia federal.
Stefanini desapareció la mañana del 17 de octubre pasado. Su Audi negro fue hallado a pocos metros del estudio de su contador, en Florida. A las 11.30 de aquel día, su teléfono celular, que nunca apareció, dejó de funcionar. Desde ese momento se perdió todo rastro del financista. Debajo del asiento delantero del Audi la policía encontró el DNI del empresario.
Al consultar los registros de la Dirección Nacional de Migraciones se determinó que no había salido legalmente del país.
La fiscal Miozzo declinó la competencia en favor de la justicia federal de San Isidro cuando la familia de Stefanini denunció que había recibido una serie de mensajes de Facebook en los que le pedían dinero a cambio de revelar el nombre de la persona que tenía secuestrado a al financista. Junto con los mensajes en los que se mencionaba que el empresario había sido víctima de un secuestro, la fiscal bonaerense envió los seis cuerpos del sumario a su colega del fuero federal.
Así, el caso dejó de ser una simple averiguación de paradero y se convirtió en una investigación por secuestro extorsivo.
Con el rastreo de la cuenta de Facebook desde la que se habían enviado los mensajes extorsivos, el fiscal federal Domínguez pudo localizar la computadora desde la que partían los pedidos de dinero. Entonces, el representante del Ministerio Público les pidió a los investigadores de la Policía Federal que viajaran a Santiago del Estero y detuvieran al extorsionador.
Luego de la indagatoria, el fiscal comprobó que el acusado era un oportunista que se había aprovechado de la angustia de la familia para sacarle dinero y que, en realidad, no tenía ninguna vinculación con la desaparición del empresario ni poseía ninguna información que fuera de utilidad para los investigadores o que permitiera localizar a Stefanini.
Con todos los mensajes debidamente documentados, los testimonios de la familia de Stefanini que confirmaban los pedidos de dinero y la indagatoria del imputado, Domínguez solicitó que el sospechoso fuese sometido a juicio oral, acusado de extorsión.
Si bien existieron una extorsión y un pedido de dinero, no se presentó en este caso un elemento común en los secuestros extorsivos clásicos: el llamado para pedir una determinada suma de dinero por la liberación. Según allegados a Stefanini, la familia nunca recibió un pedido de rescate; no hubo negociación ni prueba de vida.
Otra de las medidas dispuestas por el fiscal Domínguez consistió en la remisión a los ministerios de Seguridad de todo el país de copias de un expediente con fotografías actualizadas, juegos de huellas digitales y fichas odontológicas de Stefanini, para dar impulso a su búsqueda.
Cuando la policía revisó el Audi negro del empresario, que fue hallado dos días después que se denunciara su desaparición, encontró una tablet, el documento de identidad y una chequera. El celular nunca apareció. El vehículo fue encontrado a pocos metros de la casa del contador de Stefanini, en Roca al 2000, Florida.
Un ciclista que cruzaba la calle y que estuvo a punto de ser arrollado por el conductor del Audi afirmó que el hombre que iba al volante del mencionado rodado no tenía las mismas características fisonómicas que Stefanini.
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