Otro freno en el juicio a Chocobar: el tribunal designado se declaró incompetente
La causa contra Luis Chocobar, elevada este año a la etapa de debate oral y público, entró en un "pasamanos" judicial, en el que dos fueros, el ordinario y el de Menores, rechazan llevar adelante el juicio al policía bonaerense por homicidio por exceso en el cumplimiento del deber y sostienen que es el otro el que deberá hacerlo. La Casación tendrá que desempatar y, una vez que lo haga, un nuevo tribunal deberá ser elegido para llevar adelante las demoradas audiencias del proceso.
El Tribunal en lo Criminal y Correccional (TOC) porteño N° 7 devolvió a la Justicia de Menores el expediente donde Chocobar está acusado del homicidio de un joven que el 8 de diciembre de 2017, junto con un cómplice, menor de edad, asaltó y apuñaló a un turista norteamericano en el barrio de la Boca.
El TOC N°7 se declaró incompetente para tramitar el juicio oral y público, en consonancia con lo que había argumentado en su dictamen el fiscal Oscar Ciruzzi, que había sostenido que el fuero de menores ya había sido designado para juzgar al adolescente acusado de ser el cómplice del Juan Pablo Kukoc, de 18 años, muerto cuando escapaba, tras haber cometido ese hecho, por un disparo efectuado por Chocobar.
"El Tribunal resuelve declararse incompetente para seguir interviniendo en la presente causa y devolver este expediente a los jueces del Tribunal Oral de Menores N°2, a quienes se requiere que, para el caso de que no estén de acuerdo con lo aquí resuelto, eleven las presentes actuaciones a la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional a fin de que dirima la cuestión", se sostuvo en la resolución del TOC N°7, a la que tuvo acceso LA NACIÓN.
Cabe recordar que en febrero pasado, el juez de Menores Cristian Axel Von Leers había cerrado la etapa de instrucción y elevado la causa a juicio. En el sorteo la causa recayó en el Tribunal Oral de Menores N°2, integrado por Fernando Pisano, Fernando García y Fernando Talon.
Pero la fiscal general de Menores Susana Pernas planteó la incompetencia del fuero; sostuvo que se trataba de dos hechos independientes: uno, el asalto al turista norteamericano Frank Joseph Wolek, de 60, del que participaron Kukoc y un menor, J.M.P.R., que fue detenido al día siguiente y cuyo caso será examinado en juicio por el TOM N°2; el otro, en tanto, es la intervención de Chocobar, que encaró la persecución de Kukoc cuando un par de vecinos de la Boca que habían logrado atraparlo y retenerlo lo dejaron ir.
Pernas sostuvo que se trataba de dos hechos diferentes, con imputados diferentes. La fiscal planteó que no existió "consuno" -común acuerdo- entre Chocobar y el menor J.M.P.R, ya que no existió complicidad para cometer el mismo hecho sino que están acusados de delitos distintos. En abril, y atento a este dictamen, el TOM N°2 giró al fuero de adultos las actuaciones relativas a los hechos imputados a Chocobar. Las defensas del policía y del menor no se opusieron en esa oportunidad.
Así las cosas, será la Cámara Nacional de Casación la que definirá si, en definitiva, tanto el proceso contra el adolescente implicado en el episodio como Chocobar serán finalmente juzgados en el marco de un mismo proceso oral y público cuya fecha de inicio aún no ha sido fijada.
"Nosotros queremos que el juicio se haga sin más demora. Si bien es un absurdo que se juzguen juntos al asaltante y al policía, entendemos que hay una mancomunidad de pruebas, ya que se trata de los mismos testigos y los mismos peritos. Y si el caso se divide deberían preguntarles lo mismo dos veces a los peritos y a los testigos. Es duplicar el juicio. Sería absurdo", dijo a LA NACIÓN el abogado de Chocobar, Fernando Soto.
La decisión de devolver el expediente a la Justicia de Menores fue adoptada por unanimidad por los jueces que integran el TOC N°7: Gabriel Vega, Alejandro Becerra y Gustavo Rofrano.
En su voto, al que adhirieron sus colegas, el juez Vega afirmó: "Existe entre ambos sucesos [la acusación contra Chocobar y la causa contra el cómplice de Kukoc] una evidente comunidad probatoria, dado que los testigos son comunes. En consecuencia, su juzgamiento por separado implicaría un dispendio jurisdiccional y afectaría el principio de economía procesal que rige en materia de competencia".
El magistrado explicó: "No puedo dejar de señalar que el análisis conjunto de ambos hechos redunda en una mejor posibilidad de defensa para el imputado, cuyo descargo principal consiste en alegar que él intervino en virtud de que se estaba cometiendo un hecho violento contra terceros, el cual había tenido inicio momentos antes. Pese a ello, aquí se pretende analizar ese hecho precedente en otra sede, duplicando así lo que es único y afectando la espontaneidad con la que deberán pronunciarse los testigos en el debate, al obligarlos a declarar varias veces sobre un mismo suceso".
Una cuestión similar había sostenido el fiscal Ciruzzi en su dictamen: "Llevar dos juicios distintos implica un dispendio jurisdiccional". Consideró que para ambos procesos la "prueba es común" y que hacer los juicios por separado "trae aparejado el sesgo de que se prueben circunstancias distintas, se arribe a soluciones dispares o incluso contradictorias, implicando un desmedro en el adecuado servicio de Justicia".
El hecho por el que será juzgado Chocobar ocurrió el 8 de diciembre de 2017, cuando un adolescente de 17 años y Kukoc, que tenía 18, le robaron una cámara de fotos al turista norteamericano Frank Wolek, de 60. Como se resistió, le asestaron varios cuchillazos, uno de ellos, en el corazón, lo que lo dejó al borde de la muerte.
La situación fue advertida por tres vecinos que corrieron tras los asaltantes. A esa persecución se sumó Chocobar, que había salido de su casa y se dirigía a tomar el colectivo 24 para tomar servicio en la Policía Local de Avellaneda.
Según declaraciones de los testigos y del propio policía, Chocobar dio la voz de alto en dos oportunidades y realizó tres disparos intimidatorios al aire para que Kukoc se detuviera. Este segundo episodio ocurrió en la esquina de Olavarría e Irala. Para entonces, el otro sospechoso se había separado de Kukoc y logró escapar.
En ese momento, según los tres vecinos que perseguían a Kukoc, lograron arrebatarle al ladrón una de las cámaras de fotos que le habían robado a Wolek. Ante el temor de ser atacados por el asaltante abandonaron la persecución y regresaron a la esquina de Garibaldi y Olavarría para asistir al turista malherido.
Chocobar siguió en soledad tras Kukoc, que en esa parte del trayecto ya se había quitado la campera de Boca que llevaba puesta y que usó para envolver la mano en la que, supuestamente, llevaba el cuchillo con el que amenazaba a quienes intentaban capturarlo, según consta en la descripción del suceso realizada por el juez de menores Enrique Velázquez.
Antes de llegar a Irala y Suárez, según declaró, Chocobar volvió a dar la voz de alto y disparó dos tiros que hirieron al sospechoso en la parte posterior del muslo izquierdo, seis centímetros por encima de la cresta ilíaca. En su indagatoria el policía dijo que había disparado porque en un momento de la persecución el sospechoso se dio vuelta, se puso de frente a él y amenazó con atacarlo. También expresó que había apuntado de tal forma que los disparos dieran de la cintura para abajo de su objetivo, con el fin de evitar provocarle lesiones en partes vitales. Sin embargo, eso mismo es lo que ocurrió.
En su momento, la causa estuvo a cargo del juez de Menores Enrique Velázquez, que procesó a Chocobar. "En punto a la falta de recaudos al momento de efectuar los disparos, cabe destacar que el propio Chocobar expuso que al disparar lo hizo blandiendo su pistola con una sola mano, ya que con la otra se cubría el rostro para defenderse ante una posible agresión de Kukoc, situación que lo coloca en un obrar, cuanto menos, alejado de una actitud profesional exigible a cualquier personal policial", sostuvo el juez en el procesamiento.
Según el fiscal de Menores Marcelo Martínez Burgos, Chocobar "nunca tuvo la intención de matar". Y agregó: "La presencia del exceso se traduce en la desproporción del medio utilizado porque, si bien se extralimitó, quedó más que probado que su fin en modo alguno era quitarle la vida a Kukoc".
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