Parricidio en un country. El adolescente sigue grave, la madre aún no pudo declarar y la familia despide al hombre asesinado
Fuentes sanitarias y de la investigación dieron una actualización del estado de salud de B.R., el adolescente que efectuó los disparos y su madre, Ruth Aida Caridad Semeszczuk
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A 24 horas del parricidio en el country Fincas de Hudson, donde un adolescente de 14 años mató a su padre, hirió a su madre y a su hermana y luego intentó suicidarse, la causa avanza con lentitud en medio del drama familiar que conmovió a los más de 300 vecinos que tiene el barrio cerrado situado en el partido de Berazategui en la zona sur del conurbano bonaerense.
Fuentes sanitarias y de la investigación consultadas por LA NACION, dieron una actualización del estado de salud de B.R., el adolescente que efectuó los disparos y su madre, Ruth Aida Caridad Semeszczuk, que sobrevivió al ataque ocurrido ayer por la mañana.
“El chico sigue igual, en estado crítico. La madre sigue internada, así que aún no pudo declarar”, explicaron las fuentes consultadas que enfocaron las primeras horas de la investigación a tratar de reconstruir cómo era la dinámica familiar y qué podría haber desencadenado el ataque perpetrado por el adolescente que tomó el arma, calibre 9 mm, que tenía legítimamente su padre y comenzó a disparar al resto de la familia.
Más allá del trabajo de la policía científica, Federico Weinstein, titular de la fiscalía de menores de Berazategui, y su equipo comenzaron a recoger el testimonio de habitantes y empleados del barrio cerrado. “Hoy solo declararon a vecinos, estamos esperando que los familiares terminen con el proceso de duelo y entierro del fallecido y seguramente mañana les tomaremos declaración”, adelantó una fuente judicial a LA NACION.
Consultados sobres si de los testimonios recabados se había logrado extraer algún dato que permitiese avanzar en la investigación, respondieron que no agregaron ningún dato nuevo y que esperan poder hablar con la madre, que es médica forense del Poder Judicial de la Nación, para tratar de conocer el minuto a minuto del ataque.
Ayer, tras el trabajo de la policía científica dentro de la casa del lote K20, uno de los investigadores había contado a LA NACION: “Hay mucha sangre por todos lados” y detalló que se analizaba una especie de rastro hemático que daría cuenta de que el padre, identificado como Ramiro Damián Rotelo, habría recorrido unos metros dentro de la casa antes de caer y morir.
La ráfaga de disparos alertó a los vecinos que, en el chat barrial, comenzaron a pedir ayuda alrededor de las 10 de la mañana de ayer: “Por favor vecinos, que alguien llame a la policía, se escuchan tiros. Empezaron a los tiros, no sé qué está pasando. Hay gritos y llantos, llamen al 911″.
En otro de los mensajes, una mujer relata: “Por favor, llamen a la policía, hay una persona armada y mató a la familia, al parecer. Está gritando la vecina”.
La misma voz, en un segundo audio, agrega: “Es en frente de casa, yo estoy en frente de [los lotes] K. Creo que es el K13, pero hay un chico que se volvió loco y empezó a los tiros. Mató a la familia. La madre está con heridas de bala. Métanse todos adentro y llamen a la policía”.
El parricidio y la edad de imputabilidad
El drama familiar ocurrió en cuando el mayor de los hijos de la pareja, que tiene 14 años y mide más de 1.80 metros, por causas que aún se investigan, tomó un arma y comenzó a disparar al resto de la familia.
Tras una llamada de alerta desde la seguridad del barrio cerrado a la policía bonaerense, los uniformados se trasladaron hasta el complejo situado en la Calle 137 sin número y se encontraron con un cuadro dantesco dentro de la vivienda de dos plantas.
En la planta baja yacía el cuerpo del padre de la familia, que presentaba un disparo en el pecho, que salió por la espalda. En tanto, en la planta superior de la vivienda, estaba el adolescente que efectuó los disparos. El chico tenía un impacto de bala en el lado derecho de la cabeza y presentaba signos vitales débiles, por lo que fue trasladado de urgencia al hospital de Berazategui, donde se dispuso una consigna policial dentro del centro de salud.
En la vereda de enfrente de la casa donde ocurrió el ataque estaba Ruth Aida Caridad Semeszczuk, la madre de la familia, que presentaba un disparo en el abdomen y también fue trasladada de urgencia y aún permanece internada.
En tanto, la menor de la familia, una niña de solo ocho años, identificada con las iniciales A.R., cuando llegaron los uniformados, estaba en la casa de unos vecinos, que la asistieron y trasladaron luego de haber sido rozada por una bala a la altura del abdomen. La misma también fue trasladada al hospital local y se encuentra fuera de peligro.
Sobre qué puede pasar con el adolescente, en el plano judicial, las fuentes consultadas explicaron: “En caso de que sobreviva se le pide al juez que dicte una medida de seguridad y se le hacen pericias psiquiátricas y psicológicas”.
“Durante ese tiempo es alojado en una institución hasta que se demuestre que las causas que lo tornaron peligroso para sí o para terceros desaparezcan. Luego de eso recupera su libertad y puede volver a estar con su familia”, detallaron las fuentes y agregaron que, tal como establece la ley 22.278 conocida como Régimen Penal de Minoridad, no quedarán registrados antecedentes penales en el historial del adolescente que podría volver a vivir con su madre y hermana, las mismas a las que atacó ayer.
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