Peligro en la Panamericana. Le arrojaron un adoquín desde un puente y casi pierde el control de la camioneta
Una vecina denunció que el ataque ocurrió en el puente Oliden, en kilómetro 42,5 del ramal Pilar; otros automovilistas habrían sufrido ataques con piedras
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Sofía y su esposo regresaban a su casa, en Pilar, cuando al pasar debajo del puente de Oliden sintieron una explosión. El parabrisas estalló y los fragmentos de los vidrios llegaron hasta la luneta. Al mismo tiempo, la trompa de la camioneta se desestabilizó. El conductor mantuvo firme el volante, circuló uno metros hasta que logró estacionar en la banquina.
Hasta ese momento, Sofía y su esposo no sabían con qué les habían tirado. Mientras recuperaban el aliento e intentaban salir del estado de shock provocado por el hecho de que estuvieron a un instante de perder sus vidas, miraron hacia atrás, en dirección al puente, en medio de la calzada de la Panamericana y hallaron el adoquín que les habían arrojado desde el puente.
“Con mi esposo nos salvamos de milagro. Tuvo la reacción de seguir hacia adelante y guiarse por los espejos retrovisores hasta que pudo llevar la camioneta hasta la banquina. El capot de la camioneta quedó hundido. La abolladura tenía el diámetro de un adoquín. Mientras que el parabrisas quedó todo astillado”, recordó Sofía.
El hecho denunciado por la vecina ocurrió el domingo pasado, a la 1.30, en el kilómetro 42,5 de la Panamericana, en el Ramal Pilar, a la altura del denominado puente Oliden. Aunque no se trató de un hecho aislado. Después que difundió un video a redes sociales, recibió comentarios en los que se indicó que se registraron más casos de automovilistas que fueron agredidos con pedradas arrojadas desde dicho puente.
“Al día siguiente, hice la denuncia a través de la aplicación ‘MiSeguridad’. Después concurrí a la fiscalía para ratificar mi declaración. Sin embargo, una de las cosas que más me indignó fue que, a un costado de uno de los extremos del puente instalaron un destacamento móvil de la policía, pero no había ningún efectivo. No tienen personal. Además, no existe ningún cerco de alambre que sirva como obstáculo para los que tiran piedras. Los agresores actúan con impunidad porque no hay policías y porque no existen medidas de seguridad que protejan a los automovilistas”, expresó Sofía.
Según la vecina, la agresión que sufrió cuando regresaba a su casa con su esposo, ocurrió en la mano a Pilar. Media hora después, una pareja de automovilistas fue atacada en el mismo puente por un grupo de tirapiedras. “Después que expuse mi caso en redes sociales, recibí por lo menos siete mensajes de vecinos que fueron agredidos en el mismo lugar”, afirmó Sofía.
Los ataques ocurrieron en un puente que carece de alambrado. Una baranda de hierro de poco más de un metro es la única medida de protección, en un puente cercano a la sede de la Guardia Urbana de Pilar, que depende de la Secretaría de Seguridad de dicho Municipio.
Ninguno de los damnificados citados por Sofía describió en sus comentarios que hubieran sido víctimas de robos después de las agresiones. Aunque coincidieron en la situación de riesgo de vida que sufrieron al ser atacados con pedradas en una vía de circulación rápida como la Panamericana.
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