Operación Atlantis. Usaban veleros para traficar cocaína a Europa: guardaban parte de la droga en el vestidor de la casa de un country
Fueron secuestrados 1548 kilos de ese estupefaciente en una cabaña con muelle, en Escobar, y en un inmueble de la localidad de Canning; la investigación comenzó en 2018 con el aporte de un testigo de identidad reservada; la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval detuvieron a seis sospechosos; el testigo de identidad reservada que aportó información fue asesinado
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Casi 660 kilos de cocaína fueron secuestrados en el vestidor de una casa del country El Centauro, en Canning, otros 889 kilos fueron descubiertos en una cabaña con muelle sobre el río Paraná, en Escobar. Una tonelada y media de droga. El millonario lote de estupefacientes secuestrado por la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval tenía como destino España.
El plan de la organización criminal, según la hipótesis investigativa, era traficar la droga en veleros o, eventualmente, llevarla hasta aguas internacionales y, ya en alta mar, estibar la carga en buques de gran porte para llegar a puertos europeos.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales y del Ministerio de Seguridad de la Nación. Si bien la denominada Operación Atlantis fue dada a conocer en las últimas horas, los allanamientos donde se secuestró la tonelada y media de cocaína y se detuvo a seis sospechosos ocurrieron la semana pasada.
La investigación comenzó hace cuatro años con la información aportada por un testigo de identidad reservada que se presentó ante la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo del fiscal federal Diego Iglesias.
Ese testigo, que en otras causas declaró como arrepentido, era Diego Xavier Guastini, ejecutado por un sicario el 28 de octubre de 2019 en Quilmes.
Guastini era quien se encargaba de entrar en la Argentina valijas llenas de los dólares y euros que se pagaban en Europa por valiosos cargamentos de cocaína. Cobraba un porcentaje por sus servicios. También se habría encargado de la “ingeniería” para lavar las ganancias de las bandas narco para las que trabajaba.
Su aporte como arrepentido ante la Justicia tuvo un fuerte impacto en varios expedientes. En septiembre de 2019, un mes antes de su asesinato, en un juicio abreviado fue condenado a tres años de prisión en suspenso como integrante de una asociación ilícita dedicada al contrabando de divisas.
Los allanamientos donde secuestraron los 1548 kilos cocaína fueron ordenados por el juez federal Luis Armella. En la investigación, además de la Procunar, interviene la fiscal Cecilia Incardona y colabora la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac).
La organización narco habría invertido sus ganancias millonarias en autos, motos, inmuebles y en distintas empresas. No solo en la Argentina, sino también en España, según se sospecha.
Además de la cocaína, los uniformados secuestraron seis camionetas, cinco autos, tres embarcaciones (un velero, una lancha rápida y un semirrígido), seis motos, siete teléfonos celulares, tres teléfonos satelitales, 650.000 pesos, 38.000 dólares, 53.690 euros, 11.300 reales y un dispositivo de almacenamiento de bitcoins.
El presunto jefe de la banda está preso en España desde abril de 2020, tras el secuestro de 1500 kilos de cocaína en un departamento de Marbella. Como se dijo, la investigación comenzó hace cuatro años con la declaración en la Procunar de Guastini, que aportó detalles de la organización criminal.
Poco después, por conexidad se incorporó a la causa un expediente que se tramitaba en la Fiscalía Federal de Necochea y que se había iniciado tras una denuncia anónima que daba cuenta de cómo operaba la banda que ya investigaba la Procunar y la fiscal Incardona.
“Los sospechosos detenidos formaban parte de una organización destinada a llevar a cabo actos relacionados con el tráfico ilícito de cocaína que operó, al menos, entre julio de 2018 y el martes pasado”, sostuvo una fuente de la investigación.
El principio de las operaciones
Según informaron fuentes de la investigación, a principios de este mes, un comando conjunto antidrogas de la Gendarmería y la Prefectura detectó un incremento en las actividades de la banda.
“Por la información surgida de las tareas de vigilancia y, sobre todo, por una escucha telefónica, sabíamos que la banda estaba por mover un cargamento importante”, sostuvo a LA NACION una fuente de la investigación.
Todo se precipitó el lunes de la semana pasada cuando hubo movimientos sospechosos y los investigadores tuvieron la certeza de que el cargamento iba a ser movido a orillas del río Paraná.
“Hubo seguimientos desde la zona del country El Centauro hasta Escobar, donde parte de la banda ocupaba una cabaña con muelle sobre el río Paraná”, agregaron las fuentes consultadas.
Poco después, los gendarmes advirtieron que había tres embarcaciones que navegaban a través del río Paraná, intercalando paradas en los muelles de dos viviendas. Los uniformados observaron la faena que allí se desarrollaba: varias personas que realizaban un “pasamanos” de pesadas bolsas desde las viviendas hacia las lanchas. Esta maniobra justificó un seguimiento controlado en el agua, al cabo del cual se constató cómo la embarcación se situó de lado junto a un velero identificado como Quo Vadis, amarrándose a él con coderas.
El velero, según consta en el expediente, había sido comprado el 19 de mayo pasado por 5.000.000 de pesos, que se pagaron en efectivo. “La embarcación fue adquirida con dinero proveniente del narcotráfico”, dijo una fuente del caso,
En ese momento, ambas embarcaciones fueron interceptadas; fueron detenidos seis sospechosos: cinco argentinos y un español identificado como Mohammed El Asri Klaloussi.
“Luego de diversas jornadas de seguimientos, vigilancia y escuchas telefónicas, se llevó a cabo la persecución de la embarcación Bless, matrícula 079560REY, de la cual descendieron dos sospechosos en el muelle correspondiente a las cabañas de alquiler. La interceptación tuvo lugar como consecuencia de las maniobras que se observaron que realizó la embarcación Bless con un velero de nombre Quo Vadis”, según se desprende del expediente judicial.
Los investigadores revisaron una camioneta en la que se trasladaba parte del grupo criminal y que estaba estacionada en puerta de una de las cabañas donde secuestraron 392 kilos de cocaína. En el inmueble decomisaron otros 497 kilos.
Un día después, por orden del juez Armella, se hizo un allanamiento en una de las casas del country El Centauro donde, en un vestidor, se descubrió el resto de la cocaína, 658,74 kilos de cocaína.
Antecedentes
No es la primera vez que una banda narco planea el contrabando de estupefacientes en veleros. En junio de 2011, la Prefectura Naval descubrió un cargamento de 444 kilos de cocaína ocultos en la embarcación Traful, amarrada en Puerto Madero.
Los tripulantes del velero, dos ciudadanos españoles, habían llegado a la Argentina el 3 de junio de 2011 y alquilaron una amarra en un astillero de La Plata. Los acompañaba un práctico al que habían contratado para que los guiara por los estrechos canales del Río de la Plata. Según los expertos en navegación que conocen el río, salir de esos canales es garantía de que la nave quede encallada
Confiados en que, a partir de la lectura de la carta de navegación que les proporcionaba la computadora del barco y con la ayuda de los aparatos de posicionamiento satelital, podrían salir sin problemas hacia la parte profunda del río, los españoles decidieron no contratar a un baqueano para que los guiara a través de los peligrosos bancos de arena.
Pero no contaron con que se les plantaría el motor, lo que provocaría que dejaran de funcionar todos los sistemas electrónicos del barco. Así, al quedarse sin aparatos de navegación, quedaron averiados en la zona de Playa Onda, frente a Olivos.
Allí fueron rescatados por el guardacostas Bahía Blanca que remolcó el Traful hasta Puerto Madero. Los tripulantes, de un momento a otro, se fueron en ferry a Uruguay.
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