Nuevas irregularidades en el caso Oyhanart: desaparecen pruebas clave
También hubo llamados entre los policías y el principal sospechoso
A más de cinco meses del homicidio de Marisol Oyhanart, la investigación sumó más denuncias por irregularidades y maniobras para desviar y entorpecer la investigación del asesinato ocurrido el 14 de abril pasado en Saladillo. Los investigadores creen que se ocultaron pruebas clave para dar con el responsable de matar a la maestra jardinera, de 38 años y madre de tres hijos.
En las últimas horas se conocieron dos nuevos sucesos escandalosos que abonan las sospechas sobre la supuesta existencia de un plan para proteger al autor del asesinato. Los abogados que representan a la familia de la víctima afirmaron que desaparecieron las zapatillas y la calza que Marisol llevaba cuando la mataron.
Además, los letrados afirmaron que la noche en la que se denunció la desaparición de Marisol hubo al menos seis llamadas telefónicas entre los responsables policiales de la búsqueda y el principal sospechoso del asesinato, un empresario de la zona, cuya identidad se mantiene en reserva porque todavía no fue imputado en la causa.
Estos hechos se suman a una cadena de irregularidades entre las que figura la demora de varias horas en el traslado del cuerpo desde Saladillo hasta la Morgue Judicial de La Plata, debido a que la camioneta en el que se llevaba el cuerpo se descompuso en el camino.
Según la autopsia, a Marisol la mataron entre las 21 del 14 de abril pasado y las 3 del día siguiente.
Aunque otro análisis realizado a partir de la temperatura rectal del cuerpo, tomada a las 20.50 del 15 de abril, demuestra que a Marisol la habrían matado entre la 1.50 y las 2.50 del día en el que encontraron el cuerpo. El cadáver fue hallado la mañana siguiente, minutos después de las 7, en un baldío situado al lado de una tapera y cuando habían pasado tres horas desde que se había suspendido la búsqueda.
Debido a que el cuerpo fue encontrado en una zona que había sido rastrillada en las horas posteriores a la denuncia radicada por la familia por la averiguación de paradero y a partir de los datos aportados por los forenses que hicieron la autopsia, los abogados Pablo Hawlena Gianotti y Walter Vaccarini pidieron a la fiscal Patricia Hortel que se investigue si la víctima estuvo al menos cinco horas cautiva en otro lugar de Saladillo.
Grande fue la sorpresa de los letrados cuando, el 11 de septiembre pasado se realizó la audiencia para abrir la caja que contenía los efectos personales de la víctima y que nunca se los habían mostrado al esposo de Marisol.
"En la caja no estaban las zapatillas de la víctima y la calza que vestía Marisol cuando salió a caminar. Esa prenda presentaba quemaduras similares a las que hubieran sido provocadas por el encendedor de un automóvil y se había pedido un peritaje que nunca se realizó", explicó Hawlena Gianotti.
Además de los faltantes de ambos objetos, al letrado le llamó la atención que el marco de los lentes de sol que Marisol llevaba cuando la mataron había sido aplastado burdamente. Pero uno de los cristales estaba intacto y el otro tenía un corte casi quirúrgico. Esta circunstancia, según el abogado, abona la sospecha de una manipulación de las pruebas.
Ayer, los abogados presentaron un escrito ante el nuevo fiscal de la causa, Marcelo Romero, en el que reveló la existencia de seis llamadas telefónicas entre el principal sospechoso del caso y un grupo de policías.
Esas comunicaciones corresponden al día en que Marisol fue secuestrada y se supone que se realizaron para coordinar el lugar en el que se iba a dejar el cuerpo una vez que se suspendiera el rastrillaje.
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