Persecución en Panamericana: qué señaló la autopsia sobre los cuerpos de los fallecidos en el choque contra un camión
El adolescente que se encuentra internado en grave estado es hijo de un conocido pirata del asfalto
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Tres de los cuatro jóvenes que chocaron un camión estacionado a pocos metros del peaje Henry Ford de la Panamericana, cuando huían de la policía, fallecieron a raíz de los politraumatismos provocados por la violencia del impacto.
Según las conclusiones de las autopsias realizadas en los cuerpos de Joel Guillermo Galván, Joaquín Mirko Fernández y Malena Chiocconi, de 25, 23 y 21 años, respectivamente, no había proyectiles ni heridas de bala y los tres murieron debido a los golpes provocados por el choque del Volkswagen Vento, que conducía Galván, contra el camión estacionado.
No obstante, todavía faltan los peritajes que quedaron a cargo de los técnicos de la Gendarmería para establecer si algunas de las doce armas secuestradas a los policías había sido disparada recientemente o si se encontraban impactos de bala y proyectiles en los restos de Volkswagen Vento en el que viajaban los tres fallecidos.
El cuarto ocupante del vehículo, un menor, de 16 años, hijo de un conocido pirata del asfalto de la zona Bancalari, seguía internado en grave estado en el hospital de General Pacheco.
Este menor fue el único sobreviviente de la tragedia ocurrida, anteayer, minutos después de las 4.30 en el kilómetro 33.700 del ramal Campana de la Panamericana.
La persecución que terminó con las muertes de los tres jóvenes, comenzó minutos antes, en la zona del barrio privado Bancalari, cuando un vecino alertó al número de emergencias 911 sobre la actitud sospechosa de los ocupantes de un Volkswagen Vento, que abrían y cerraban una de las puertas.
A partir de este aviso llegó al lugar una patrulla del Centro de Operaciones Tigre (COT). Cuando una mujer policía descendió del móvil para identificar a los ocupantes del Volkswagen Vento, el conductor arrancó la marcha del vehículo y huyó. Así comenzó una persecución por la colectora Este de la Panamericana.
En el desarrollo de la persecución se sumaron móviles de la policía bonaerense y del COT. Una de esas patrullas intentó interceptar al conductor del Volkswagen Vento y se detuvo a lo ancho de toda la colectora, pero el sospechoso eludió al móvil e intentó atropellar al policía que, en posición de tiro, se puso delante de la trayectoria del automóvil. La persecución siguió por la Panamericana y terminó cuando el Volkswagen chocó contra un camión estacionado. La policía estableció que el vehículo había sido robado el sábado pasado, que Galván y Fernández tenían antecedentes por robos, y que la joven no tenía ninguna relación con ellos.
El camino del delito del Gordo Galván
Al fallecido conductor del Vento se lo conocía como el Gordo en el mundo del hampa del conurbano. Joel Galván tenía 25 años y antecedentes penales. Según informaron a LA NACION, el Gordo Galván había sido condenado a la pena de tres años de suspenso al ser encontrado culpable del delito de “uso de documento público falso destinado a acreditar la habilitación para circular de un vehículo automotor”.
“Además de la condena de prisión en suspenso, Galván estaba procesado por el delito de robo. Se trata de una causa que se tramita en una fiscalía de Vicente López”, explicó un jefe policial al tanto de los antecedentes del Gordo Galván.
Los últimos y dramáticos mensajes en WhatApps
Al lado del Gordo Galván, los bomberos encontraron el cuerpo de Malena Antonella Chiocconi, de 21 años. No tenía antecedentes penales ni se conocía que frecuentase el ambiente de pandillas. Los primeros informes la señalan como víctima de una circunstancia del azar. Estaba en el lugar equivocado por haber conocido poco antes al Gordo Galván en las redes sociales. En esos contactos en los que las partes nunca saben demasiado sobre la real vida del otro, Chiocconi habría aceptado una salida de diversión nocturna sin conocer la forma en que se movían sus acompañantes.
“Nos está siguiendo la policía”. “Dios mío, ma”. “Estoy llorando”. Fueron tres mensajes consecutivos a las 4.33 de esta madrugada que recibió Daniela, la madre de Chiocconi, en el chat de WhatsApp de su teléfono celular por parte de su hija.
Diferente es el caso de los jóvenes que estaban con la chica. El auto que usaban había sido robado el sábado pasado en Escobar. Y se le cambiaron las matrículas para eludir los lectores de patentes. El Vento había sido transformado en un auto “mellizo”. Y fue usado para al menos un raid delictivo.
Eso contó una de las víctimas del grupo de ladrones, que se acercó al lugar del impacto para asegurar que ese vehículo había sido usado por los delincuentes que lo encañonaron el pasado lunes. En ese momento le robaron su camioneta Toyota Hilux y una importante suma de dinero, en dólares y pesos. Los ladrones se llevaron hasta el buzo que utilizaba la víctima, el hombre que señaló con su mano a los restos del Vento y aseguró que se trataba del auto usado por quienes se llevaron su vehículo.
Los delincuentes le cruzaron el auto para que no pudieran continuar con su trayecto. Del vehículo se bajaron tres ladrones y uno de ellos le apuntó con un arma de fuego y le ordenó: “Bajate, dame las llaves o te mato”. La víctima no dudó al ver las imágenes del Vento durante la persecución policial. Ese había sido el auto que bloqueó su pasó. El mismo en el que el Gordo Galván intentó escaparse de los patrulleros que estaban tras sus pasos. Todo terminó de la peor manera.
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