Noche de terror: "Avisale a tu mamá y difundí esto; hacé un vivo en Instagram"
Pablo y Martín, de 27 años y 24 años, abrieron hace menos de un mes un local de venta de accesorios para celulares en Garín. Esos hermanos pensaban ayer en las pequeñas inversiones que podían realizar para mejorar las ventas del comercio cuando fueron sorprendidos por dos jóvenes delincuentes. Durante algo más de tres horas vivieron una pesadilla, sin saber qué pasaría con esos ladrones que los amenazaban con una pistola y un cuchillo mientras el Grupo Halcón rodeaba la zona. Habían sido transformados en rehenes.
Un negociador policial buscaba la liberación de los dos hermanos. Los delincuentes exigieron a cambio pizzas y cervezas. Y en medio de la tensión del momento, los ladrones pidieron a sus cautivos que grabasen un video con un celular. "Sacá fotos, filma. Avisale a tu mamá y difundí todo esto que va a quedar para la historia. Sonreí, hacé un vivo en Instagram", exigió uno de los ladrones. Después de firmar una pared del local con sus alias, esos malvivientes dijeron: "Bueno, ya fue". Y se entregaron.
"Eran las 19:15, aproximadamente, estábamos charlando con mi hermano sobre las cosas que teníamos que comprar para el local. De repente, entró un chico de unos 23 años con gorrita y me preguntó si había cerca algún supermercado Chino" comentó Pablo.
Y agregó: "Enseguida me di cuenta que era un delincuente; cuando él salió yo fui atrás de él . Vi que dobló en la esquina y desapareció, así que me volví tranquilo al negocio". Poco después, regresó ese joven con dos cómplices.
Las primeras horas fueron las más tensas, los delincuentes, completamente exaltados, rompieron una estantería y amenazaron con los vidrios a los comerciantes. "Uno tenía un revolver, y el otro un cuchillo gigante. Enseguida nos ataron los pies, bajaron la persiana y nos llevaron atrás del local. Nos metieron debajo de un lavatorio. Nos preguntaron si teníamos algo en el bolsillo, dijeron que si teníamos algo nos iban a volar la cabeza", comentó Pablo.
Los delincuentes no parecían conformes con el botín alcanzado. "A uno de los delincuentes le di las llaves de las motos, la de mi hermano y la mía, las billeteras, una mochila con cosas y mi celular", señaló Pablo en un diálogo con LA NACIÓN. Ese ladrón intentó irse con la moto, pero fue interceptado por un policía vestido de civil, que lo encerró con su automóvil. Ese delincuente pudo escaparse a la carrera. Los hermanos seguían en manos de dos ladrones.
"Cayó la gorra, cayó la gorra. Vamos a tomar rehenes" gritaron los delincuentes cuando vieron que los policías se acercaban al local. Pablo fue amenazado con la pistola y Martín, con un cuchillo. Usaron los cuerpos de sus cautivos para protegerse de la policía. "A veces me ponían contra el piso y me ahorcaban. Yo les decía que por favor pararan, que me dejaran respirar, porque me estaban ahogando", comentó Martín.
Los delincuentes conversaban entre sí permanentemente, mientras insultaban a los policías. En esos diálogos recordaban los ladrones un robo cometido pocos minutos antes en otro comercio. "Cada vez que aparecía la policía o veían un movimiento raro, nos decían que nos iban a matar", explicó Pablo y agregó: "En un principio, durante la parte más tensa de la toma, había un subcomisario a cargo del operativo. Ellos lo insultaban permanentemente, y exigían que viniera la fiscal".
"Parece que hubiese durado tres días, esas horas no pasaban más", comentó Martín, que junto con su hermano intentaban calmar a los delincuentes. "Tenía el revolver en la nuca. Yo les daba charla para que se calmaran. Les decía que por favor me prometieran que no le iban hacer nada a mi hermano. También les decía que no los quería ver muertos en mi local. Ellos me decían: 'quedate tranquilo que nosotros también tenemos familia esperándonos afuera"'.
En un momento de la toma de rehenes, Martín pidió enviar un mensaje a su madre, que estaba muy asustada por lo que veía en televisión. "Sacá fotos, filmá. Avisale a tu mamá y difundí todo esto que va a quedar para la historia. Sonreí, hacé un vivo en Instagram", fue la respuesta de uno de los delincuentes.
"Yo le pedía a mi hermano que le siguiera la corriente. Si nos poníamos nerviosos, o cambiábamos la actitud, se iban a poner agresivos", contó Pablo.
La policía ya había acordonado dos cuadras alrededor del local donde los hermanos estaban cautivos. Francotiradores se habían apostado en techos cercanos. El negociador buscaba una resolución pacífica de la toma de rehenes. Los ahora secuestradores exigieron pizzas, cervezas y cigarrillos. Un pedido que fue cumplido. "Después de que comieron y fumaron, comenzaron a pensar en liberarnos", explicó Martín.
Los hermanos escucharon a uno de los delincuentes: "Ya está, tenemos que entregarnos. Está la gorra por todos lados; bueno, ya fue. Que venga la fiscal".
En la puerta del local, con Martín y Pablo como escudos, los delincuentes negociaron la liberación de los rehenes. Finalmente se entregaron, luego de pintar un mensaje en una de las paredes del local: "Muerte a la yuta cornuda. Aguante los pibes chorros. Matute de La Paloma y Dabincho de Los Tonas".
Fuentes judiciales identificaron a los detenidos como Maximiliano Benítez, de 23 años, y David Bagnato, de 22. Los investigadores señalaron que esos delincuentes habían robado un vehículo en San Fernando, apoyados por tres cómplices, uno de ellos fue el ladrón que se escapó antes de que la policía rodease el local de Garín. En el anterior robo, la víctima fue un remisero que fue abordado por un hombre y una mujer embarazada. En un momento del trayecto el conductor fue forzado a detenerse y permitir el ingreso de otros tres delincuentes.
Los hermanos tomados como rehenes no fueron los únicos cautivos de esa banda. Muy cerca del local de venta de accesorios para celulares quedó estacionado el vehículo robado. El remisero había estaba privado de su libertad dentro del baúl. Pudo escaparse y dar aviso a la policía. Poco antes se había iniciado la toma de rehenes y la noche de terror para Pablo y Martín.
Temas
Otras noticias de Robo
Más leídas de Seguridad
Drama en Mendoza. Murió un hombre que fue baleado por su madre anciana porque “no podía cuidarlo más”
Tragedia familiar. Un padre y su hija murieron tras caer a un arroyo en medio de una pelea
40 segundos de horror. El violento ataque a cuchillazos de un hombre a una mujer en una pizzería de Núñez
Boedo. Incendio y evacuación en la fábrica de alfajores Jorgito