Paro y protesta en Rosario. Una multitud de maestros pidió más seguridad y “basta de atacar escuelas” a balazos
Fue en respuesta a los tiroteos de ayer; durante la marcha se reveló que muchos colegios sufrieron agresiones o extorsiones que no fueron denunciadas a las autoridades “por miedo”
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ROSARIO. Una multitud de maestros y alumnos marchó este martes al mediodía frente a la sede de la gobernación para reclamar seguridad y repudiar los ataques a balazos a escuelas, una tendencia que se repite desde hace tiempo y tuvo este fin de semana dos casos que provocaron una fuerte conmoción en la zona oeste de la ciudad.
“Con las escuelas no”, decían varias banderas que portaban maestros que llegaron al centro de Rosario desde distintos barrios, donde en algunos lugares la violencia marca la agenda diaria dentro de los establecimientos educativos, tanto por lo que enfrentan los docentes como por lo que sufren las familias y los propios alumnos en contextos atravesados por las balas. “Se hace cada vez más complicado poder dar clases. No solo por la inseguridad que se vive, sino por las fuertes historias que traen los chicos desde sus casas, donde hay un familiar asesinado, preso o que viven con miedo”, aseguró Raquel Altuna, docente de una escuela del sur de Rosario.
La marcha fue convocada por el gremio de Amsafé Rosario, luego de que se produjeran dos ataques a balazos el sábado a la noche en los colegios José Mármol y Rosa Ziperovich, en los barrios del oeste. Los dos hechos fueron similares, jóvenes en moto que dispararon contra el frente de los edificios, donde también dejaron mensajes mafiosos, como ocurre en este tipo de casos.
El gremio “desobligó” durante el tiempo que duró la marcha la asistencia a clases de los alumnos y docentes, para que pudieran participar del reclamo. Eso provocó que en la mayoría de las escuelas públicas la asistencia quedara resentida, porque muchas familias decidieron no mandar a los chicos a las escuelas. También se plegó a la protesta el Sindicato de Docentes Privados (Sadop), cuyo secretario general, Martín Lucero, planteó que muchos colegios enfrentaron ataques o extorsiones y no realizaron las denuncias por miedo. El dirigente pidió a los propietarios de los establecimientos que se pongan en contacto con los fiscales del Ministerio Público de la Acusación para que se investiguen estos hechos violentos.
“Que las escuelas estén abiertas y seguras es responsabilidad del Estado, del Estado provincial y nacional, de la Justicia provincial y Federal, y de los legisladores, pero para nada de los chicos y de las chicas, de los maestros y las maestras”, afirmó Lucero durante el acto que se extendió hasta el mediodía y reunió a maestros y organizaciones barriales que son parte de las comunidades afectadas.
En la manifestación participaron maestros nucleados en los gremios docentes de Amsafé y Sadop y también los empleados estatales alineados con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). El mensaje que plantearon en la protesta fue concreto: pedir que se detengan los ataques contra escuelas, tras las dos balaceras que el fin de semana recibieron dos establecimientos: la José Mármol y también el complejo Rosa Ziperovich.
“Justo en Ludueña y en Empalme Graneros, que son dos de los barrios más custodiados por estos días”, señaló el secretario general de Amsafé Rosario, Juan Pablo Cassiello, en referencia al desembarco en esas zonas de la ciudad de las fuerzas federales y cuestionando “la respuesta represiva” como la única política de los últimos tiempos.
Ante esta situación que enfrentan las escuelas, el ministro de Educación de Santa Fe, Víctor Lebloc, quien asumió hace dos semanas en el cargo, pidió una protección “sostenida en el tiempo” y reveló que solicitó al Ministerio de Seguridad, Claudio Brilloni, la continuidad de los “corredores seguros” a fin de garantizar el dictado de clases en los establecimientos educativos de la ciudad.
“Hay situaciones difíciles en algunos barrios de Rosario. Las bandas usan a las escuelas como un puente para enviar mensajes. Eso no puede ocurrir, pero evidentemente está ocurriendo e introduce mucho malestar para la vida diaria de mucha gente en los barrios y en ese lugar tan saludable como lo es la escuela pública”, reconoció Lebloc, en declaraciones a LT8 de Rosario.
El ministro también opinó sobre la protesta que realizarán los docentes de Amsafe Rosario y la “desobligación” de los alumnos a asistir a las escuelas. “La discontinuidad en la asistencia a clases no es buena. Uno se pregunta sobre las facultades de una seccional de un gremio para hacer esa medida así. Entiendo que es por poco tiempo. Quizás sea necesario mostrar a la sociedad una preocupación. No podría censurarlo, pero sí que sea una muestra puntual y que las clases vuelvan a su normalidad”, apuntó el funcionario.
En el barrio Empalme Graneros, donde hay patrullajes de Gendarmería, tras el crimen que ocurrió el 5 de marzo pasado, cuando murió Máximo Gerez, de 12 años, en el asentamiento Los Pumitas, las situaciones de violencia se repiten. En ese barrio fue baleada el sábado la escuela Rosa Ziperovich, y este martes una vecina fue atacada a balazos durante la mañana. La mujer salió a hacer mandados cuando recibió disparos, por lo que fue trasladada a un centro de salud por un vecino.
Varios gendarmes llegaron a custodiar la cuadra donde se produjo el ataque cerca de las 9 cuando la vecina salió de su casa. La cuadra de Felipe Moré al 600 bis fue escenario de varias balaceras y tres homicidios durante 2022. Los ataques fatales ocurrieron todos en el transcurso de 25 días entre abril y mayo del año pasado. En los tres hechos el contexto de fondo fue una disputa por el narcomenudeo entre bandas de Ludueña y Empalme Graneros, protagonizada en uno de los bandos por el grupo liderado por Francisco Riquelme, un preso ligado a Esteban Alvarado que tiene domicilio en la zona.
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