Ojito, el proveedor de drogas que brillaba en las carreras
Ignacio Actis Caporale llevaba prófugo cuatro años; se hacía llamar Alex Aqua y corría autos en la Copa Fiesta; hoy lo indagarán
ROSARIO.- El rastro de Ignacio Actis Caporale, alias Ojito, se había perdido hacía cuatro años. El paradero de este joven de 28 años, acusado de ser uno de los proveedores más importantes de droga de la ciudad, fue un misterio hasta hace diez días, cuando surgieron los primeros indicios -a través de un anónimo- de que el prófugo usaba el pseudónimo de Alex Aqua y corría carreras de autos en la categoría Copa Fiesta.
Los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) siguieron sus pasos durante poco más de una semana. Cenaba en un restaurante de comida italiana de Villa Crespo, en la Capital, que era uno de los patrocinantes de su auto de competición, el número 7.
Actis Caporale tenía una cita impostergable el domingo en el autódromo Oscar y Juan Gálvez, donde se disputaba una fecha del campeonato, en el que estaba en quinto lugar. Uno de los efectivos de la PSA se camufló de fanático de los "fierros" y le pidió sacarse una foto con él.
Ojito, ya vestido con el traje antiflama azul marino, accedió sin problemas. Esa foto fue enviada al juzgado federal Nº4 de Rosario, donde confirmaron que ese joven de ojos celestes enormes era Actis Caporale. El juez Marcelo Bailaque ordenó entonces su detención.
Ojito no se resistió ni trató de escapar. Luego, fue trasladado en avión hasta Rosario, donde hoy será indagado por una causa que se inició el 26 de setiembre de 2012, cuando unos 140 efectivos de la PSA realizaron 14 allanamientos simultáneos en Rosario, Santo Tomé y Buenos Aires en busca de una banda que proveía de estupefacientes a más de 20 búnkeres del norte de Rosario, que dominaba Norma López, alias La Tía, una clienta de Ojito.
En esos operativos se secuestraron cuatro kilos de cocaína de máxima pureza, tres de marihuana, 400 pastillas de éxtasis, 40 troqueles de LSD, varias dosis de ketamina, seis autos de alta gama, ocho armas de fuego y 250.000 pesos en efectivo.
Pero los policías no pudieron dar con Ojito, que se había ido de viaje a Bogotá con su novia, una joven promotora. Alguien de su entorno logró avisarle que en Rosario su cabeza tenía precio y, rápido de reflejos, Actis Caporale abandonó a su novia en Lima, donde el avión que lo traía al país hizo una parada técnica.
En Ezeiza los efectivos de la PSA identificaron a la chica. Cuatro días después, Actis Caporale ingresó en la Argentina de manera legal, por un paso fronterizo brasileño, donde nadie detectó que tenía pedido de captura nacional e internacional porque aún no había llegado el aviso.
Desde ese momento muy poco se supo de Caporale, un joven de clase media alta que vivía en el centro de Rosario. En noviembre de 2013, tras un seguimiento que hizo la policía de Santa Fe, se detectó que Caporale tenía pensado ir a buscar a su novia a la terminal de ómnibus de Retiro. Se montó un operativo para detenerlo, pero él logró escabullirse entre la multitud y desaparecer.
Inesperadamente para los investigadores su nombre apareció ligado al automovilismo, sin ninguna coartada para mantenerse oculto. Sólo usaba el pseudónimo de Alex Aqua; incluso dio entrevistas cuando ganó su primera carrera, el domingo 24 de mayo de 2015, en el autódromo Roberto Mouras, de La Plata.
Actis Caporale fue detenido por primera vez en 2006, cuando tenía 18 años y era un incipiente vendedor de drogas sintéticas en el centro de Rosario, donde se relacionaba en un ambiente donde fluía el dinero en fiestas privadas y en boliches. Uno de los investigadores de la Policía de Santa Fe recordó que este muchacho saltó rápidamente a las ligas mayores. Y en menos de tres años se transformó en un proveedor de estupefacientes de peso en la ciudad, donde tenía aceitados contactos con integrantes de la policía.
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