Peligroso Prófugo. Investigan la fuga del penal de Villa Devoto del jefe de sicarios de una de las más temibles bandas narco
Mauricio Laferrara estaba alojado en el Módulo 3 del Pabellón 11, advirtieron que faltaba cuando hicieron el recuento de presos; tiene dos condenas a prisión perpetua por homicidios cometidos en Rosario
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Mauricio Laferrara concretó lo que su jefe, Esteban Alvarado, no pudo: huir de una cárcel federal. En marzo pasado el capo narco vio frustrado su plan para escapar del penal de Ezeiza, complejo que había pensado dejar atrás colgándose a los patines de un helicóptero. Pero esa aeronave nunca llegó al techo de la cárcel. En cambio, el líder de los sicarios de la banda comandada por Alvarado logró huir del penal de Villa Devoto.
La fuga del asesino tuvo matices escandalosos que pusieron al descubierto el descontrol en el Servicio Penitenciario Federal (SPF). Por ejemplo, el último movimiento registrado en los libros de guardia del penal a nombre de Laferrara, corresponde al 9 de octubre pasado. Desde ese día no existen registros de las actividades del sicario.
Ninguno de los responsables de la cárcel advirtió la ausencia de Laferrara hasta anteayer, cuando los encargados de la seguridad interna del Módulo 3, del Pabellón 11 realizaron el recuento de presos y advirtieron que faltaba uno de los internos alojados en ese sector. Ante la ausencia de ese preso, comenzó un operativo de búsqueda dentro del penal con el objetivo de descartar que se hubiera ocultado en alguno de los cientos de huecos que tiene dicha cárcel.
En medio del revuelo provocado por la ausencia del peligroso interno, se confirmó que el último recuento de presos realizado en el mencionado pabellón correspondía al 17 de octubre. Esto significa que pasaron cuatro días sin que se verificará la cantidad de internos en el pabellón en el que estaba alojado Laferrara. Por este motivo, los investigadores judiciales no descartaban que, en realidad, la fuga se habría concretado el martes, aunque su ausencia fue advertida y denunciada anteayer.
Anteanoche, los guardiacárceles realizaron una serie de operativos dentro y fuera del penal para encontrar al jefe de sicarios de la banda narco comandada por Alvarado.
Para tratar de encontrar al preso, las autoridades del penal convocaron a refuerzos de otras unidades. Ante el despliegue de transportes del personal penitenciario y de guardiacárceles que revisaron los muros del penal y las viviendas adyacentes, fue cortado el tránsito por Nogoyá y Desaguadero.
A pesar del despliegue de agentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF), el peligroso preso que no figuraba en el recuento, seguía sin aparecer. A mediados de marzo, su jefe, Esteban Alvarado estuvo a punto de huir del penal de Ezeiza. Pero la evasión fue frustrada por los agentes penitenciarios que descubrieron el plan de fuga que incluía un helicóptero para rescatar al capo narco desde el techo de un pabellón.
Laferrara fue detenido el 18 de octubre de 2019, durante un operativo realizado en una casa situada en 9 de Julio al 3300, en el barrio Echesortu, de Rosario. Durante el allanamiento, realizado por los efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), de la policía de Santa Fe, hallaron una mochila con medio kilogramo de cocaína de máxima pureza, $1.400.000 y US$6000.
El jefe de los sicarios del clan Alvarado tiene dos condenas a prisión perpetua por los homicidios de Lucio Maldonado y de Cristian Béliz, ocurridos en Rosario, aunque lo investigan por su presunta responsabilidad en otros cuatro asesinatos. En el caso del Maldonado, el cuerpo del prestamista fue encontrado en la autopista Buenos Aires-Rosario.
Hasta el momento, los responsables del penal no lograron establecer cómo se habría escapado Laferrara. Luego de revisar las cámaras de seguridad, surgió la sospecha de que habría salido de la cárcel entre la basura.
Su jefe es uno de los capos narco más temibles en Rosario. Alvarado, de 43 años, rompió la matriz que regula la actividad del tráfico de estupefacientes. Eligió integrar a efectivos de la Policía de Santa Fe a su organización y les pagó para que trabajaran para su banda.
Una de las tareas clave para expandir su territorio que les encargó a los jefes policiales que trabajaron para su organización fue la de sacar del medio a la banda de Los Monos, comandada por el clan Cantero. A pesar de estar detenido desde 2012, Alvarado no perdió poder. Al contrario, hizo crecer su organización desde la cárcel.
Antes de convertirse en uno de los jefes narco más importantes de Rosario, Alvarado comandaba la “banda de los rosarinos”, que robaba autos y camionetas de alta gama en la zona norte del Gran Buenos Aires y los vendía en Santa Fe o los llevaban directo a Paraguay.
Por su parte, el evadido pertenece a una familia de Rosario con extenso historial criminal. Su padre, Jorge Laferrara, alias “Caníbal”, tiene condenas por tráfico de drogas.
Sobre la fuga del menor de los Laferrara, en el SPF nadie podía explicar cómo un preso con los antecedentes de Laferrara había sido trasladado a la cárcel de Villa Devoto, donde las medidas de seguridad son más relajadas que en las cárceles de Ezeiza y Marcos Paz. La evasión ocurrió una semana después del cambio de la cúpula del SPF, donde ahora ocupa un rol de importancia un exdirector de un penal que había dejado ese puesto en medio de un escándalo.
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