Pánico durante un juicio. Cómo era la faca de 15 centímetros que un peligroso preso utilizó para lanzar una estocada contra una fiscal
El acusado del intento de homicidio durante un debate oral se negó ayer a declarar
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El arma blanca de fabricación casera que en el lenguaje carcelario denominan faca o chuza y que fue utilizada por el preso que quiso atacar a una fiscal en un juicio oral, el miércoles último en Mendoza, mide 15 centímetros, tiene filo en la punta y un mango de tela gris, informaron fuentes judiciales.
La faca fue secuestrada por los custodios del Servicio Penitenciario de Mendoza segundos después de que la propia fiscal Claudia Ríos se defendiera del ataque del preso Hugo Eduardo Arredondo Suárez con gas pimienta.
Los investigadores que trabajan bajo las órdenes de la fiscal de Mendoza Andrea Lazo intentan determinar ahora cómo fue que Arredondo Suárez, un peligroso preso que ya tiene al menos dos condenas, una de ellas a prisión perpetua, ingresó la faca hasta la sala de audiencias donde se desarrollaba el juicio oral en el Polo Judicial de la capital provincial.Por tal motivo, la fiscal Lazo solicitó la realización de medidas de prueba y, una vez que obtenga los resultados, determinará si existió alguna responsabilidad de los penitenciarios y, en ese caso, a quienes de ellos llamará a declaración indagatoria.
Por el momento, investigan a siete agentes penitenciarios por el intento de homicidio de la fiscal que fue atacada por un preso. Fueron separados de sus funciones los responsables del traslado y la custodia de Hugo Arredondo Suárez, que intentó matar con un cuchillo tumbero a su acusadora, Claudia Ríos.
Arredondo Suárez había sido trasladado algunas horas antes desde el penal de Almafuerte hasta su ingreso en el edificio Estrada, la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos, integrado en el Polo Penal Judicial de Mendoza, y su posterior llegada a la sala 15, donde se realizaba el juicio. Se intenta saber en qué momento Arredondo Suárez consiguió la faca que escondió en su campera y se pretende definir por qué fallaron los controles.
Hoy quedó nuevamente delante de una fiscal, pero en este caso fue Andrea Lazo la representante del Ministerio Público que estuvo a pocos pasos de ese condenado asesino, ya que cumplió con el requisito de tomar indagatoria por el nuevo delito que fue imputado a Arredondo Suárez: intento de homicidio de la fiscal Ríos y lesiones provocadas a la estudiante de Derecho que intentó tomar como rehén en la sala de audiencia. El acusado se negó a declarar.
El insólito y peligroso incidente en un juicio ocurrió el pasado miércoles. n la sala de audiencia se realizaba un debate oral por un intento de homicidio dentro de un penal mendocino. Los tres acusados, presos de alta peligrosidad. Uno de ellos, condenado a prisión perpetua por el asesinato de un militar retirado durante un robo y por matar a un compañero de calabozo. Pese a esos antecedentes, la vigilancia en el lugar estaba muy relajada. Y los siete agentes penitenciarios ni siquiera habían verificado si los detenidos portaban algo en su ropa. Cumplieron el ritual de acompañar al baño a dos de los imputados durante un receso. El hombre que ya tenía en su espalda una sentencia a la máxima pena quedó a pocos pasos de su acusadora y, ante la sorpresa de todos, atacó con una faca. Solo los reflejos de la fiscal Claudia Ríos evitaron que la estocada del cuchillo tumbero provocase una tragedia.
Hugo Arredondo Suárez buscó enseguida otro blanco. Tomó del cuello a una estudiante de Derecho que estaba al lado de la representante del Ministerio Público. Y Ríos reaccionó de nuevo antes que los guardiacárceles. Roció la cara del agresor con el aerosol de gas pimienta que - después se informó- siempre tiene a mano. La decidida acción de la titular de la Unidad Fiscal de Homicidios de Mendoza impidió que Arredondo Suárez tomase una rehén y posibilitó que fuese reducido.
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