Patrullajes. En medio de una ola de asesinatos en Mar del Plata, lanzaron el operativo de refuerzo de la seguridad para la temporada de verano
En la principal ciudad balnearia se registraron cuatro homicidios en 48 horas
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LA NACIONDarío Palavecino
MAR DEL PLATA.- En un contexto de varios crímenes, fue lanzado ayer el llamado Operativo de Sol a Sol, en el que 22.000 policías bonaerenses reforzarán la vigilancia en la costa atlántica. El gobernador Axel Kicillof presentó el sistema de patrullajes para la temporada de verano, en un acto realizado en Mar del Plata, donde se registraron cuatro homicidios en 48 horas.
Más tarde que de costumbre, postergado también por las urgencias que debieron poner el foco de los recursos en las consecuencias del trágico temporal que castigó a la ciudad de Bahía Blanca, se presentó desde esta ciudad el refuerzo de seguridad a todas las localidades balnearias de la costa bonaerense.
Se anunció la afectación de 22.000 efectivos policiales y la incorporación de 185 automotores, 76 motos, diez camiones, cuatriciclos, motos de agua y también la multiplicación de los drones como herramienta logística.
El lanzamiento lo encabezó el gobernador Kicillof y habló mucho más del contexto político que de la política de seguridad. “Venimos con todo para sostener una temporada que va a ser compleja, pero pueden contar con un gobierno de la provincia de Buenos Aires”, dijo en el acto que se realizó en la Plazoleta Almirante Brown.
La presentación se hizo en un contexto de hechos de sangre que acontecieron en este extremo del sudeste provincial. El caso más trascendente fue el de Necochea, con el asesinato del empresario Walter Sampietro, golpeado en un intento de robo en el balneario que administraba en esa ciudad. Quedó detenido por el hecho un joven de 19 años y dos menores de 15 años están vinculados al caso, bajo intervención del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.
La otra cuota de violencia se dio en Mar del Plata, en vísperas y durante la Navidad. Cuatro crímenes se cometieron en menos de 48 horas, dos de ellos en marco de disputas personales y los restantes en un mismo hecho, enmarcado en problemas de pareja, exaltan la preocupación de las autoridades por estos extremos en la resolución de diferencias de índole familiar o entre conocidos.
Los tres casos corresponden a distintos puntos de la periferia, en zonas caracterizadas por altos niveles de conflictividad social y un contexto omnipresente de consumos de sustancias estupefacientes. Más o menos vinculados con estos asesinatos, es otra cuestión que impacta y extrema la inseguridad.
Estos asesinatos coinciden con las vísperas de la presentación del Operativo de Sol a Sol, el despliegue que cada verano ordena el gobierno de la Provincia de Buenos Aires desde su ministerio de Seguridad para reforzar el cuidado de habitantes y turistas de los principales centros turísticos bonaerenses.
Si bien este arribo de personal y móviles tiene como principal foco las playas y las zonas de mayor movimiento de gente, en particular el micro y macrocentro, lo vivido en estas últimas horas alerta a las autoridades para no descuidar lo que se vive en los anillos más alejados de ese epicentro próximo al mar que muestra la postal más conocida y famosa de la ciudad.
Esta seguidilla de asesinatos comenzó este sábado y por partida doble, cuando en el barrio Don Emilio, en el extremo oeste de este distrito, Víctor Figueroa, de 42 años, se acercó hasta el domicilio de Roxana Coronel, de 46, que había sido su pareja. La mató a ella y al hermano, Marcelo, de 44. A los dos les disparó a matar: apuntó a la cabeza y disparó. Si bien huyó y trató de ocultarse, el asesino pudo ser capturado pronto por la policía y permanece detenido en la Unidad Penal N°44, a disposición de la fiscal Romina Díaz.
Ya era Navidad cuando vecinos encontraron el cuerpo de Jonathan Cuelli, de 31 años. Estaba tirado en la calle, con abundante sangre sobre el pecho. Luego se confirmaría que fue apuñalado. El cadáver estaba en la intersección de Carlos Gardel y Ayolas, en el Barrio Las Américas.
Este caso es el único que mantiene a los investigadores sin pistas firmes sobre el autor. Están revisando cámaras de seguridad de la zona y a la espera de peritajes para ver si lograr orientar hacia un sospechoso determinado. Tampoco reconocen una causa que pudo haber originado este ataque.
El cuarto que completa esta serie tuvo como víctima a Jesús Alberto San Millán, de 38 años. Su familia hoy estaba en tribunales en manifestación, con pedido de una condena ejemplar para el asesino.
Se referían a Fabián Acosta, de 30 años, a quien la policía pudo atrapar cuando estaba a pocas cuadras de la escena del crimen. “Estaba saludando a gente por las fiestas”, contó un investigador a LA NACION.
El crimen lo cometió en William Morris y Lanzilotta, en zona Sur. Según testigos del hecho, lo balearon delante de familiares. “No tuvo códigos”, dijeron del acusado, que se encuentra detenido.
Por Darío Palavecino
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