En un juicio abreviado, los acusados reconocieron “de manera libre y voluntaria” su participación en la asociación ilícita que desarrolló la actividad ilegal en Córdoba; otros 12 imputados esperan el juicio oral
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La Justicia de Córdoba, en un juicio abreviado, condenó a un empresario y a un médico cirujano como integrantes de una asociación ilícita dedicada a concretar estafas en la que captaban inversores bajo la promesa de ganancias en criptomonedas denominadas one coin y zeven coin, que resultaron inexistentes.
El Juzgado de Control y Faltas N°7 de la ciudad de Córdoba condenó al empresario Adolfo Domínguez, de 34 años, a tres años y seis meses de prisión, en tanto que para el médico Aldo Leguizamón, de 54, la sentencia fue de cuatro años y tres meses, en ambos casos la prisión es de cumplimiento efectivo.
En la sentencia emitida por el juez Manuel Ayán, a cargo del juicio abreviado, detalló que en la etapa de instrucción del proceso “los acusados reconocieron de manera libre y voluntaria su participación dolosa en el delito, esto es, haber tomado parte de la organización criminal que se dedicaba a ofrecer una supuesta criptomoneda”.
El fallo detalla que se probó que las criptomonedas que se ofrecían como una oportunidad de negocio rentable no existían como tal. “No eran reales”, sino que eran parte de un “ardid utilizado por los imputados para disimular una estafa piramidal”.
Añade que los condenados por el delito de asociación ilícita “entregaban supuestos tokens a las víctimas a cambio de sus erogaciones”, pero que “no tenían ningún valor fuera del ecosistema creado por la propia organización”, que se trataba de la plataforma DealShaker.
Mediante esa estrategia, con grandes inversiones en publicidad y promesas de respaldo internacional, se captó el masivo interés de los inversores que recibían ganancias de dinero, mediante el sistema piramidal, hasta que dejaron de percibir los beneficios.
Por el momento, el tramo de la causa que ya está en etapa de juicio es la que se refiere a la asociación ilícita. El fiscal de Delitos Complejos Enrique Gavier requirió el enjuiciamiento del contador público Gustavo Adolfo Amuchástegui, de 69 años; Andrés Matías López, de 38; Manuel Vicente Peralta Guevara, de 61; Daniel Cornaglia, de 41; la economista, martillera y corredora pública Mónica Gabriela Blasco, de 54; Ricardo Beretta, de 51); el licenciado en Administración Hotelera y de Empresas Eduardo Alejandro Taylor, de 50; Ariel Eduardo Morasutt, de 43, y el locutor, periodista y analista en Relaciones Públicas e Institucionales Edgar Nicolás Moreno, de 51. Todos, como líderes u organizadores de la asociación ilícita.
Como miembros de la asociación ilícita están acusados, además de los ahora condenados Domínguez y Leguizamón, Mariana Noel López, de 40 años; Nancy Graciela Díaz, de 62, y Hernán Gabriel Pizarro, de 51.
One Coin fue una empresa de alcance internacional liderada por la búlgara Ruja Ignatova, que se presentaba como vendedora de un curso de educación financiera de alto nivel que incluía tokens que, teóricamente, permitían “minar” one coins.
Ante el avance de investigaciones en distintas partes del mundo por el presunto funcionamiento de un esquema defraudatorio de tipo Ponzi detrás de la excusa de la criptomoneda emergente, Ignatova desapareció en 2017. La sucedió su hermano, Konstantine Ignatov, quien fue detenido en marzo de 2019 en el aeropuerto de Los Ángeles, Estados Unidos, por un cargo de conspiración de fraude electrónico derivado de su papel como líder del esquema piramidal internacional, que involucra la comercialización de One Coin.
En 2019, Ignatov se declaró culpable de los delitos de lavado de dinero y fraude, y podría enfrentar penas de hasta 90 años de prisión.
En la Argentina, la operatoria con sede en Córdoba alcanzó varias provincias (Buenos Aires, Jujuy, Chaco, Formosa) y se presentaba a través de una membresía que ofrecía a sus usuarios servicios financieros y comerciales; debían hacer una inversión inicial –de hasta 60.000 dólares— para acceder a un kit de información financiera y una cantidad determinada de tókenes que se convertirían en one coin. También se ofrecía el acceso a DealShaker como una plataforma que permitía el intercambio de bienes y servicios con la utilización de one coin.
Cuando estalló el escándalo de One Coin en el hemisferio norte, los partícipes representantes cordobeses de la empresa se reestructuraron y ofrecieron nuevos negocios; One Coin se convirtió, entonces, en Zeven Coin.
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