Otra violación grupal: tras pasar cinco años prófugo, atraparon a uno de los acusados por el abuso de Paula Martínez
Mauro Nahir Goncalves estaba en una casa de Florencio Varela, cerca del lugar donde, a fines de 2016, al menos cinco hombres sometieron a la chica, que se quitó la vida cuatro meses antes de que empiece el juicio que desde la semana pasada tiene en el banquillo a cuatro imputados
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Paula Martínez no llegó a ver sentados en el banquillo de los acusados a los cuatro hombres a los que señaló como partícipes de la violación grupal que sufrió, a fines de 2016. Cuatro meses antes de que empiece el juicio, la encontraron muerta; para la Justicia, provisionalmente, se quitó la vida, pero su familia aún tiene dudas al respecto. Tampoco pudo ser testigo de algo por lo cual luchó, desde su profundo dolor, hasta el final de sus días: la captura del último prófugo por el abuso sexual, que se produjo en pleno desarrollo del debate oral por el caso. Mauro Nahir Goncalves, de 30 años, fue atrapado en una casa de Florencio Varela. Nunca se fue de la zona en la que ocurrió el aberrante hecho.
El acusado, por el cual estaba vigente una recompensa de 4 millones de pesos fijada por el Ministerio de Seguridad bonaerense, fue hallado el viernes pasado en una casa de Florencio Varela. Goncalves no solo es señalado como presunto coautor material del hecho: era, además, una de las personas que, aparentemente, vivían en la propiedad a la cual Paula, que tenía 18 años, fue llevada por la fuerza para ser violada, en diciembre de 2016.
“Se estima que Goncalves siempre estuvo en Florencio Varela, en casa de familiares y amigos que le daban asilo. Durante muchos años estuvo con orden de captura vigente. No es común que una persona que se mueva por la provincia o que salga del territorio bonaerense no sea detectada por la policía en algún control vehicular o por averiguación de identidad”, explicó a LA NACION Martín Grizzuti, secretario del Juzgado de Garantías N°5 de Florencio Varela, a cargo del juez Diego Agüero, que, curiosamente, tuvo a su cargo la revisión de la investigación por otra violación grupal en el mismo distrito: la de Victoria Mateluna, por la cual diez hombres fueron condenados a fines de 2021.
Tampoco es la primera vez que imputados en este caso, técnicamente prófugos, fueron atrapados en la misma zona del hecho, donde se movían sin reservas. Dos de ellos fueron detenidos en 2019 mientras jugaban al fútbol en una cancha del centro de la localidad. Fue la misma Paula Martínez la que denunció ante el juez Agüero que Gustavo Sandoval, uno de ellos, se juntaba allí con los amigos todos los sábados, y que la policía no los detenía.
Goncalves se encuentra detenido en la DDI Quilmes y próximamente será alojado en alguna alcaidía del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) a la espera del juicio en su contra. Según explicaron fuentes judiciales, el Código Procesal Penal Bonaerense no permite que se realice un juicio penal contra una persona que no se encuentre presente. El debate actual comenzó el lunes pasado, con Diego Domínguez, Gonzalo Sandoval, Guillermo Chávez y Gustavo Carbonel acusados de “privación ilegítima de la libertad agravada por la participación de dos o más personas, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal, agravado por la participación de dos o más personas”.
“El lunes, el juez Agüero se entrevistó con Goncalves y le explicó que tendría un proceso individual, que podía declarar, defenderse, y que luego se decidiría si la causa es enviada a juicio, por lo que recién el viernes pasado se retomó el proceso contra el acusado. Mientras estuvo prófugo, la causa en su contra estuvo paralizada, a la espera de que se presentara o que lo detuvieran”, explicaron fuentes del tribunal.
Los hechos
Paula Martínez denunció en 2016 que durante una fiesta de cumpleaños de una vecina, el 10 de diciembre de ese año, tras beber una bebida alcohólica que le proporcionó uno de los imputados, comenzó a sentirse desorientada hasta perder la conciencia. Horas más tarde recordó que había sido llevada en una camioneta Renault Trafic a una casa, contra su voluntad, donde al menos cinco hombres abusaron sexualmente de ella.
Desde ese momento, Martínez vivió un calvario: además del peso de la violación, tanto ella como su familia recibieron constantes amenazas de parte del entorno de los denunciados. El 26 de diciembre de 2021, su tío la encontró colgando de una cadena atada al ventilador de su casa. Tenía 23 años. Ya había tenido otros intentos de suicidio desde que otro diciembre, pero de 2016, comenzó su peor pesadilla tras la violación grupal, hecho que quebró su psiquis y arrasó con su proyecto de vida.
Primera semana de juicio
El lunes 4 de este mes comenzó el juicio contra los cuatro hombres que ya estaban detenidos por el abuso sexual grupal de Paula. La primera en declarar fue Sandra Zapata, madre de la víctima, quien contó los sufrimientos que padeció su hija desde el día del abuso sexual grupal hasta que la encontró muerta en su casa, el día siguiente a la última Navidad.
Además, compartió con el Tribunal, y ante las miradas atentas de los defensores particulares de los detenidos, todo lo que le había contado Paula en detalles, del rol de los acusados en el abuso sexual. Según pudo reconstruir LA NACION, resumió las consecuencias de esa violencia en una frase que impactó en el público presente: “A mi hija la mataron en el momento de la violación. Era una muerta en vida. La salvé de muchos intentos de suicidio. No teníamos un vidrio sano en casa, porque ella los rompía para cortarse. Vivía encerrada, sentía temor ante los ataques de los familiares de los detenidos” expresó Zapata.
La defensa de los acusados, por su parte, realizaron preguntas indagando sobre la víctima, su vida personal, presuntas adicciones, una antigua falsa denuncia de un momento que llegó tarde a su casa y la cantidad de veces que había intentado suicidarse.
Luego declararon peritos médicos y psicólogos, que afirmaron que Paula no presentó indicadores de ser una persona mendaz. Cuando se habilitaron las preguntas de la defensa, los abogados de los acusados volvieron a cuestionar a la víctima e incluso le preguntaron a un perito si Paula le había contado que consumía estupefacientes.
En la jornada del jueves pasado declararon las madres de los detenidos, otro psicólogo, un testigo que estuvo en la fiesta de cumpleaños y un perito que realizó pruebas sobre las muestras de las ropas de Paula y la sangre de los detenidos. Se dio a conocer el estudio de ADN comparativo de las muestras de la ropa y de la sangre de Paula y los detenidos.
El experto dijo que había encontrado el perfil genético de al menos uno de los detenidos, pero agregó, ante la sorpresa de los presentes, que también detectó el ADN de otro hombre que no es ninguno de los que están en el banquillo de los acusados.
La semana del 21 de abril se recibirán las declaraciones de los testigos ofrecidos por la defensa de los detenidos y, luego, los defensores formularán los alegatos. Finalmente será el turno del fiscal Claudio Pelayo. La familia de Paula Martínez llegó al juicio sin la representación legal de ningún abogado. No tenían medios para sostener la querella.
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