Pagaron el rescate y liberaron al argentino secuestrado en Nigeria
Soltaron al ingeniero agrónomo de 28 años en un campo a cuatro horas de distancia; su hermano lo fue a buscar con el embajador argentino
Las 22.30 de ayer en Nigeria (cuatro horas de diferencia con la Argentina). Jorge López Menéndez, el hermano mayor de Santiago, el argentino secuestrado el miércoles pasado por un grupo de hombres armados en un campo de la empresa Flour Mills, en Kontagora, Nigeria, escribió a LA NACION por WhatsApp: "Todo encaminado, seguimos con la negociación. Esperemos poder cerrar lo antes posible". Aún no podía precisar cuándo podría suceder.
Más temprano, la cuarta llamada telefónica de los captores había llegado con una inyección de tranquilidad para familiares y allegados: la primera prueba de vida se materializaba cuando Jorge pudo hablar con Santiago. Su hermano le dijo que estaba "tranquilo".
A las 23 de Nigeria, las negociaciones se aceleraron en pos de un arreglo. Jorge escribió por WhatsApp: "Ya hablamos de nuevo. Vamos avanzando. Avanzamos mucho". Otra vez Jorge había podido hablar con su hermano. Y enseguida escribió: "Todo hoy. Lo largan... Yéndolo a buscar".
Lo habían liberado. La empresa Flour Mills of Nigeria, para la que Santiago trabaja desde hace un año como asesor técnico, había pagado el rescate. Así lo confirmó ayer la familia, aunque no precisaron el monto que se desembolsó.
"Lo largaron muy lejos. Lo dejaron en el medio de la nada y tuvo que caminar mucho", contó anoche a LA NACION Jorge, mientras viajaba arriba de una camioneta de la embajada argentina en Nigeria, junto al chofer de Santiago -de muy buena relación con el argentino- y personal de seguridad. Al cierre de esta edición, la una de la madrugada en Nigeria, ya habían recorrido dos horas de ruta a través del campo y según los cálculos de Jorge, aún quedaban dos horas más hasta dar con su hermano, con el que todo el tiempo estuvieron en contacto telefónico.
"Pero ya está -dijo Jorge-. Ya está con nosotros. No sabés la alegría que tenemos."
Mientras tanto, en la casa de Santiago, dentro del predio de 14.000 hectáreas de Flour Mills, esperaba el regreso del ingeniero, su novia Alejandra Perkins. Junto a ella, estaba un amigo argentino con el que trabaja, Emiliano Mroue, el embajador argentino en Nigeria, Gustavo Dzugala, y el cónsul, Leandro Ragone, ambos cercanos a Santiago.Además, con ellos siempre estuvo un grupo de especialistas en secuestros, que estuvo a cargo de las negociaciones junto con la policía local de Kontagora, localidad del estado de Níger, a unas cinco horas en auto de Abuja, la capital nigeriana.
Santiago López Menéndez fue secuestrado el miércoles alrededor de las 10 de la mañana, cuando comenzaba la siembra de maíz y soja junto a un grupo de empleados locales. Arriba de dos motos, hombres armados habían irrumpido en el campo con tiros al aire y al grito de "¡No queremos lastimar a nadie! ¡No queremos matar a nadie!", según contaron los empleados que presenciaron la escena.
Hermano mayor
Cuando los López Menéndez se enteraron de lo sucedido decidieron que fuera Jorge, hermano mayor de Santiago, que vive y trabaja en Sierra Leona. El resto de la familia esperaba ayer las novedades reunida en Buenos Aires.
Santiago se recibió de ingeniero agrónomo en la UBA en 2013, y desde entonces trabajaba en el campo, entre Buenos Aires y Coronel Suárez. El año pasado, Flour Mills of Nigeria, gigante agroalimentario de ese país, contactó a Santiago y dos argentinos más para ofrecerles un trabajo como asesor técnico en Kaboji Farms, y les pagó un viaje para que conocieran el lugar. La empresa nigeriana le ofreció el puesto a Santiago.
Las estimaciones de los especialistas y la policía eran ayer que los secuestradores podían ser de la etnia fulani, una tribu nómada con presencia en África Occidental. "No son comunes los secuestros en esta área. Sí en el Sur, donde están las petroleras", explicó Jorge..
Desde un primer momento se había descartado que el móvil del secuestro pudiera ser religioso, y que pudiera haber sido perpetrado por el grupo islamista que ha aterrorizado a Nigeria en los últimos años con atentados y secuestros.
"La gente acá está muy agradecida con el trabajo que hace Santiago. Lo querían de verdad. Están muy mal por el tema", había contado Jorge. Anoche, afortunadamente, el desenlace se encaminaba a un abrazo entre los dos hermanos en el medio de un campo de Nigeria, en plena madrugada.
Con la colaboración de Julieta Nassau