“Pido perdón por mentir”: la tía de Loan ahora dice que no vio ningún choque y cree que a su sobrino se lo llevaron
Laudelina Peña fue indagada anoche por la jueza federal de Goya, Cristina Elizabeth Pozzer Penzo; está imputada de la “sustracción y ocultamiento” de su sobrino; señaló como sospechosos a un amigo de su esposo y a la pareja
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Lo primero que hizo cuando terminaron de leerle las pruebas en su contra fue pedir disculpas por haber mentido en su primera declaración, cuando afirmó que a su sobrino Loan Danilo Peña lo había atropellado el capitán de navío retirado Carlos Guido Pérez en su camioneta Ford Ranger blanca. Después, a lo largo de su indagatoria, Laudelina Peña sostuvo que cree que al niño “se lo llevaron” y dio nombres de quiénes podrían haberlo hecho.
“Para mí lo llevaron, no sé quién, pudo haber sido Ramírez, Benítez o Millapi, eran con las tres personas mayores que estaba”, sostuvo anoche la tía de Loan, al ser indagada por la jueza federal de Goya, Cristina Elizabeth Pozzer Penzo.
Ramírez es Daniel, al que llaman “Fierrito”. Millapi es Mónica del Carmen, la esposa de Ramírez. Y Benítez es Bernardino, pareja de la tía de Loan, que lo llama por su segundo nombre, Antonio. Esos son los primeros tres detenidos del caso, inicialmente acusados de abandono de persona y después, imputados por su presunta participación en la captación y sustracción del niño con eventuales fines de trata.
Laudelina Peña declaró por videoconferencia desde la cárcel federal de Ezeiza, donde está alojada. Las partes siguieron la audiencia de manera virtual. Después de pedir perdón, la tía de Loan sostuvo que “no tuvo nada que ver con el tema del accidente”. Y explicó que fue un tema de su primer abogado, José Fernández Codazzi (ahora es defendida por Mónica Chirivin).
“Yo no tuve nada que ver con el accidente, fue tema del abogado que vino a mi casa. Nos amenazó a mí y a mi hija. Fue el 27 a la mañana o 28 a la mañana [de junio]. Aparece devuelta diciendo que las dos debíamos ir a declarar. Volvió ese mismo día a la tarde, nos hizo un video donde nos enseñó como tenía que ser la declaración y que si no igual íbamos a quedar presas. Después nos levantó en el coche que andaba con otro hombre barbudo, nos llevó a las dos que teníamos que declarar, en el camino nos dijo que nos llevaba a Corrientes. Después cambió de auto, nos subió a una camioneta. En Corrientes se subió otro hombre gordo, que ‘él iba a arreglar todo’ y nos prometió una casa, moto y hasta auto. Nos llevó a un alojamiento, custodiados con un personal de civil que dijo ser policía y nos dejó ahí hasta las 2. De ahí nos llevó al Juzgado a declarar [en realidad era la Fiscalía de Investigaciones Complejas del Ministerio Público] provincial, acompañado por los otros dos. Tenía que declarar lo que nos enseñó, yo tenía miedo por mi hija. De ahí declaré, nos llevaron al alojamiento, nos dieron cena, nos tuvieron ahí como secuestrados, el domingo a la noche se armó una coscotería [sic] que nos tuvo que sacar la policía. De ahí nos llevaron a la casa de otro señor, me dieron 50.000 pesos que ese día que fui a declarar tenía en el bolsillo de la campera que quise darle a la jueza, pero no pude”.
Durante la indagatoria le preguntaron a la tía de Loan por qué piensa que el abogado la hizo mentir. “No sé”, fue su respuesta.
Otro detenido
Hace instantes fue detenido el policía retirado de Corrientes Francisco Amado Méndez. Se trata de una de las personas que ayer fue nombrada por Laudelina en su declaración indagatoria.
En su indagatoria, tía de Loan también sostuvo: “No vi que le chocó la camioneta. Pero la camioneta pudo haberlo levantado, si alguien lo llevó y lo entregó. Pudo haber sido Ramírez, o Méndez o cualquiera”.
La semana pasada, Méndez declaró como testigo. Había colaborado en la búsqueda de Loan desde el 14 de junio pasado, un día después de la desaparición.
“Se me da por cruzar por el monte, y me encuentro con un barro. Y le digo ‘uh está picada, no sé si algo me tenga que decir’, y me encuentro con el rastro de la criatura [por Loan]. Seguí las huellas, hasta que el medio del barro se veían las dos patas sin zapatillas. Y entonces pensé, la zapatilla habrá quedado en el barro. No tenía el teléfono de nadie para llamar. Tenía un teléfono de la guardia de la comisaría. Encontré ese teléfono porque yo lo había agendado. El llamado fue a las dos de la tarde, aproximadamente. Me atienden y yo digo ‘dame con tu jefe’, y me dice ‘yo soy el jefe, soy el comisario Maciel’. Me pregunta qué había pasado. Le dije que había encontrado algo que podía ser interesante, le digo que encontré huellas y yo ya preservé el lugar. Yo trabajé años en la policía, sabía lo que tenía que hacer. Me preguntó si estaba seguro y me dijo que no llamara nadie, que él iba a venir. Corté, y en dos minutos, tres exagerando, me salen cuatro mujeres del monte. Eran Laudelina, su hija Macarena, otra señora de apellido Duarte y una señora más, pero no le puse atención. Salen del monte gritando, y me dice ‘dónde está la zapatilla de Loan’. Me dice ‘me llamaron y me dijeron que vos encontraste la zapatilla’. A los 15 minutos más o menos me aparece de otro lado, de otro monte, el abuelo, el suegro de Laudelina, le dicen Capi Benítez. ´En el barro entró la patita izquierda descalza y la patita derecha con zapatilla, bien marcada. Y después los dos sin zapatilla. Yo encontré el rastro, no toqué nada, llamé al comisario y me dijo ‘ya me voy, ya me voy’. Yo la zapatilla ni enterado que estaba ahí”, dijo Méndez cuando declaró como testigo.
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