Nunca debemos subestimar el poder de la negación
Comentamos los resultados de la encuesta. Alguien tiene la rara sensación de que buena parte de los resultados, de algún modo, ya se conocían. Como si el violento panorama de injusticia que revelan los datos, por doloroso que sea, no trajera tanta novedad.
Quién no conoce un caso relativamente cercano de violación. Quién no tiene una hermana, una sobrina, una hija; quién no las escuchó hablar de esas situaciones incómodas en la calle, en el colectivo, que sobre todo a cierta edad se vuelven tan frecuentes. Quién no ve televisión, el reino de la mujer objeto, usina de un ideal de femineidad que atrasa décadas. Quién no se da cuenta de que el cuerpo de la mujer es objeto de comentarios -está más gorda o más flaca, más linda o más fea, tiene buenas piernas, tiene celulitis o panza; es una trola- que raramente se hacen sobre el cuerpo de un hombre. Quién no ve que, en general, para retirar la mesa servida nos levantamos nosotras. Basta con prestar un poco de atención, basta con no hacerse los distraídos, basta con preguntar y observar en el entorno de uno -amigos, familia, trabajo- para enterarse.
Pero ocurre que no siempre queremos saber. Mejor poner en duda a quien lo cuenta: che, no es para tanto (las mujeres somos tan exageradas). "Nunca subestimes el poder de la negación", decía un personaje de Belleza Americana. Niegan las víctimas, silenciadas por temor o por vergüenza -el 95% vivió alguna situación que merecía ser denunciada, pero no lo hizo; 1 de cada 3 mujeres ni siquiera comentó el episodio con alguien- y niegan muchos de quienes deberían escucharlas: sólo un tercio de las mujeres intentó denunciar y a 1 de cada 4 no se le tomó la denuncia.
Algunos índices de la encuesta sacuden especialmente: el 20% de las mujeres sufrió una violación; el 71% fue tocada sin su consentimiento; el 84% sufrió algún tipo de discriminación.
Lo sabíamos y lo olvidábamos. Lo dejábamos ahí, a un costado, donde se dejan las cosas que incomodan. Habíamos naturalizado la burla, la obediencia, el ganar menos, el llevar las cargas de la casa y la crianza, el no te pongas esa ropa si no querés que te toquen, el miedo a ser violadas. Claro que ya es más difícil naturalizar 30 muertes por día. O 322 hijos sin madre en un solo año.
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