El cuento del corralito. “¿No puedo dejarme ni para comer?”: el desgarrador audio de uno de los jubilados estafado
Los siguientes son parte de los diálogos telefónicos entre los detenidos y sus víctimas, obtenidos mediante dos escuchas telefónicas realizadas en el marco de la investigación
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Sin ningún tipo de escrúpulos, la pareja detenida acusada de robar dinero a adultos mayores tras engañarlos telefónicamente empleaba diversos argumentos para convencer a las víctimas para que entregaran sus ahorros, entre ellos una supuesta corrida cambiaria o la detención de un familiar involucrado en un accidente por el cual debía pagarse una fianza. Tal era el grado de codicia, que a una de las víctimas solo le dejaron 5000 pesos “para comer”.
Los siguientes son parte de los diálogos telefónicos entre los detenidos y sus víctimas, obtenidos mediante dos escuchas telefónicas realizadas en el marco de la investigación.
La estafa del corralito
Estafadora (haciéndose pasar por familiar): Hola.
Víctima: Hola ¿Quién habla?
E: Soy yo, ¿cómo estás? Te estaba llamando, no me podía comunicar.
M: ¿Quién habla? Pero, ¿quién?
E: Soy yo, bah, ando con un dolor de garganta que no aguanto más...
V: Completamente la voz distinta...
E: Escuchame ¿estuviste mirando la tele?
V: Sí, estaba mirando un programa, pero me dormí. Así que lo mismo que la nada.
E: ¿Viste el quilombo que hay con el presidente? Escuchame, prestame atención, que hay un lío bárbaro. Embargaron a toda la Argentina. Dicen que el país entró en default.
V: ¿eh?
E: El país entró en default, hay un quilombo bárbaro, se viene como un corralito de vuelta. ¿Viste los billetes de 100, los dólares?
V: Te escucho totalmente distinto. Casi no te escucho, no sé lo que decís...
E: Que tenemos que renovar toda la plata.
V: ¿Por qué? ¿Todos los dólares hay que cambiar?
E: Escuchame, ¿cuánta hay ahí en casa?
V: No sé... está todo medio turbio lo que me estás diciendo, no entiendo nada. ¿Tengo que contar los norteamericanos?
E: Sí. Contalos que yo te espero acá. Yo te espero, pero no cortés el teléfono porque no me puedo comunicar.
V: Mira... tengo cuatro, cuatro redondos.
E: ¿cuatrocientos?
V: Cuatro mil.
E: ¿Cuatro mil dólares?
V.: Sí. ¿Y yo tengo que entregarlos?
E: No, vos quedate tranquila, no tenés que ir a ningún lado... agarrá los billetes, los extranjeros, y ponelos todos juntos en una bolsa con los pesos argentinos.
V: ¿Los verdes y los argentinos?
E: Todos juntos en una bolsa.
V: Escuchame ¿no puedo dejarme siquiera para comer?
E: Sí, dejate algo, dejate cinco mil pesos.
V: ¿Qué pasa con la bolsa?
E: Salí a fuera y dásela a (XXX) que él me la trae a mí y yo te la llevo a tu casa de vuelta.
El accidente que nunca existió
Estafadora: Hola
Víctima: ¿sí?
E; Lalo tuvo un accidente. ¿Me escuchás?
V: ¿Quién me habla?
E: Lalo chocó, tuvo un accidente. Acá el abogado me está pidiendo dólares. ¿A cuánto llegamos? ¿Cuánto llegamos ahí?
V: Yo no sé hija, pero no es mucho eh. ¿Marita me habla?
E: A ver... fijate ¿cuánto hay?
V: No entiendo, algo de cuatrocientos mil. ¿Y si la llamo a la Roxana para que venga?
E: No, escuchame, no hables con nadie porque me dijeron que si se hiciera público va a quedar detenido. Va Julieta, la secretaria del abogado, salí y dásela a ella.
V: Pará que tocaron la puerta...
E: Salí y dáselo a ella que es la secretaria del abogado.
[se escucha un diálogo de fondo en la casa, entre la víctima y la persona que llega haciéndose pasar por la secretaria y se lleva el dinero]
E: Dáselo a la muchacha que ella deposita la fianza y lo sueltan a Lalo, porque si no va a quedar preso. No tenemos todo el tiempo, apurate. Ah, tenés que anotar algo más que te voy a pedir: la cuenta de CBU, es lo último... ¿cuánto le diste vos a la muchacha?
V: No sé hija, algo de quinientos mil lo que conté yo.
E: ¿Quinientos mil? Acordate bien cuánto era
V: Eran de 100 y yo conté quinientos.
E: ¿Cosas de valor no quedaron?
Una larga investigación
Las víctimas, desprevenidas, caían en la trampa y les entregaban sus ahorros. La banda le quitó a una mujer de 82 años 800.000 dólares, dinero que los estafadores invirtieron en autos y camionetas 4x4.
Tras un año de investigación, detectives de la Policía de la Ciudad detuvieron a una pareja que habría estado detrás de la modalidad delictiva conocida como “el cuento del tío”.
Los sospechosos, identificados por fuentes judiciales como T. M., de 28 años, y F. Y. de 27, son integrantes de la comunidad gitana y fueron procesados ayer por la jueza Paula González por el delito de estafa. La magistrada trabó un embargo sobre los bienes de los imputados hasta cubrir la suma de 400 millones de pesos. Fueron excarcelados después de depositar una caución de $72.000.000.
“Los delincuentes formaban parte de una banda que se aprovechaba de la vulnerabilidad de las personas mayores para engañarlas y sustraerles sus ahorros por medio de llamadas donde fingían ser parientes para así sacarles dinero. A una víctima le sustrajeron 800.000 dólares, entre dinero en efectivo, joyas y alhajas, fingiendo ser su sobrina y con la estafa conocida como ´corrida cambiaria´”, informaron fuentes de la Policía de la Ciudad.
La investigación, de la que participaron detectives de la División Defraudaciones y Estafas, dependiente del Departamento Delitos Económicos, comenzó tras la denuncia de la jubilada a la que le robaron 800.000 dólares.
La causa recayó en la Fiscalía en lo Criminal y Correccional porteña N°18, a cargo de Marcelo Ruilópez.
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